El regreso de los muertos vivos

Los máximos responsables de que el peronismo viva uno de los peores momentos de su historia, se reunieron ayer en el Teatro Avenida de la Capital Federal para consagrar a las nuevas autoridades partidarias encabezadas por José Luis Gioja y Daniel Scioli. 

En un cocoliche donde nadie entendía nada, diversas vertientes internas se pelearon unas con otras para ingresar al predio donde lo que resonaba era el oscuro olor a la naftalina de los personajes que pululaban por el lugar.

En un acto en donde el peronista genuino no se sintió representado en ningún momento, se pudo ver al ahora presidente del partido, el sanjuanino José Luis Gioja, una persona que no tuvo empachos en envenenar a su propio pueblo permitiendo el accionar impune de la minera Barrick Gold derramando más de un millón de litros de solución cianurada en ríos cuyanos.

A otro que se lo pudo ver muy campante como si nada tuviera que ver en la crisis que vive la provincia de Buenos Aires, es a Daniel Scioli, un derrotado electoral genuflexo a los mandatos dictatoriales de Cristina Kirchner y que dejó al suelo bonaerense sumido en un caos absoluto.

Además, se pudo ver mezclados entre los asistentes, a nefastos personajes de todo el arco ideológico del PJ, desde la derecha a la izquierda sin contenido político, como los casos de Guillermo Moreno, Hugo Curto, Gildo Insfrán, Antonio Caló, Omar Viviani, Sergio Urribarri y Juan Manuel Abal Medina, entre otros.

El reordenamiento que se plantean en el PJ tiene que ver con introducir a distintas ramas partidarias, como el menemismo, el duhaldismo y el kirchnerismo, dejando de lado el sentimiento del peronismo genuino, que por estas horas permanece sin ser representado por las máximas cabezas visibles del partido.