Casa Rosada

El Gobierno insiste en que “la Argentina gasta mucho en subsidios”

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, persiste en la idea de reducir las subvenciones. Pese a las consecuencias económicas que tuvo esta política durante 2016, se aplicarían nuevamente las mismas recetas

Las malas noticias para la economía, como los aumentos de precios en los alimentos, las subas en el combustible, en la energía eléctrica y los despidos de trabajadores en diversas áreas de la industria, entre otras, generaron la necesidad de que el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, realizara ayer una conferencia de prensa con un objetivo más cercano a tratar de calmar las aguas que generar anuncios trascendentes. 

En este contexto, el titular de la cartera de Hacienda se refirió a la balanza comercial, cuyos números  arrojaron un balance negativo a lo largo de 2016. Dujovne señaló: “Queremos reducir el déficit fiscal y mejorar la composición del gasto público”, pero consideró un obstáculo para este objetivo que “la Argentina gasta mucho en subsidios”.

“En la medida en que se vayan eliminando, podremos incrementar el gasto en infraestructura para tener mejor transporte, rutas, hospitales y también una mejor política de ingresos”, afirmó el funcionario.

Pese a que la eliminación de subsidios tuvo un efecto inflacionario que desató uno de los dolores de cabeza más importantes para el Gobierno nacional, con incrementos desmedidos en las tarifas, la conducción económica parece no estar dispuesta a ceder en este terreno.

En aquella ocasión, las subas en las boletas de luz y gas generaron un tembladeral en la silla que ocupa el ministro Juan José Aranguren y obligaron al Presidente Mauricio Macri a dar  por primera vez marcha atrás.

Sin embargo, y de cara a un año en el que lo económico puede decantar en efectos electorales, el funcionario detalló: “Vamos a ir reduciendo subsidios, manteniendo el gasto real constante o decreciente en los próximos años, y pretendemos impulsar una reforma tributaria para tener un sistema impositivo mucho mejor”. 

El déficit fiscal en 2016 alcanzó los 365.000 millones de pesos, un 61,5% mayor al de 2015. Y si bien desde la administración macrista insisten en que la solución pasa por eliminar definitivamente los subsidios, la realidad indica que se produjo una marcada caída de los ingresos del Estado. 

La quita de retenciones a los grandes grupos sojeros y a las mineras, sumada a la eliminación de impuestos para los evasores que se beneficiaron con el blanqueo de capitales, son los ejemplos más paradigmáticos de los recursos que el Estado no pudo recuperar para sus arcas.

Sin atender a esto, Dujovne creyó importante resaltar que “el PBI del cuarto trimestre creció respecto al tercero, ajustado por estacionalidad”. “Por primera vez, después de cuatro trimestres en baja, creció, aunque todavía es negativo en términos interanuales”, señaló.

Además, anunció que habrá metas trimestrales de déficit fiscal, y se fijarán objetivos anuales para los siguientes tres años, con la intención de recortar un punto porcentual el desequilibrio fiscal en cada período. Según señaló el ministro, el mandato presidencial en 2019 concluiría con un déficit primario de 2,2% del PBI.