Dádivas: el empresario platense imputado ahora intenta despegarse de Boudou

El empresario platense Marcelo Scaramellini, procesado el pasado viernes por el juez federal Norberto Oyarbide por el delito de ofrecimiento de "dádivas" al ex vicepresidente Amado Boudou, intentó despegarse de la causa.
Scaramellini se mostró desencajado. "Me parece una injusticia total. El propio fiscal reconoció que era un vuelo de $ 150,85 [35 dólares de 2011, cuando fue el vuelo].

Hace 25 años que volamos y hemos colaborado siempre con todo el mundo. Muchas veces con funcionarios en casos de inundaciones, por ejemplo. Nunca nos pasó algo así", dijo el empresario.

Cuando se enteró del avance de la causa, habló con su abogado para pagar la multa que fuera necesaria y cerrar el asunto. Su abogado le advirtió que no era tan fácil. El delito del que está acusado prevé una pena de prisión de un mes a un año. Scaramellini fue citado a indagatoria, desde esta semana está procesado y tiene ordenado un embargo de 1000 pesos sobre sus bienes.

Además de Boudou, voló en su helicóptero Horacio Tellechea, entonces intendente de Necochea (también procesado anteayer por este viaje). Boudou acababa de asumir como vicepresidente y fue a Necochea a participar de la inauguración de la temporada de verano.

Además de por este viaje en helicóptero, al ex vicepresidente lo procesaron también por los vuelos de ida y vuelta entre Buenos Aires y Necochea que hizo en un avión privado de Alas de Fin del Mundo SRL, cuyo socio mayoritario es Nazareno Natale, un empresario vinculado al juego en el Sur, según la investigación del fiscal Carlos Rívolo.

El fiscal Rívolo destacó en la causa que Scaramellini, además de piloto, era director de la firma Ecodyma, una empresa constructora que tiene como actividad principal desde hace años la realización de "obras públicas y privadas".

Ecodyma, una empresa repleta de irregularidades

La firma Ecodyma Empresa Constructora S.A., con sede en la calle 44, entre 140 y 141 de la ciudad de La Plata, desde sus inicios ha estado sumergida en diversos escándalos.

Austral Construcciones, propiedad de Lázaro Báez, supuesto testaferro de la familia Kirchner, en sociedad con la firma platense, recibió un contrato por $239,1 millones para la adecuación de una sección del cauce del Río Salado al sur de General Belgrano, levantando las sospechas por la forma en que fue licitada la misma.

Además, la empresa resultó beneficiada con distintos contratos por obras públicas en San Antonio de Areco, comandada por el ultra K Francisco “Paco” Durañona, de estrecha relación con Boudou desde sus épocas de militantes en la Ucedé. En este distrito, Ecodyma recibió obras como las de desagües pluviales en la Cuenca Este, por más de $90 millones y del Hospital Tito Domínguez por $44 millones.

A eso hay que sumarle que intervino en la controversial construcción del Estadio Único, en el que se gastó varias veces más de lo presupuestado; y en la escandalosa realización del terraplén costero de Berisso, donde, con la complicidad del intendente kirchnerista, Enrique Sleczak, se quedó con un negociado que presenta serios problemas de infraestructura, embolsando más de $200 millones, sobre un presupuesto inicial de $80 millones.

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