Ramal La Plata - Constitución

En Pampa y la vía: improvisaciones en la electrificación del Roca

El lunes cerrará “por 90 días” el ramal La Plata-Constitución, con el objetivo de acelerar la electrificación en plena campaña electoral. Las obras, que se prometieron durante 12 años, ahora se realizan en un marco de improvisación y apuro, provocando serios daños a domicilios particulares

Desde hace siete años, Ulises P. vive junto a su esposa en su vivienda de la calle 510, en Ringuelet. En ese tiempo, el sonido del ferrocarril General Roca atravesando las vías que corren a escasos 10 metros de su casa se volvió tan familiar como el llanto de su beba de apenas diez días.

Sabía, al adquirir esa propiedad, que Ringuelet era una de las 19 estaciones del ramal La Plata-Constitución. Lo que no imaginaba -y nadie le avisó- era que, siete años después, a menos de 5 metros de su hogar, iba a tener que lidiar con la premura de obreros trabajando a destajo, entre máquinas pesadas y con maniobras peligrosas, apurados por los desesperados manotazos del gobierno que, a través del ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, acelera la electrificación del Roca, una obra prometida infinidad de veces durante la era K y que, a poco más de un mes para las elecciones de octubre, vuelve a enarbolarse como caballito de campaña.

“Nunca tuve un problema con el tren, pero en marzo empezaron a trabajar y me rompieron toda la casa, así de simple”, dice a Hoy Ulises, mientras señala una grieta que nace en el techo y se extiende medio metro hacia abajo.

“Dañaron la estructura, se abrieron grietas y por más que ahora se repare, la casa no volverá a ser la misma. Todos se mostraron completamente insensibles, desde la empresa hasta el Ministerio; nadie se preocupó por cómo vivíamos ni por las condiciones en las que tenemos que vivir, con una beba muy chiquita”, afirma y continúa recorriendo la vivienda, mostrando esos surcos por los que pasa la luz, el frío y también la lluvia: “Con el útlimo temporal, las paredes se humedecieron todas”, añade, hasta que su voz se pierde con el paso del tren y el ruido de una excavadora.

“Reparar” en 90 días lo que se destruyó en 12 años

Ulises es apenas uno de los tantos vecinos que denunciaron a nuestro diario los efectos de esta obra proselitista. Y temen que las consecuencias sean peores. Sobre todo, desde que se anunció que el próximo lunes cerrará el ramal La Plata-Constitución “por 90 días”, es decir, los que restan para que el kirchnerismo abandone el poder. En esos meses, pero más que nada de acá al 25 de octubre, se intensificarán los trabajos para, según el gobierno, terminar la electrificación antes del cambio de gestión.

Pero la historia indica que el relato que la presidenta Cristina Kirchner monta está en las antípodas de la realidad. Y las promesas ferroviarias no escapan a esa máxima.  Por eso, cuesta imaginar que el gobierno pueda concretar en tres meses lo que no hizo en 12 años. Resulta casi perverso que, en plena carrera electoral, haya dictaminado la adjudicación de obras por 526 millones de pesos a la unión transitoria de empresas conformada por Siemens S.A. y Tecnología y Servicios Urbanos (Tesur S.A.) y acelere esa labor sin medir las consecuencias: no sólo para los cerca de 85 mil pasajeros afectados, sino también para los vecinos a la vera de las vías.

Sintiendo esto como un “atropello”, un grupo de lugareños de Ringuelet, elevaron notas a Randazzo y a la firma Eleprint S.A.-Esuco S.A.-Ringuelet UTE, adjudicataria de la obra Viaducto Ringuelet, en el marco de la electrificación del tren. Allí, argumentaron que “no están dadas las medidas mínimas de seguridad”. Por lo mismo, Ulises iniciará acciones judiciales, en principio, “contra la empresa; y después veremos si deslindamos la responsabilidad al Estado, por la negligencia y la falta de supervisión”.

Coletazos de la desesperación

Y en esta ceguera electoral de mostrar gestión a tres meses de abandonar la Rosada, el kirchnerismo también enfrenta reclamos como el de los choferes de taxi, que ayer se concentraron en la intersección de 1 y 44, en reclamo por el cierre temporario de la Estación de Trenes.

Los manifestantes consideraron que, a raíz de las obras previstas para los próximos 90 días, unos 150 choferes que trabajan en esa zona de la ciudad, “se van a quedar sin pasajeros. Sin trabajo”, y fueron contundentes: “150 familias no fueron contempladas. Tendrían que haberlo planificado”.

“El 90% de la red ferroviaria no está en condiciones”

De Ringuelet, a Tolosa, donde también se intensifican las consecuencias de la acelerada electrificación del Roca sobre los vecinos, Hoy pudo constatar la desidia ferroviaria que echa por tierra el relato K: basta con acercarse a la estación de Tolosa para ver los coches nuevos, importados de China, arrumbados, al aire libre, porque su circulación se hace imposible dada la obsolescencia de la mayoría de las vías.

“La infraestructura ferroviaria es antigua. Levantar este muerto va a costar mucho tiempo. En todo el país, las vías están muy deterioradas; el 90% de la red ferroviaria no está en condiciones para trenes de pasajeros, el servicio es muy malo, porque la prioridad está puesta en la carga, que es el gran negocio”, aseveró a nuestro diario el investigador, profesor y creador del proyecto Trenes para Todos, Leonardo Rico, y agregó: “Al no haber control ni planificación, las vías fueron relegadas al abandono”.

Consultado sobre la extraña decisión del gobierno, de otorgarle un millonario contrato a la empresa alemana Siemens (condenada por el pago de sobornos a funcionarios menemistas para quedarse con la confección de los DNI; y que, entre sus antecedentes, cuenta con la no finalización de obras), en lugar de privilegiar la industria nacional, Rico sostuvo que “al no haber una planificación integral, se hace difícil recuperar la industria ferroviaria. Además, muchos de los créditos que Argentina toma son condicionados, porque en gran medida China financia la compra de ferrocarriles, pero siempre y cuando sean comprados a China”.

“Sin planificación ni idoneidad, lo que hay son pequeñas improvisaciones en las que se utiliza el tren como caballito de campaña, sin la seriedad que requiere un sistema tan complejo como el ferroviario”, concluyó el especialista.