Herencia K: la millonaria “insolvencia” de Báez

Para despedir a unos 1800 trabajadores, el empresario más favorecido por la obra pública kirchnerista adujo “falta de liquidez”. Sin embargo, entre 2008 y 2013 su patrimonio creció 1200% y recibió, sólo de Vialidad Nacional, $12 mil millones. En Santa Cruz, sus empleados amenazan con más cortes

El testaferro de la familia Kirchner, Lázaro Báez, se declaró insolvente para pagar los sueldos de los empleados de su compañía insigne, Austral Construcciones, de donde despidió unos 1800 obreros. 

Esa insolvencia, sin embargo, no se condice con la fortuna amasada durante la década K: sólo en cinco años, entre 2008 y 2013, pasó de tener $5.439.641,32 pesos a declarar $66.851.903, con lo que su patrimonio se incrementó un 1200%, según consta en la causa Hotesur, que investiga a la familia Kirchner y a amigos del poder por presunto lavado de dinero. El enriquecimiento se compuso de participaciones sociales, depósitos, dinero en efectivo, inmuebles, automotores y deudas.

Pero, pese a la friolera suma, Báez adujo “falta de liquidez” y, primero, les pidió a sus contratados que adelantaran vacaciones; luego, les suspendió el sueldo anteponiendo, entre las excusas, una deuda impaga por parte de Vialidad Nacional durante el anterior gobierno, un hecho que desnuda, al menos, dos cuestiones: la responsabilidad de la gestión de Cristina Kirchner en las movilizaciones que por estos días tienen lugar en las rutas de Santa Cruz, aislando la Patagonia; y los millonarios beneficios y discrecionalidades de la administración K en favor de su supuesto testaferro.

Así surge de una reciente auditoría interna de Austral Construcciones, que cobró certificados de obra por adelantado hasta el mes de enero para modificar un tramo de la ruta Caleta Olivia-Comodoro Rivadavia.

En el último año de Cristina en el poder, Vialidad Nacional autorizó giros por $1100 millones para las firmas de Báez, mientras que durante todo el mandato de la expresidenta, el empresario ultrakirchnerista recibió $ 12.000 millones, sólo a través de Vialidad Nacional para operar en Santa Cruz con Austral Construcciones, pero también de otras sociedades suyas, como Kank y Costilla, Gotti Hermanos y Biancalani. 

En tanto que en los últimos doce años, el empresario ganó más de 54 obras por $24.500 millones. Sólo por certificación de obras, llegó a cobrar $60 millones y, en muchos casos, recibió anticipos por construcciones inconclusas. 

Pero mientras Báez recibía estos pagos por adelantado, sus trabajadores comenzaban con las medidas de fuerza para cobrar sus sueldos, cortando accesos a Santa Cruz y Chubut, paralizando a la región y complicando una de sus principales actividades, como el petróleo, al dificultar el acceso a los yacimientos.

Es menester aclarar que el empresario que hoy expulsa a la calle a sus empleados recibió, sólo para las reformas en la ruta 3, una cotización inicial de $ 150 millones en sus comienzos, que se incrementó hasta $ 800 millones por una obra que debía terminarse en dos años, pero que ya lleva ocho en construcción y cuya conclusión demandará unos $ 2000 millones, según estimaron las nuevas autoridades.

La decisión de Vialidad es rotunda: convocarán a otro proceso licitatorio para concluir el tramo y, una vez firmado el nuevo contrato, los trabajadores serían reincorporados para terminar, de una vez por todas, el tramo de la ruta 3.

Sobre esta obra, el gobernador Mario Das Neves, de Chubut, adelantó que cuenta con el compromiso del gobierno nacional de sacarle la obra a Báez y adjudicársela a otra constructora.

Fin de la tregua 

En Santa Cruz se vivía una tensa calma entre Lázaro Báez y sus empleados, quienes adelantaron que, de no recibir la totalidad de los haberes y liquidaciones por sus trabajos para Austral Construcciones y Kank y Costilla, volverán a tomar medidas de fuerza, como los cortes y piquetes que durante todo enero realizaron en las rutas santacruceñas. En total, la deuda reclamada asciende a $72.997.890.

El empresario afirmó que logró “vender y/o comercializar los certificados de obra pendiente de pago a los fines de afrontar el pago de la liquidación final del personal de baja a partir del 1 de enero del 2016”, aunque no detalló con quién o con quiénes negoció los contratos para obtener el dinero en efectivo que, dijo, sería depositado ayer en la cuenta sueldo de cada trabajador.