La política energética del gobierno nacional

Descontrol sin límites

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, compró en forma directa y sin licitación, gas a Chile que cuesta un 128% más caro del que se importa desde Bolivia. El favorecimiento a empresas amigas en la mira. Especialistas consultados por Hoy criticaron la política energética del gobierno nacional

Durante el kirchnerismo, en una de las áreas donde mayor cantidad de negocios espurios se realizaron, fue en la energética. El ministerio de Infraestructura comandado por Julio De Vido, fue el escenario donde se desviaron gran cantidad de fondos para la compra de gas y petróleo, que está siendo investigado hoy en la Justicia.

El mal manejo en este terreno parece no pertenecer solo a la era K, sino que en la actualidad, desde la cartera que dirige Juan José Aranguren, se vienen cometiendo distintos hechos irregulares, que ponen la lupa sobre los negociados efectuados durante el gobierno de Cambiemos.

En el día de ayer se conoció la información de que el ministerio de Energía ordenó la importación desde Chile de 86 millones de metros cúbicos de gas a la empresa Solgas, a un precio de  6,90 dólares por millón de BTU (medida de energía en la que se mide el gas), lo que resulta un 128% más caro que los 3,02 dólares por BTU que Argentina importa actualmente desde Bolivia.

La inverosímil medida tomada por Aranguren, que fue en forma directa y sin licitación previa, se da en un contexto en donde el funcionario macrista está siendo fuertemente cuestionado en su accionar por haberle adjudicado a Shell, empresa de la que fue su CEO hasta junio de 2015, siete de las ocho licitaciones para importar gasoil a la Argentina.

Continuidad del fracaso

A pesar de la prédica oficial contra todo lo actuado por el kirchnerismo durante la mal llamada década ganada, son muchas las continuidades que se dan en el accionar diario. Eso puede verse en la política energética, donde muchos de los desaciertos efectuados por De Vido siguen imperando sin que se hagan grandes cambios a la misma.

En diálogo con Hoy, el abogado y economista especializado en energía, Félix Herrero, señaló que “esta política de compra a Chile es algo nuevo, ya que es un país que no tiene gas y a Bolivia le sobra el gas. Hacerlo sin una licitación previa y en forma directa, nos genera muchas dudas de que atrás se esconda un fuerte negociado que terminaremos pagando todos los argentinos”.

Para el exdirector de Yaciretá durante la última presidencia de Juan Domingo Perón, “la actitud del gobierno es indefendible. Se sigue la fracasada política energética encarada por De Vido, sin hacerse los cambios que se deberían hacer, favoreciendo a empresas amigas del poder, como es el caso de Shell”.

“Cada vez estamos más lejos del autoabastecimiento, la empresa mixta, ya que YPF es un 51% propiedad estatal, esta parte de la compañía está fuertemente endeudada, hay 10.000 millones de dólares de endeudamiento internacional. Es un fracaso en la política anterior y de las nuevas autoridades que encarna Aranguren”, destacó Herrero.

La compra de gas a Chile pareciera ser la frutilla del postre de una política que lo que hace es continuar y profundizar todas las debilidades y defectos iniciados por el kirchnerismo, que llevaron al país al desabastecimiento, produciendo serios desbarajustes en el sistema energético.

“Se sigue con la mentira y la falsedad K”

Por ING. Hugo Palamidessi (Vicepresidente del Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (MORENO)
Especial para Hoy

Las actitudes del ministerio de Energía son incomprensibles. Lo que se hace seguir con la mentira y la falsedad kirchnerista de una soberanía gasífera y energética que no tenemos, vendiéndonos la falsa ilusión del autoabastecimiento, cuando en la situación actual, Vaca Muerta es un Elefante Blanco.

Pensábamos que Julio De Vido había sido una de las peores cosas para la Argentina en materia energética, pero ahora vemos que en vez de cambiar esa política fracasada, se la profundiza.

Esto de hacerle pagar a la gente todos los desajustes que hay en el sistema energético, cuidando siempre los intereses de las empresas, tiene que tener un límite.

Comprarle gas a Chile más caro de lo que sale importarlo desde Bolivia, es una continuidad de una política que al país le sale muy caro, beneficiando solo a empresas amigas y saqueando a la Argentina en su conjunto.

Esto no puede ni debe pasar

Los altos sobreprecios existentes en la obra pública, puso a las empresas encargadas de llevarlas a delante en el centro de la polémica, por representar una continuidad de una política encarada por Julio De Vido en la era K y que hoy sigue sin grandes cambios.

Es así que puede verse como en las nuevas licitaciones las mismas firmas se siguen quedando con millonarias obras, a pesar de que muchas de que las que ejecutaron en los últimos años, no han sido finalizadas ni están en miras de concluirse.

Esto ha puesto en el centro de la discusión el papel jugado por la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), cuyos máximos dirigentes han sido beneficiados con grandes contratos por el Estado para la realización de diversas obras.

Algunas de las empresas más cuestionadas por el direccionamiento ejecutado por De Vido y que siguen por estos días, pertenecen a altos miembros de Camarco, como es el caso del Grupo Chediack, cuyo dueño, Juan Chediack, es el titular de la cámara empresarial.

A ello le siguen las firmas de los vicepresidentes de la institución, como el de los vicepresidentes Aldo Roggio (Grupo Roggio), Carlos Enrique Wagner (Esuco S.A), o Gustavo Weiss, de la platense Eleprint S.A.

Todas estas empresas y diversos funcionarios del kirchnerismo, están acusados ante la Justicia por altos sobreprecios y sobrefacturaciones, y de maniobras para ocultar hechos ilícitos ante los inexistentes controles estatales.