El tarifazo K del gas, con subas de más del 300%

Golpe tras golpe, el bolsillo de los consumidores se resiente cada vez más. Y una de las principales sangrías económicas se da en los servicios públicos, siendo el gas el que mayor cantidad de aumentos ha recibido en los últimos tiempos.

Por estos días, los consumidores residenciales empezaron a recibir sus facturas con las subas y el retiro de subsidios anunciados por la gestión de Cristina Fernández en el pasado mes de marzo. Los porcentajes de tamaños incrementos son aterradores y van desde el 100% hasta más el 300%, aunque el impacto final recién se podrá apreciar en las próximas semanas.

En detalle, se supo que los clientes de categoría R1 (aquellos que consumen hasta 500 m3 por año y que representan cerca del 60% de los usuarios) pasaron de pagar $ 142 anuales a $ 290 , mientras que los de la categoría R2 (quienes utilizan entre 500 y 1.000 m3 al año) abonaron  $ 1.030 este mes, siendo que en marzo gastaban $ 340. Son apenas algunos ejemplos del vacío económico que produce este impuestazo que, en el caso de la categoría R3, llegó a ser del 320%.

Crisis, dependencia y desmanejo de los fondos

El exagerado aumento en las tarifas tiene su correlato en la gravísima crisis energética del país, que se vio obligado a importar gas del exterior para satisfacer la demanda interna. De hecho, fue el propio presidente de la estatal petrolera Enarsa, Walter Fagyas, quien anteriormente precisó que Argentina garantizó el pago de 400 millones de dólares a Bolivia por la compra de gas natural.

Sin embargo, lo curioso es que los subsidios a sectores económicos crecieron un 78% en el primer semestre del año -comparado con el mismo período de 2013- y el sector energético representó un 74,3% del total, con un récord de crecimiento interanual de 100,9%, según informó hace unos días ASAP. En otras palabras, los subsidios para el área energética superaron los 67 mil millones de pesos en los primeros seis meses de 2014, algo que deja muy mal parado al gobierno nacional.

Además, cabe señalar que la quita de subsidios se ubicó a la par de una suba real para pagar el valor del gas en boca de pozo a las productoras (como YPF o PAE) y también para cubrir la tarifa de distribuidoras (como Metrogas o Gas Natural Fenosa) y transportistas (TGN y TGS). Otro punto oscuro que quedó tapado por la exagera presión tarifaria.