En La Plata hace falta el doble de patrulleros

La Dirección Departamental de La Plata posee menos de dos móviles por comisaría, aunque cada una necesita entre cuatro y cinco para funcionar. Falta de recursos, magros salarios y desidia, forman parte de un cóctel explosivo a punto de estallar

La delincuencia no se detiene ante nada. Todos los esfuerzos parecen inútiles y la realidad ha dejado al descubierto la cruda verdad: las autoridades encargadas de velar por la seguridad de la población carecen de respuestas y las fuerzas de seguridad enfrentan una de las crisis más importantes de la historia reciente, faltas de personal y equipo, han sido sobrepasadas por el violento accionar de los malvivientes.

Según pudo constatar Hoy la Dirección Departamental de La Plata posee 16 comisarías bajo su mando. Cada destacamento cuenta, con suerte, con dos patrulleros funcionando, aunque se necesitan entre cuatro y cinco unidades para realizar su labor. Peor aún, distintas fuentes revelaron a nuestro diario que muchas patrullas se encuentran rotas y sólo disponen de 15 litros de combustible diarios, lo que sólo les permite circular hasta las diez de la noche y los deja completamente inutilizables luego.

En momentos en los que el gasto público no para de crecer, vale la pena preguntarse dónde y cómo se invierten esas millonarias sumas. Lo que queda claro es que la seguridad no es prioridad y que no es un área beneficiada por las discrecionales partidas presupuestarias del Gobierno.

Fuentes consultadas por Hoy revelaron que, lejos de mejorar, la grave situación que se vive se vuelve aún más preocupante. A la escasez de personal y recursos se suman los magros salarios, las guardias interminables, la desorganización y la desidia, entre otros muchos problemas; todo como parte de un cóctel explosivo a punto de estallar.

De acuerdo con lo reglamentado, cada oficial debe cumplir guardias de 24 horas y luego posee otras 48 de descanso, ecuación que se repite dos veces por semana, cumpliendo con un total de 48 horas trabajadas por semana. La realidad, sin embargo, es muy diferente: “para poder llegar a un sueldo decente, cada agente tiene que hacer unas 120 horas extra por mes –conocidas como horas CORES– y a eso adicionarle otras tantas cuidando supermercados o haciendo vigilancia, por ejemplo”, explican desde la fuerza. Como resultado, los oficiales disponen sólo de unas 20 horas semanales para descansar y pasar tiempo con sus familias, antes de regresar a la rutina.

A todas luces, las fuerzas de seguridad provinciales han sido largamente sobrepasadas por el avance la delincuencia. La escasez de recursos y personal dinamitan el trabajo de los exhaustos oficiales bonaerenses, quienes buscan hacer lo mejor que pueden con las herramientas que tienen a su alcance.

Un comisaría cerrada por “insegura”

En febrero pasado, La Plata fue testigo de un insólito suceso, luego de que el fiscal penal Marcelo Romero solicitara el cierre del Destacamento de Villa Progreso, usurpado por numerosos vecinos del barrio, al considerarlo “inseguro”. El hecho fue una muestra más del deterioro de la seguridad en la región, en particular, y todo el territorio bonaerense, en general.

Como en su momento adelantó Hoy, el fiscal en turno envió un escrito al propio ministro de Seguridad, Alejandro Granados, a quien le solicitó, entonces, la clausura inmediata del puesto policial ya que no reunía las más mínimas condiciones para garantizar la seguridad del barrio y los propios efectivos que se desempeñaban allí. En esa misma misiva, Romero solicitó que si el destacamento no iba a ser cerrado, al menos debía ser provisto de las medidas de seguridad necesarias.

Pocos días después el funcionario dictaminó el desalojo del predio y tras un violento enfrentamiento entre los ocupantes y las fuerzas de seguridad provinciales, los agentes recuperaron el control de la dependencia. Desde entonces la Comisaría fue vallada perimetralmente y refaccionada, aunque los agentes aún trabajan en medio de la hostilidad de las familias desplazadas del lugar.

Una agente pidió apoyo al 911 porque estaba sola en una Comisaría

Parece un chiste, pero no lo es. Podría resultar gracioso si no se tratara de un hecho escandaloso que revela, una vez más, las pésimas condiciones que enfrentan decenas de destacamentos policiales en todo el territorio provincial. Una oficial de policía pidió apoyo a la Central de Atención Telefónica de Emergencias (CATE) a través de una frecuencia radial interna: se encontraba sola, en una comisaría de la localidad bonaerense de Dock Sud, en el partido de Avellaneda; con más de diez detenidos a su cargo.

El triste suceso trascendió ayer, pero se produjo cerca de las dos de la madrugada del sábado. Todo quedó registrado en las grabaciones del 911 y en ellas se escucha la voz de una agente a la que le aseguran que se dispondrá de un patrullero para hacer “una pasadita” por la seccional. “Con una pasadita no hacemos nada, es una compañera, habría que ponerle personal”, responden categóricamente desde el otro lado del teléfono.

La oficial, identificada como Deborah Sánchez, se comunicó con sus pares tras oír ruidos en los techos del destacamento, ubicado en la esquina de Debenedetti y Huergo del mencionado distrito. En ese momento, según explicó luego el jefe de la Departamental de Lanús, comisario Claudio Blanco, el jefe de turno y demás personal de esa dependencia se encontraban “cumpliendo tareas de interceptación vehicular, por las que tuvieron dejar momentáneamente el destino”.

El comisario remarcó que esa situación no es habitual y que los detenidos se encuentran debidamente alojados “en un sector adecuado, que cuenta con ciertas medidas de seguridad”. “Volcamos toda la gente a la calle y tratamos de cumplir la función lo mejor que nos salga”, concluyó el oficial.
El insólito suceso reveló, una vez más, la crítica situación que enfrentan las fuerzas de seguridad en todos sus niveles. Y dejó en claro que, mientras la delincuencia avanza descontroladamente, la problemática no es ninguna prioridad para los funcionarios argentinos.

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