El Señor Feudal de la Patagonia

Lázaro Báez, sólo en la provincia de Santa Cruz, tiene tierras 20 veces más grandes que el territorio de la Capital Federal. El supuesto testaferro de los Kirchner como dueño virtual de la Patagonia argentina. Negocios impunes en el feudo K

El empresario kirchnerista Lázaro Báez, ha sido a lo largo de la mal llamada década ganada, uno de los sinónimos de impunidad, ya que se ha visto como de ser un simple empleado bancario en la década del ’90, que manejaba un Falcon modelo ‘72, ha pasado a ser el dueño de un emporio que posee cientos de miles de hectáreas de campos y una flota de autos que llega a los 1388 coches valuados en 525 millones de pesos.

Según una denunciada presentada ante la Justicia por la referente de la Coalición Cívica, Mariana Zuvic, Báez posee sólo en la provincia de Santa Cruz 420.000 hectáreas, es decir, 4.200 kilómetros cuadrados, lo que representa 20 veces el territorio de la Capital Federal o 4 veces el de la ciudad de La Plata, dando muestras de la impunidad del empresario en su tierra natal. Ocurre que resulta difícil de explicar cómo un hombre que en 1991 -cuando Kirchner llegó a la gobernación santacruceña- trabajaba como empleado de segunda categoría en el Banco de Santa Cruz, hoy amasa una de las fortunas más importantes del país.  De ahí las sospechas de que, en realidad, una parte importante de su fortuna sería, en realidad, de la familia Kirchner,  cuyo patrimonio creció en más de 1000% durante “la década ganada”.

En diálogo con Hoy, el exvicegobernador de Néstor Kirchner durante sus primeras gobernaciones en la provincia patagónica, Eduardo Arnold, señaló que “Lázaro Báez es un pinche, es un empleado de Néstor Kirchner y ahora un heredero junto con la señora y la familia. Forma parte de la impunidad kirchnerista, es apenas un instrumento en todo este entramado de corrupción que se ha armado en el país”.

Según Arnold, “para convivir con los Kirchner hay que ser chorro, sino no se puede convivir con ellos. Se puede ver esto claramente en el enriquecimiento ilícito de la gran mayoría de los hombres que vinieron con Kirchner desde Santa Cruz y demás que han trabajado con ellos a lo largo de todos estos años y que hoy son todos millonarios”.

El abuso de poder que se ve en el territorio K por excelencia de la Argentina, es muy grande, de allí que los principales contratos del Estado provincial para la obra pública esté siempre ligada la empresa insignia de Lázaro Báez, como lo es Austral Construcciones y que es objeto de muchas casusas judiciales que por el momento han estado paralizadas sin ninguna clase de avance.

La ligazón de Báez con la familia presidencial es evidente. Su amistad con Néstor Kirchner lo llevó a crear Austral Construcciones pocos días antes de la asunción del patagónico como presidente, lo que le valió ser poseedora de más del 90% de las licitaciones para la obra pública de Santa Cruz, en momentos en donde el dinero público, sobre todo el proveniente desde el Ministerio de Planificación Federal de Julio de Vido, corría a raudales.

“Los Kirchner y Báez son caraduras, ya que en una sociedad pequeña como la nuestra en Santa Cruz, si aparecemos con algo superlativo de un día para el otro, los vecinos se preguntan de dónde es qué sacaron todo el dinero para poder comprárselo. Lázaro Báez es un chorro, es un tipo que no es nada, que sólo se llenó de plata y haciendo negocios por fuera de la ley”, resaltó Arnold.

El fin de ciclo del kirchnerismo, hace que se comiencen a hacer análisis de su gestión, y allí sin dudas que uno de los ítems donde la misma ha dado un aplazo muy grande, es en terreno de la corrupción, donde la misma se ha incrementado notablemente y personajes como Lázaro Báez no hace más que mostrar la peor cara de la política local. Dueño de las principales tierras santacruceñas, el empresario señalado de ser uno de los testaferros de la familia Kirchner, ha sabido consolidar su poder dentro del feudo K y actuar de una manera impune que lo pone contra las cuerdas judiciales y avizorándose un futuro más cerca de los Tribunales que de pasar una vida tranquila en alguna de sus mansiones.

Negocios con cobijo K

De las 25 estancias que se calcula extraoficialmente que tiene Lázaro Báez en la provincia patagónica, la inmensa mayoría de ellas, casi el 70 por ciento, se encuentran por debajo del río Santa Cruz, el mejor terreno de la provincia y el más caro en materia inmobiliaria.

Se cree que alrededor de unas 350.000 de las 420.000 hectáreas que posee Báez, están en dicho terreno, justo en momentos en que el gobierno nacional se plantea efectuar las represas Néstor Kirchner y Jorge Cépernic con capitales chinos que fue a buscar la propia Jefa de Estado al gigante asiático, y para la cual pagará fastuosas indemnizaciones a quienes posean tierras en los lugares por donde pasará la misma.

La oposición acusa a Báez de haber poseído información calificada a la hora de efectuar la compra de dichos terrenos, adquiridos por precios casi irrisorios y ahora recibiendo por los mismos una enorme masa de dinero que pasará a engrosar las cuentas bancarias del sindicado como el principal testaferro de la familia presidencial.

En busca de la impunidad

La creación de una Cámara Federal de Apelaciones en la ciudad santacruceña de Comandante Luis Piedra Buena, es visto por la oposición como una manera del kirchnerismo de buscar impunidad a sus acciones una vez fuera del poder en el mes de diciembre.

La parálisis de la Justicia en la provincia de Santa Cruz es una constante desde las épocas en que Kirchner era gobernador, y que el paso del oficialismo por el poder nacional ha endurecido aún más, resultando casi imposible que un funcionario público sea investigado por una Justicia independiente, ya que la gran mayoría de los jueces y fiscales responden políticamente al Frente para la Victoria.

Esta escasez de voces autónomas ha servido para que el sentimiento de inseguridad y desprotección crezca en la población, viendo como los poderosos como Lázaro Báez se sienten inmunes al accionar judicial y que pueden actuar al margen de la ley sin ninguna clase de consecuencias sobre sus actos.

Un ícono de la degradación moral

El nombre de Lázaro Báez representa lo peor de la Argentina en materia de institucionalidad. Sus negocios con el Estado en el centro de la discusión política

La Argentina se encuentra pasando un período de crisis muy grande desde lo moral, que lleva a que determinados personajes ligados a la corrupción y a los manejos más oscuros de la política nacional, como lo es Lázaro Báez, crezca y se sostenga al amparo del poder sin que caigan sobre él el peso de la Justicia.

Montesquiu decía que “la descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado”, y en esto parece estar sumergido el gobierno nacional, que llegó al poder con un discurso de la nueva política como estandarte, y que se termina yendo del mismo 12 años después, envuelto en grandes escándalos de corrupción.

Lázaro Báez es sólo una pequeña muestra de cómo la degradación institucional ha ido ganando terreno en el país desde el regreso de la democracia. Su crecimiento patrimonial a partir de mayo del 2003 y sus cercanías con la familia presidencial, lo han puesto al empresario patagónico en una posición incómoda, donde es la cara visible de la impunidad reinante en la Argentina.

Todo accionar del empresario patagónico ha sido tomado por el grueso de la población, casi como un  acto hecho por la propia familia presidencial. “El kirchnerismo tiene enorme cantidad de actos de corrupción llevados adelante durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, el tema es que la Justicia llegue hasta el fondo. Las empresas del grupo de Lázaro Báez están íntimamente vinculadas con la presidenta de la Nación, por lo que es necesario que todo esto se investigue y se de legalidad a sus acciones”, remarca a Hoy el diputado nacional por la Coalición Cívica, Fernando Sánchez.

Para uno de los hombres de confianza de Elisa Carrió, “no hay nada claro en el accionar de Báez y la familia Kirchner. No informan a la Inspección General de Justicia (IGJ), la AFIP mira para otro lado y nadie hace nada. Hay una clara intención de estos organismos de proteger a las empresas ligadas a Cristina Kirchner y Lázaro Báez”.

La debilidad institucional impide el progreso de una sociedad al no generar los incentivos necesarios para la inversión, fuente de prosperidad, creándose así un círculo vicioso de difícil salida. El estado de descomposición en el que se encuentra la Argentina, ha llevado a la población a no creer en nada, dejando un escenario penoso y cargado de incertidumbre de cara al futuro.

La República representativa que la Argentina adoptó como emblema hace más de siglo y medio, se ha visto perjudicada por la acción de actores emergentes del amiguismo político, caso el empresario emblema de la década kirchnerista, que sólo han servido para descobijar al ciudadano y beneficiar a los eternos ganadores del sistema.

“Lázaro Báez es la María Julia Alsogaray de la corrupción durante la época kirchnerista y esperemos que terminen los dos igual, sancionados por la Justicia. Cuando la presidenta de la Nación reconoce un incremento patrimonial y lo justifica de acuerdo a vinculaciones comerciales con empresas de Báez y empresas suyas, que son absolutamente fraguadas, se crea una sensación de inmunidad que están al servicio del incremento patrimonial del empresario y la presidenta”, destacó Sánchez.

Desde hace décadas, la Argentina enfrenta serios problemas en materia institucional, pero éstos se han ido profundizando en años recientes, debido más que nada al accionar cómplice que han mantenido las autoridades estatales con hechos de corrupción que no han hecho más que desmantelar lo poco de margen republicano que quedaba en el país.
 Un panorama complejo en el que se encuentra sumergida la Argentina en estos días, donde desde lo político se avizora un futro cercano lleno de tempestades que puede hacer naufragar al barco K, y donde Lázaro Báez, es sin dudas un sinónimo de esta fuerte degradación moral de la que costará mucho salir al corto y mediano plazo.

Una vida ante los estrados

El empresario kirchnerista Lázaro Báez ha estado a lo largo de toda la década kirchnerista sumergido en fuertes polémicas e involucrado en una inmensidad de causas judiciales por diversos ilícitos.

Tras la muerte del expresidente Néstor Kirchner, su nombre comenzó a aparecer frecuentemente como uno de los encargados de hacer frente a la herencia económica que habría dejado el fallecido mandatario.

Entre las causas judiciales que Báez debe afrontar, figuran la de lavado de dinero que se lleva adelante el juez federal Sebastián Casanello, y donde están involucrados otros nombres de la famosa ruta del dinero K, como Federico Elaskar, Leonardo Fariña y Fabián Rossi.

Otra de las causas que se le siguen al empresario tiene con ver con una supuesta extorsión que tiene al frente al juez federal Claudio Bonadío, en la que se sostiene que Báez habría montado una cadena de empresas con más de 200 eslabones para hacer circular dinero de negocios hechos al amparo del poder.

También debe afrontar una causa iniciada por la diputada Elisa Carrió, que habla sobre cómo el empresario tenía bóvedas ocultas en sus propiedades con dólares, armas y documentos relacionados a sus empresas y el poder político. Además, fue denunciado ante la Justicia por sus negocios con el Estado, principalmente por los efectuados con Austral Construcciones en la provincia de Santa Cruz.