Doble crimen narco con impacto político

Un arma secuestrada al exlíder de Hinchadas Unidas Argentinas, Marcelo Mallo, se usó en los asesinatos de Unicenter. El fiscal general que intervino en el caso, protegido por la procuradora Falbo, está suspendido por encubrimiento

Afines del año pasado, la fuga de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci del penal Nº 30 de General Alvear hizo que la procuradora general de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, María del Carmen Falbo, quedara en el medio de la polémica por sus estrechos lazos con el exjefe de Gabinete K, Aníbal “La Morsa” Fernández. 

En el marco de la resolución de la huída de los prófugos, la Justicia dictaminó una serie de allanamientos, entre ellos al domicilio del exlíder de la agrupación Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), Marcelo Mallo, un dirigente cercano al fallido candidato a gobernador, donde se secuestraron dos armas de fuego.

Mayúscula fue la sorpresa cuando ayer se dio a conocer la información de que una de las dos pistolas calibre 40 incautadas en dicho procedimiento judicial fue usada en el doble crimen de Unicenter de Martínez en julio de 2008, cuando sicarios asesinaron a sangre fría a dos narcos colombianos en la puerta del famoso shopping.

Mallo, un ex barrabrava del club Quilmes y puntero político de San Francisco Solano ligado a la Morsa, es un hombre con un largo historial en la Justicia por hechos de diversa índole, estando su nombre involucrado en las causas que se siguen por el tráfico de efedrina y el Triple Crimen de General Rodríguez.

Vínculos oscuros

Desde un primer momento se mencionó a Falbo como una de las personas que habría archivado y cajoneado durante años causas penales en las que se investigaba el doble crimen en el Unicenter y el tráfico de cocaína de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá.

Resulta paradójico que Mallo, un personaje relacionado íntimamente con Aníbal Fernández, quede involucrado en una trama en la cual el kirchnerismo siempre negó cualquier clase de responsabilidad o participación. Vale recordar que Falbo fue abogada del exjefe de gabinete K cuando éste fue acusado por administración fraudulenta en su paso por la intendencia de Quilmes.

Según numerosas denuncias, Falbo, junto a un importante sector de la Justicia bonaerense, donde resalta la figura del exfiscal general de San Isidro, Julio Novo, obstaculizaron el avance en la pesquisa por el doble crimen con sello narco que conmovió al país y que marcó la entrada a la Argentina de los cárteles colombianos con su accionar delictivo.

Por años, la procuradora protegió a Novo de las imputaciones en su contra por encubrir una red de narcotráfico internacional, así como también mandó a archivar una acusación presentada por 13 de los 46 fiscales de primera instancia, en donde se culpaba al exfuncionario judicial de haber ejercido desde su cargo un fuerte “abuso psicológico” y “violencia laboral” hacia sus subordinados.

Protección al extremo

La falsa investigación llevada adelante en el crimen de Unicenter fue clave a la hora del apartamiento de Novo de la causa, pasando la misma a manos de la jueza Sandra Arroyo Salgado, exesposa del fallecido fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman.

Novo cuenta hoy con un jury en su contra por no haber dotado de recursos en ningún momento a una fiscalía de su jurisdicción que tenía a cargo la investigación de la causa del doble crimen. A pesar de las evidencias abrumadoras en su contra, la procuradora siguió con su defensa acérrima del exfiscal general de San Isidro, resguardándolo del accionar de la Justicia. 

Que una de las armas usadas en el doble crimen narco haya estado en manos de Marcelo Mallo, con conexiones directas e indirectas con Falbo, pone la mira nuevamente en la funcionaria provincial, acusada de proteger a bandas narcos y de dejar crecer la droga en el país.