Nueva advertencia de la Iglesia

“El narcotráfico no para de crecer”

Lo aseguró el cura villero José María Di Paola, conocido como el Padre “Pepe”. Las palabras suceden al duro documento eclesiástico de la semana pasada, que alertó sobre el avance de esa “plaga” y aseveró que la Argentina corre el riesgo de “pasar a una situación de difícil retorno”

"Hay realidades de las villas que son lacerantes. Las barriadas sufren narcotráficos, o narcomenudeo, sufren la violencia, el desamparo mucho más que en otros lugares. [...] Los primeros que sufren la violencia son los vecinos de los barrios más pobres”. Así de crudo, como un retrato del pintor rosarino Antonio Berni (el de los obreros de mirada triste), fue el diagnóstico que el sacerdote José María Di Paola, conocido como el Padre “Pepe”, trazó sobre la alarmante realidad argentina.

“En las villas ha crecido en los últimos años el consumo pero más, y sin control, el narcotráfico. La Argentina lamentablemente ha pasado a ser un país donde se ha asentado el narcodelito, y eso genera un drama muy grande en la vida de la gente”, aseveró el coordinador de la Pastoral de Adicciones del Episcopado.

Este flagelo, que golpea cada vez más a la Provincia de Buenos Aires, ha sido informado por Hoy en reiteradas ediciones en las que se revelaron distintas denuncias penales contra el actual jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, por el presunto delito de asociación ilícita, acusado de haber recibido dinero proveniente del narcotráfico mientras cumplía funciones como Director General de Drogas Ilícitas en el último tramo del gobierno de Daniel Scioli. Insólitamente, su “premio” tras la asunción de María Eugenia Vidal fue el ascenso como titular de la fuerza.

Ahora, el sacerdote que vive en el asentamiento La Cárcova del partido bonaerense de San Martín abogó por “un Estado más cercano, con una sociedad civil que asuma su responsabilidad de hacer fuerte las instituciones en las que está involucrada” y criticó a los “funcionarios con mirada de maqueta, que desconocen la realidad de las zonas más postergadas”.

“A la hora de gastar, el Estado no tiene que pensar en destinar menos recursos a un barrio humilde, sino pensar que la mejor escuela, el mejor club, el mejor hospital tienen que estar en estos barrios humildes”, sentenció Di Paola.

“Un silencioso y perverso mal”

Estas palabras se agregan al duro documento “El Bicentenario. Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos”, que difundió la Iglesia la semana pasada y en el que destacó la “corrupción generalizada y la plaga del narcotráfico” como los principales “males” de la Argentina.

“El narconegocio está ampliamente instalado en la Argentina. No es una sensación; un silencioso y perverso mal social se extiende con progreso geométrico y sigue matando y destruyendo familias a su paso. Negar la realidad de esta miseria humana que aspira a corromperlo todo, nos puede llevar a una inacción que favorecerá el avance de esta sombra luctuosa. El país está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno”, disparó el texto eclesiástico, que además hizo fuerte hincapié en “acompañar a las familias que viven en la pobreza” porque “la inclusión social implica particularmente la integración de las más carenciadas”.

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