En Tucumán falsifican estadísticas y le sacan comida a los desnutridos

Al médico que denunció la adulteración de cifras de desnutrición lo obligaron a retirar la mercadería que les daba a los niños con este padecimiento. El Ministro de Salud y candidato a diputado nacional del kirchnerismo, Juan Manzur, en el ojo de la tormenta

El doble discurso del kirchnerismo puede llegar hasta las situaciones más perversas. El mismo Gobierno que hace gala de la defensa de los derechos humanos, adultera las cifras de desnutrición y no permite que las familias más pobres accedan a mercadería indispensable para el desarrollo infantil.

La situación volvió explotar esta semana, pero data de hace cuatro años, cuando el actual Ministro de Salud, Juan Manzur, era funcionario de la misma cartera pero a nivel provincial, en Tucumán. En ese momento ordenó cambiar a partir del año siguiente la forma en la que se medía el estado de nutrición de los niños para bajar “mágicamente” los índices de desnutrición. Actualmente, Manzur es el primer candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria en esa Provincia y es uno de los principales postulantes para suceder al kirchnerista Jorge Alperovich como gobernador, teniendo en cuenta que la Constitución de esa provincia le veda la posibilidad de ir por un nueva gestión al actual mandatario. Actualmente, Alperovich es un estrecho aliado de la presidenta Cristina Fernández al punto que su esposa, Betriz Rojkés, es la presidenta provisional del Senado. Es decir, es tercera en la línea de sucesión presidencial (ver aparte).

Uno de los médicos que viene denunciando la aberrante adulteración de las estadísticas, Eduardo Gómez Ponce, fue obligado la semana pasada, en señal de represalia, a retirar todas las donaciones que había obtenido para sus pacientes carenciados del Centro de Atención Comunitaria (CAC) N° 10, donde presta servicios.

La raíz del conflicto es una resolución aplicada en Tucumán en septiembre de 2010 por medio de una circular del Sistema Provincial de Salud (Siprosa), que estableció una nueva forma de medir los problemas nutricionales que hizo bajar milagrosamente las cifras de más de 22.000 desnutridos a 3.690.

“A partir de septiembre del año 2010 se empieza a usar un método de medición para evaluar el estado nutricional de los niños: el Índice de Masa Corporal (IMC). Para eso, se incorporó una tabla de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero esa tabla fue confeccionada con una población que no tiene las características antropométricas que tiene la población nuestra. Esa tabla tampoco contempla las condiciones sociosanitarias que tiene nuestro país, de pobreza e indigencia”, explicó a Hoy Gómez Ponce.

Agregó: “A partir del año 2010 es cuando yo hago las primeras denuncias públicas, por conocer que habían sido adulteradas las cifras del registro de la población de Tucumán. Las cifras que teníamos nosotros registradas para el año 2007/2008 oscilaban entre 20 y 22 mil niños desnutridos. Yo hice un seguimiento con el resto de la población sometiéndolas a las dos tablas de medición (la nueva y la vieja), y observé que esta relación se mantenía exactamente igual. Es decir, había niños que figuran ahora con peso normal, pero que están desnutridos”, señaló Ponce. 

En ese marco, aseguró que “Tucumán tiene registrados a diciembre del año 2012 según las cifras que da el Gobierno alrededor de 3690 casos. Nosotros registramos entre 20 y 21 mil niños desnutridos. O sea que hay 16 mil niños que pertenecen a una población pobre e indigente que están quedando excluidos del sistema, y esos niños no reciben un programa de recuperación. Ahí está el efecto malo de esta gestión de Gobierno en Tucumán”.

Presiones por denunciar

Tal como explica Ponce, la nueva forma de diagnóstico ordenada por Manzur ocasionó que entre el 60 y el 70 por ciento de los niños que padecen desnutrición no formen parte de las estadísticas provinciales, quedando por lo tanto excluidos de los tratamientos y del Programa Focalizado de Refuerzo Nutricional.

Por esta razón es que Ponce había recaudado donaciones de mercadería, para darle a sus pacientes desnutridos en el mencionado CAC Nº10, ubicado en Villa Amalia, dentro de la capital provincial, dado que el Gobierno no les suministra absolutamente nada por considerarlos chicos que apenas sufren "bajo peso".

“Una vez por mes se le hace un control a los niños desnutridos. En ese marco se le hacía entrega de la leche del programa materno infantil. Y a su vez le dábamos un refuerzo de alimentos que venían de donaciones de fundaciones solidarias”, explicó Ponce.

“En las últimas dos semanas, cuando volvimos a reiterar estas denuncias públicas, recibí una intimación escrita para que desalojara todas las mercaderías de donaciones del depósito del centro de atención primaria en el cual yo asisto a los niños. Lógicamente tuve que hacerlo, y con la colaboración de los vecinos tuve que trasladar parte de la mercadería a la casa de un vecino”, destacó el profesional.

La orden de retirar la mercadería fue dada por la Jefatura del Departamento de Atención Primaria de la Salud de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, como respuesta a las denuncias de Ponce, poniendo en riesgo la alimentación de niños desnutridos.

Radiografía de la adulteración

 “El problema es que esas tablas de la OMS fueron confeccionadas para una población de niños que hayan nacido de mamás completamente sanas, con una alimentación adecuada que durante el embarazo, que no hayan tenido ninguna circunstancia de enfermedad y que no hayan sido fumadoras. Eso en cuanto a las mamás. En cuanto a los niños, tendrían que ser niños que no hayan sido expuestos a situaciones socioambientales desfavorables que los enfermen y que hayan tenido una alimentación adecuada”, señaló el médico Gómez Ponce.

“Esas tablas sometidas al rigor de nuestra población, pobre e indigente, no reúnen esas condiciones, ni antropométricas, ni sociosanitarias. Es más, la Sociedad Argentina de Pediatría estipula que el Índice de Masa Corporal, no debe ser utilizado para medir desnutrición, si no para medir sobrepeso y obesidad y su relación con los riesgos vitales”, aseguró Ponce mostrando las enormes contradicciones que tiene el método propuesto.

Un miembro del Clan Alperovich

El Ministro de Salud, Juan Manzur, es parte del clan Alperovich, que gobiernan Tucumán desde hace diez años con mano de hierro, acumulando denuncias no sólo por falsear datos sobre desnutrición, sino también por corrupción, y por encubrimiento estatal y policial de las redes de trata, entre varias otras irregularidades graves.

Lejos de diferenciarse, tanto para el expresidente Néstor Kirchner como para la presidenta Cristina Fernández, los Alperovich y su clan siempre estuvieron entre los mimados del Gobierno. No casualmente en 2009 Manzur pasó a conducir el Ministerio de Salud de la Nación, justo después de comenzar con la adulteración de cifras de desnutrición, casi como un premio a su labor. En octubre, el Ministro será el primer candidato a diputado del Frente para la Victoria por la provincia de Tucumán.

Por otra parte, la esposa del Gobernador José Alperovich, la senadora Beatriz Rojkés, es la tercera en la línea de sucesión presidencial, una muestra de la confianza que le tiene la presidenta.