Entrevista a María Pía López

“Falta una política de Estado tendiente a frenar la violencia machista”

Así lo aseguró a este medio María Pía López, socióloga e integrante del colectivo Ni Una Menos. Sostuvo que “no hay capacitación en términos de género en los agentes judiciales y de seguridad, seguimos sin tener estadísticas fiables y sigue creciendo la cuenta de las mujeres asesinadas”

Socióloga, ensayista y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), María Pía López es una de las voces autorizadas que trabaja y analiza en profundidad la problemática de la violencia machista, los femicidios en la Argentina y la realidad política de estos días en torno a ello. En diálogo con diario Hoy, la especialista sostuvo que “todas las decisiones gubernamentales afectan a las mujeres en cuanto a mayores privaciones de derechos”.

—¿Cómo califica las multitudinarias marchas que hubo con la consigna #NiUnaMenos? ¿Logró cambiarse alguno de los paradigmas que rodean a la problemática de la violencia machista?

—Creo que algunas cosas cambiaron. Si uno compara cómo estaba la situación en 2015, cuando hicimos la primera marcha, y cómo está ahora, se modificó el modo en el que se estigmatiza la cuestión de los femicidios. En aquel momento había algunos medios que ante un femicidio titulaban: “Fanática de los boliches”. Eso cambió mucho durante 2016, y notamos que la prensa, si bien genera una forma espectacular de tratar la cuestión, incluso brindando detalles escabrosos, no tiene el mismo grado de violencia de revictimización de las víctimas. Ya está muy instalado el tema de la violencia, los mecanismos de denuncia, hay una cuestión general ante la desigualdad que afecta a las mujeres, y eso es un triunfo muy claro del movimiento social. 

Por otro lado, hay otras cosas que no cambiaron y obligan a seguir movilizándonos: no hay capacitación en términos de género en los agentes judiciales y de seguridad, seguimos sin tener estadísticas fiables, además de que sigue creciendo la cuenta de las mujeres asesinadas. 

—¿Por qué esta problemática en vez de detenerse no hace más que agravarse? 

—Porque si bien hay movilizaciones y discusión en las calles, no hay políticas públicas, ya que todas las decisiones gubernamentales afectan a las mujeres en cuanto a mayores privaciones de derechos. Hoy estamos asistiendo a la desintegración de la Educación Sexual Integral (ESI), porque acaban de cerrar todos los cursos para el año que viene y esta formación de profesores es central para poder transmitir a los chicos una educación igualitaria. Si eso no ocurre, siempre va a haber ataques machistas porque hay un principio de conservadurismo social que se ratifica, que se termina expresando con esto: más libertad de las mujeres, más reacción machista contra ellas. 

—Muchas de las críticas que han partido del colectivo Ni Una Menos indican que al Gobierno le falta una política de Estado. ¿Qué piensa de esta visión? 

—Lo que falta es una política de Estado tendiente a frenar la violencia machista en nuestro país. La violencia sigue creciendo de un modo espantoso, pero también tengo la impresión de que tras el paro de mujeres del 19 de octubre ha crecido la capacidad de organización y la conciencia social.  

—En el ambiente laboral también se ejerce violencia hacia las mujeres: la desocupación femenina es mayor y ganan hasta un 25% menos que los hombres. ¿Cómo se cambia esto? 

—Además de ese dato de la desigualdad en términos salariales, hay algo que todavía me parece más complejo y pesado y es que estamos en una situación donde gran parte del trabajo que es socialmente necesario, no rentado, es el que se hace en la casa, del cuidado, de la producción doméstica, entre otros. Los cálculos indican que el 76% de esas tareas son realizadas por mujeres, con lo cual no solo estamos en disparidad en el mercado laboral, sino que además tenemos una condena socialmente instalada de que, por razones de género, somos las que tenemos que encargarnos de cuidar a los niños, cocinar y demás, aunque tengamos otro trabajo aparte.

“Hay un suspenso de las libertades democráticas más importantes del país”

—¿Infiere el sesgo de un gobierno en el agravamiento o reducción de esta problemática? ¿Cómo ve las políticas llevadas adelante por el Presidente Macri?

—Uno de los principales problemas de esta gestión es el nivel de represión que se vive en muchos lugares de la Argentina, que tiene en Jujuy su punto más alto, y que tiene que ver casi con un avasallamiento de las lógicas democráticas, donde se trata de un gobierno elegido por un montón de ciudadanos que utiliza métodos autoritarios. También, como se vio en la reforma de la Universidad de Córdoba para privar de derechos a gran parte de los actores universitarios. Hay una especie de suspenso de las libertades democráticas más importantes del país, que son los derechos a la defensa y a la decisión, entre otros. 

El segundo problema que me parece evidente es el tipo de plan económico que se está llevando a cabo, que está sostenido sobre el aumento de deuda externa y fuga de capitales. Eso ya lo vivimos varias veces en la Argentina y sabemos que tiene un destino trágico en algún momento. 

El otro inconveniente es la construcción de una especie de discursividad antipolítica que banaliza todos los temas.

Números que asustan

2.094 mujeres fueron víctimas de femicidios entre 2008 y 2015

78% aumentaron los femicidios entre 2008 y 2015 

230 mujeres fueron asesinadas entre el 1º de enero y el 31 de octubre de 2016 De los Asesinos 95 eran esposos, 56 eran ex parejas, 25 eran conocidos

3.746 violaciones en 2015

1 femicidio cada 30 hs

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