FIFAGate: Burzaco bajo arresto domiciliario en EE.UU.

El exCEO de TyC se presentó quedó bajo arresto domiciliario tras presentarse ante tribunales los estadounidenses y pagar 20 millones de dólares de fianza. El penoso papel de la Justicia argentina. Temor en el gobierno ante lo que pueda llegar a decir el empresario en el país del norte

El escándalo de corrupción que azota a la entidad madre del fútbol mundial tiene a los empresarios argentinos Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis en el centro de la discusión. Sobre todo luego de que el ex CEO de Torneos y Competencias (TyC) fuera extraditado a los Estados Unidos y declarara ayer ante los Tribunales de Nueva York, quedando bajo arresto domiciliario tras pagar una fianza de 20 millones de dólares.

Burzaco, de 51 años, que se entregó en junio a las autoridades italianas y fue entregado a la Justicia norteamericana, está acusado de pagar millones de dólares en sobornos y coimas a dirigentes del fútbol sudamericano para conseguir los derechos de mercadeo de torneos, incluyendo cuatro ediciones de la Copa América. El empresario se declaró inocente y llevará un brazalete electrónico para ser monitoreado.

La situación de Burzaco ha dejado en ridículo una vez más a la Justicia argentina, que ve cómo mientras en todo el mundo el Poder Judicial actúa rápidamente y promueve acciones contra los responsables de la corrupción en la FIFA, en la Argentina los Jinkis se encuentran bajo custodia de Interpol esperando que se defina si se los extradita o no a los EE.UU.

Es tan grande la protección oficial hacia los personajes involucrados en este hecho que, para evitar la extradición, a los Jinkis se les ha iniciado desde la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) una causa paralela en la Justicia nacional para trabar el proceso de extradición y evitar así que se difunda en el mundo los negociados del fútbol que afecta a funcionarios kirchneristas.

La causa por los sobornos en la FIFA preocupa de sobremanera al oficialismo, que ve como la AFA, socia del Estado en el cuestionado programa Fútbol Para Todos (FPT) queda cada día más pegada en un escándalo que amenaza con hacer estallar por los aires a la dirigencia del fútbol nacional. 

¿Prenderá el ventilador?

La detención del ex mandamás de TyC, muy cercano en su momento a Julio Humberto Grondona, trajo mucho temor dentro del propio gobierno nacional, por ser Burzaco un hombre con ascendencia en el jefe de Gabinete y actual candidato a gobernador bonaerense Aníbal Fernández, así como también con el ex ministro K y actual senador nacional, Juan Manuel Abal Medina. Cuentan quienes transitan los pasillos de Balcarce 50, que desde las más altas autoridades nacionales temen que el empresario prenda el ventilador y cuente las relaciones con diferentes funcionarios kirchneristas que lo llevaron a ser el encargado de la transmisión de los partidos de la Primera B Nacional, de algunos encuentros de la Primera División, de los encuentros que disputa la selección nacional y de los torneos internacionales que juegan los equipos de nuestro país.

La buena sintonía existente entre Burzaco, Grondona y autoridades nacionales durante largos años, llevaron a que el empresario fuera un hombre de consulta constante por parte del gobierno a la hora del desarrollo del FPT. Y por eso, en caso de hablar ante la Justicia norteamericana, quedarían pegados en un escándalo de corrupción internacional que alteraría la campaña electoral en ciernes.

El temor oficial es tan grande, que serían varios los puentes que tendieron por detrás con el ex CEO de TyC, garantizando muchos de los negocios que mantiene en el país e incluso se habría llegado al extremo de proporcionarle asesoramiento de distintos organismos para evitar males mayores en la causa que se le sigue por corrupción en el país del norte.

Se acerca indeclinablemente el fin de ciclo K, y ello conlleva a que se intenten tapar los nexos que unen al oficialismo con el mayor caso de putrefacción política internacional de los últimos tiempos, que amenaza con nuevas entregas y que sumerge al gobierno en una oscuridad muy grande del cara al futuro cercano.