EN OFF // Política de seguridad: ¿prioriza la imagen a la prevención real?

Disuadir el accionar de los delincuentes, bajar la cantidad de casos de inseguridad y mantener la paz social (cosa que no se logró en la localidad de Monte Hermoso por el crimen de Catherine Moscoso) son los grandes objetivos de las fuerzas de seguridad en la provincia de Buenos Aires.

Para ese fin deberían elaborar distintas estrategias las autoridades políticas y policiales, teniendo en cuenta datos que se desprenden de los mapas del delito y de los servicios de inteligencia que analizan el modus operandi de los criminales.
Ante la demanda social de vivir en tranquilidad y por la queja por los altos niveles de inseguridad, en este año electoral, algunos mandos intermedios de las fuerzas de seguridad han denunciado que con algunas prácticas policiales se opta más por cuidar la imagen que trabajar en serio para prevenir delitos.

“En la capital provincial, todos los días a la misma hora, por la misma cantidad de tiempo y en  los mismos lugares, se colocan tres patrulleros y casi una decena de agentes para realizar operativos de control”, explicó un comisario de una de las seccionales céntricas de La Plata.

Estos operativos, los que ya no son sorpresivos, se ubican en cruces de las avenidas más transitadas, donde son percibidos por una gran cantidad de automovilistas y personas que se movilizan en transporte público. “Da sensación de custodia, de prevención, pero es pura ‘cháchara’. Esa acción policial no disuade al delincuente, al que le es muy fácil eludir el operativo tomando una calle paralela”, aportó la misma fuente.

Lo que se denuncia es que en lugar de patrullar los barrios y proteger a los vecinos de una manera menos visible pero más efectiva, se opta por una cuestión más propagandística.

 “Los vecinos se dan cuenta. Vienen y se quejan. Nos piden que vayamos a transitar por las calles de los barrios, pero saben que nosotros cumplimos órdenes”, aportó un jefe de calle de una comisaría de la zona sur de La Plata. De acuerdo al último censo, realizado en 2010, en La Plata viven 740.369 habitantes y la Policía Bonaerense destina a 1200 agentes a esta ciudad. Por lo que la relación es de un uniformado cada 616 platenses. Y si se suma a los 700 integrantes de la Policía Local la ecuación pasa a 390.

Pero la diferencia hay que multiplicarla al menos por dos, ya que los efectivos no están cumpliendo funciones todo el tiempo y un alto porcentaje usufructúa licencias por problemas de salud.

Ante la crisis de recursos humanos, se impone que la optimización sea lo más eficiente posible. Priorizar la imagen no parece ser la solución real del complejo drama de la inseguridad.