El padrino político de Echegaray: de chofer a millonario

Rudy Ulloa Igor, tutor político del titular de la AFIP, pasó de ser un che pibe de Néstor Kirchner, a convertirse en un acaudalado empresario. Reseña de un lóbrego personaje que se enriqueció en la era K

"Conocí a Néstor Kirchner de la mano de Rudy Ulloa”, afirmó alguna vez el titular de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), Ricardo Echegaray, dando a conocer sus inicios en la política partidaria de la mano del polémico y controvertido Rudy Ulloa Igor, una de las personas que mejor conoció en vida al expresidente.

Cultor del bajo perfil, el padrino político del jefe del ente recaudador, solía ser para el patagónico un hermano y socio en innumerable cantidad de emprendimientos, y bajo cuyo cuño supo escalar posiciones para dejar de ser un escueto cadete y chofer del estudio jurídico que los Kirchner tenían en Río Gallegos, hasta convertirse en el ahora “exitoso” empresario.

Su poder se debió más que nada a su lealtad a los caprichos de Néstor Kirchner y a la gente que daba para las movilizaciones de militantes de la unidad básica “Los muchachos peronistas” (donde conoció al titular de la AFIP) que el ex mandatario solía hacer por las calles de Río Gallegos para demostrar su poder de convocatoria dentro de la clase política local.

Muerto el santacruceño, la relación siguió con su hijo Máximo, ya que quien conoce íntimamente al ahora candidato a diputado nacional, dicen que considera a Rudy Ulloa su “hermano mayor”. Según muchas de las encuestas que se han hecho a lo largo y ancho del territorio nacional, el nombre de Ulloa Igor está relacionado a la corrupción, las dádivas del Estado y los negocios turbios, algo que ha crecido sin parar durante la larga década kirchnerista.

Sinónimo de impunidad

El padrino político de Ricardo Echegaray nació el 1 de abril de 1960, en la localidad chilena de Puerto Natales. Nacionalizado argentino, supo ser tocado por “la varita mágica” cuando conoció al ex presidente a fines de los ’70 en Río Gallegos. Se convirtió primero en chofer y luego en secretario privado, para luego manejar la agenda del ex mandatario en la gobernación santacruceña.

Puntero político de bajo vuelo, su ambición y obsecuencia lo llevó a ser para muchos una especie de “testaferro” de la familia presidencial, siendo primero propietario de medios, para luego desplazarse a otros rubros, como operaciones financieras, comercialización de productos, inmobiliarias, supermercados, entre otros (ver aparte).

Es considerado uno de los kirchneristas de “paladar negro”, y cínico como pocos. Afirma que “a Kirchner cada día lo extraño más, con él aprendí a ser buena persona. Me enseñó que es posible mejorar el mundo, que las cosas pueden hacerse", y que los opositores “no me perdonan el éxito” que ha tenido como empresario en el nuevo siglo.

Dueño de una personalidad ciclotímica y con cambios bruscos de humor, este pequeño hombre de apenas 1,65 de altura y abultado vientre y melena enrulada, se encuentra pasando el fin de ciclo K alejado de las luces oficiales y refugiado en Río Gallegos comandando en las sombras la campaña política de Máximo Kirchner. Es uno de los asesores centrales que intenta llevar al hijo presidencial al Congreso nacional.

Afincado en el sur del país, estableció un crecimiento exponencial de su patrimonio durante la mal llamada década ganada y ha sido sinónimo de impunidad durante la era K, y se encuentra transitando sus últimas mieles con el poder con un sabor amargo, cercado por la Justicia y escondido de la sociedad que lo vio crecer bajo el amparo oficial.

Potentado K

Los comienzos como empresario de Rudy Ulloa están ligados íntimamente a Néstor Kirchner. En 1997, surgió la FM Estación de El Carmen, a la que le siguieron el Periódico Austral, el canal 2 de Río Gallegos y Cielo Producciones, convirtiéndose así en dueño de un multimedios local. Hasta intentó hace unos años atrás quedarse con Telefé y con el propio diario Clarín.

Pero no solo en lo comunicacional se quedó Ulloa, sino que sería dueño a través de empresas desconocidas de edificios con departamentos en la capital santacruceña y habitar con asiduidad el mercado inmobiliario.

También supo ser dueño de la empresa Cumehue S.A que realizaba operaciones financieras en territorio nacional y extranjero, así como también de diferentes supermercados de Río Gallegos, que terminó vendiendo el año pasado a un empresario ligado al kirchnerismo.

 “Rudy Ulloa es un chorro, un mafioso”

Fuerte y controvertido, el ex vicegobernador de Néstor Kirchner en Santa Cruz a comienzos de los años ’90, Eduardo Arnold, en diálogo con Hoy, expresó que “Rudy Ulloa Igor es un sinvergüenza, un chorro, un mafioso, una verdadera porquería como ser humano, un ser perverso”.

Una de las personas que mejor conoce al kirchnerismo desde sus entrañas, aseveró que “quisiera saber cómo amasó semejante fortuna un tipo como Rudy Ulloa, ya que es pornográfico que este muchacho que llegó al estudio de Néstor Kirchner haciendo los mandados, llegue a tener la situación económica que tiene hoy día”.

Para el ex aliado K, “se llegó al extremo que un chofer ofreció 300 millones de dólares para comprar Telefé y quiso quedarse con Clarín. Es un tipo de avería que no tiene escrúpulos, donde tenía un diario donde se la pasaba ensuciando a la gente que no estaba con ellos”.

Según Arnold, “Kirchner tenía pocos amigos y Rudy era uno de ellos. Él fue subiendo pasito a pasito en su confianza, y vemos como ahora vive en una mansión en la calle principal de Río Gallegos”.

La decisión de Máximo Kirchner de presentarse como candidato a diputado nacional por Santa Cruz, abrió la polémica en la sociedad, y para Arnold “Rudy tiene un lugar destacado en el armado político de Máximo. Néstor y Rudy eran como hermanos, y Máximo pasó más tiempo de su vida con Rudy Ulloa que con sus padres. De ahí que la relación entre ellos sea inquebrantable”.

Finalmente, el ex compañero de ruta del matrimonio presidencial, se refirió al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, de quien manifestó que “tiene sobre sus espaldas tantos casos de corrupción que deberá explicar a la Justicia su accionar con los feedlots, su paso por la Aduana y tantas otras cosas hechas en la AFIP y por las que deberá rendir cuentas”.

“Yo conocí a Echegaray hace más de dos décadas en Río Gallegos y no tenía nada desde lo material. Militaba junto a Rudy en una unidad básica del Barrio El Carmen, y hoy vemos que es millonario y no puede explicar cómo hizo su fortuna”, subrayó Arnold.

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