El lejano sueño de la casa propia


 
La crisis económica que azota a la Argentina, con descenso en la industria, la producción, el empleo y la competitividad, ha calado hondo en una población que ve como día a día aumentan los problemas para su desenvolvimiento en la vida. Uno de los puntos de eclosión se da en el tema de los créditos hipotecarios, que durante la mal llamada década ganada no han parado de descender, haciendo imposible para millones de argentinos acceder al sueño de la vivienda propia.
 
A pesar de que el relato oficial muestra un país en crecimiento y con una bonanza que ha posibilitado el acceso a la vivienda, la realidad da cuenta de algo totalmente opuesto a lo destacado por la ficción gubernamental.
 
Según un estudio elaborado por la consultora Ecolatina, en el primer semestre del 2015 los préstamos destinados para el sector hipotecario, sólo llegaron al 1% del PBI, el menor índice desde la salida de la convertibilidad allá por el año 2001 (cuando era del 5,3%), llegando a los 50 mil millones de pesos.
 
A esta cifra habría que agregarle los 30 millones de pesos que han sido repartidos por el oficial plan Procrear, que poco ha servido para dar vuelta una situación que preocupa a millones de ciudadanos que ven que alzarse con una casa de su propiedad es algo muy lejano en sus posibilidades.
 
La consultora que fuera creada por Roberto Lavagna, es lapidario en su informe al señalar que “el argentino sustituyó el sueño de la casa propia por consumo de autos, electrodomésticos y bienes no durables, lo cual lo perpetúa en condición de inquilino, con los costos a largo plazo que esto implica. En este contexto cabe preguntarse las razones detrás del abrupto cambio en las pautas de endeudamiento de las familias”.
 
Y continúa: “En la medida que se acorte el plazo de los depósitos, los préstamos deberán adecuarse. En este sentido, el cambio sufrido en los últimos años es sustancial: en 2003 los plazos fijos depositados a más de un año representaban más del 18% del total, hoy no llegan a representar el 1%. Bajo estas condiciones es imposible para un banco prestar a 20 años, plazo al que se otorgan créditos hipotecarios en economías más estables”.
 
Situación por demás complicada que pone el acento en un asunto que preocupa a cientos de miles de familias argentinas que ven cómo la chance de poder tener un hogar propio se aleja, sin que por el momento desde el Ejecutivo se escuche sus reclamos, sino que por el contrario estén más sordos que nunca.
 
 
 
 
 
 

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