Cristina y su llamativa “década ganada”

La Presidenta utilizó la fecha patria para intentar sacar rédito partidario en un año electoral. Llenaron la Plaza de Mayo con militantes pagos y escasearon banderas argentinas. Fuertes críticas desde la oposición

La presidenta Cristina Kirchner utilizó la fecha patria de ayer para realizar otra puesta en escena y en lugar de referirse a la gesta histórica de Mayo de 1810, usó cerca de una hora de cadena nacional para mencionar mentiras del relato K y hacer proselitismo partidario. Estuvo acompañada de funcionarios con prontuarios como el inefable Amado Boudou, el primer vicepresidente de la historia argentina -electo democráticamente- que fue procesado en ejercicio de sus funciones por corrupción.

En el escenario, CFK también estuvo rodeada por otros impresentables como el canciller Héctor Timerman, repudiado por su propia colectividad a partir del oscuro pacto que propició con Irán, y por la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, principal responsable de uno de los escándalos de la década como fue el robo de de 1200 millones de pesos que, en lugar de haber servido para construir viviendas sociales, terminaron engrosando el patrimonio de su ex hijo putativo –el parricida Sergio Schoklender- y de otros personajes oscuros del universo K .

 Lo que debería haber sido un encuentro pluralista de todos los argentinos fue un acto político del kirchnerismo, que habría costado varios millones de pesos y que fue solventado económicamente por los ciudadanos que pagamos los impuestos. Otra vez la Plaza lució repleta de aplaudidores, militantes rentados y beneficiarios de planes sociales movilizados en micros desde ciudades y provincias donde campea la marginalidad, a partir de aberrantes mecanismos de clientelismo político. Y lo peor de todo es que aunque Cristina y los integrantes del gobierno nacional saben que gran parte la audiencia fue forzada a asistir, se auto engañaron y se envalentonaron.

La partidización de la fecha patria quedó demostrada con la casi ausencia de banderas argentinas en la convocatoria. Sólo se vieron pancartas de La Cámpora y de otras agrupaciones políticas financiadas por el gobierno. El gasto de dinero público para el acto de ayer fue imponente e indignó a todos los argentinos no kirchneristas, quienes así se vieron impedidos de asistir a un evento que debería haber estado dirigido a todos los argentinos, sin distinciones partidarias.

En la puesta en escena, Cristina tuvo el suficiente tiempo para enumerar el conocido relato oficial. Lo hizo apoyada por la cadena nacional número 20 de este 2015. Pero omitió indicar que en esta supuesta “década ganada” sigue el país con la pesada herencia de tener más de 12 millones de pobres y que el narcotráfico ha crecido como nunca. Además de no explicar los motivos por los cuales una ciudad como La Plata, donde ella nació y estudió, que supo ser el faro de la cultura y el conocimiento Latinoamérica,  ahora se ve rodeada de 130 asentamientos, producto de una política económica y social que pulverizó el aparato productivo y la generación de trabajo genuino, condenando a los pobres a ser cada vez más pobres.

Se reconoció soberbia

En el extenso discurso de anoche, Cristina reconoció que es soberbia y le falta humildad (podría aplicarse un baño con ese valor) y admitió que millones de argentinos desconocen partes esenciales de la historia. No fue necesario que mencionara  que esto ocurre como consecuencia de las funestas políticas educativas. En su alocución, CFK,  aprovechó para embestir nuevamente contra la Justicia, al aludir  a la jueza emérita del Tribunal Suprema y candidata por "Ahora Madrid" a la Alcaldía de la capital española Manuela Carmena, para cuestionar la edad jubilatoria de los jueces en la Argentina. Al señalar que había leído en los diarios las elecciones españolas, la Presidenta aludió a "una jueza de 71 años", jubilada, por lo cual acotó: "Sí, parece que se jubilan antes que aquí". El comentario de mandataria se produce en medio de la embestida que el kirchnerismo puso en práctica contra el ministro de la Corte, Carlos Fayt, al poner en duda su capacidad como consecuencia de sus 97 años de edad.

También la Presidenta aseguró que "no" tiene "nada" de que avergonzarse y tampoco cuenta con "ninguna cuenta en el exterior que me puedan descubrir". Llamó la atención el vocabulario elegido. Nunca afirmó Cristina que no tiene cuentas en el exterior, sino que no pudieron descubrirlo. En este marco de denuncias de corrupción, hay que recordar que el Centro Cultural “Néstor Kirchner”, inaugurado como parte de los festejos por la semana de mayo en el edificio del antiguo Palacio de Correos en Capital Federal, costó 300 millones de dólares, a pesar de que aún no fue finalizado. Un verdadero despilfarro si tenemos en cuenta que en nuestro país, diariamente, mueren chicos por desnutrición.