Por la política económica, cada vez se recauda menos

La Argentina, en negro y por fuera de la ley

La venta de productos sin pagar impuestos creció en los últimos meses un 23%, ocasionando graves inconvenientes en la economía nacional. El mayor uso de efectivo y la caída en las transacciones con tarjetas de débito y crédito, las claves de un fenómeno que no para de aumentar. La opinión de los especialistas

La crisis económica impacta en la sociedad de diferentes formas, desde restricciones a la hora de hacer las compras hasta cambios en los hábitos de consumo de los ciudadanos. Estas modificaciones en las costumbres diarias de las familias ha llevado a que haya descendido la calidad de los productos que se adquieren, y a que la dieta que se sigue no sea la más adecuada para el cuidado de los cuerpos.

Un dato llamativo desde el punto de vista meramente económico puede observarse en la drástica baja que han sufrido las transacciones con tarjetas de débito y crédito en los últimos meses, lo cual contrasta con el aumento en el uso de efectivo, lo que conlleva, a su vez, un aumento de las ventas en negro.

A pesar de que el Gobierno nacional se puso como meta, desde su llegada al poder en diciembre de 2015, disminuir el uso del efectivo y pasar a hacer más transparente y dinámica la utilización del plástico en las compras, la realidad muestra que sus políticas han tenido el sentido inverso.

Especialistas consultados por diario Hoy sostienen que una de las razones para que esto ocurra se vincula a la decisión del Gobierno nacional de no prorrogar la devolución del 5% en el IVA en los gastos en las tarjetas de débito, que regía desde 2001 y se renovaba cada año.

En caída libre

En nuestro país se cree que circulan casi 80 millones de tarjetas, entre débito y crédito, lo que totaliza casi el doble de habitantes. Sin embargo, solo el 20% de los pagos realizados en la Argentina se hacen con medios electrónicos. Resulta paradójico entonces que la gente se siga inclinando más por el efectivo y las compras en la calle que no tributan, dejando de lado el comercio legal que paga sus impuestos y tiene su situación al día.

De acuerdo a diversos estudios, en los últimos 12 meses el pago en negro en la compra de productos y artículos, tanto comestibles como del hogar, ha crecido un 23%, a la vez que las transacciones en efectivo realizadas en las calles aumentaron un 28%, dando muestras de un fenómeno que se extiende con el correr de los meses. 

Esto ha llevado a que el consumo con tarjetas de crédito en los primeros cuatro meses del año haya descendido un 16%, mientras que las compras con tarjetas de débito han bajado un 13%. Todo esto impactó de lleno en la economía, con una fuerte merma en las ventas en lo que va de 2017, cayendo un 17% las cantidades de productos vendidos en shoppings y un 11% en supermercados.

Esta situación se da en un contexto económico apremiante, donde el 40% de los trabajadores está en negro en la Argentina, y solo durante el año pasado la desocupación creció hasta llegar casi a los dos dígitos. Esto se suma a que en los últimos meses el 10% de los negocios cerró sus puertas, y a que durante el primer cuatrimestre de este año, las ventas minoristas descendieron un 3,7%. 

Explicaciones varias

Los expertos consultados por nuestro diario estiman además que otra explicación a este fenómeno puede ser la falta de incentivos oficiales a las pymes, ya que en 2016 los comercios pagaron a los bancos unos $13.250 millones en concepto de comisiones, haciendo del uso del plástico un fenomenal negocio financiero que afecta a la competitividad.

Al tener que abonar semejante cantidad de dinero en transacciones bancarias, los comercios se ven imposibilitados de disminuir sus precios, ya que al costo del producto y a la ganancia en la venta del mismo se le debe sumar también el pago de estas comisiones, que impiden el crecimiento de los pequeños negocios.

A esto habría que agregarle el crecimiento de la Argentina ilegal que hace que la venta en negro aumente sin ninguna clase de límites por parte del Estado. Según datos oficiales publicados por la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, el mercado ilegal le saca el 40% del total de las ventas a la actividad comercial legal, creciendo solo en los últimos cinco años un 100%, con más de 90.000 puestos clandestinos a lo largo y ancho de la Argentina.

Sin reglas de juego claras que regulen su accionar, las transacciones por fuera de la ley y las normas no hacen más que crecer, poniendo en riesgo la economía nacional, con empresas y comercios que bajan sus persianas, miles de puestos de trabajo que se pierden, y con una ilegalidad que deja al país barranca abajo.

Palabras autorizadas

“Se enciende una luz amarilla en lo vinculado al consumo”

Martín Simonetta - Economista. Profesor en la UCES

“La caída de las compras con tarjeta de crédito y débito enciende una luz amarilla en lo vinculado al consumo de los argentinos. Si bien algunos indicadores económicos, tales como el Estimador Mensual de Actividad, mostrarían pequeños símbolos de reactivación del nivel de actividad (0,8% en abril y otro tanto que se espera para el corriente mes), otros indicadores, como la disminución de las ventas con tarjetas, estarían diciendo algo no tan lineal.

El dinero habla y la baja del consumo a través de estos medios de pago podría indicar, por un lado, que una parte de la ciudadanía ha decidido no usar esa forma de compra por abstenerse de consumir y/o por encontrar límites en el crédito disponible, tal vez luego de agotar el crédito bancario de la tarjeta. Una visión complementaria es la que interpreta la preferencia de los consumidores de volcarse a las compras informales, buscando evitar los costos impositivos de la adquisición en blanco, como por ejemplo eludir el 21% del pago de IVA”.

“A los comerciantes no les conviene usar tarjetas”

Jorge Colina - Economista jefe de Idesa

“Una de las primeras medidas que tomaron las actuales autoridades económicas fue eliminar el reembolso del 5% del IVA que tenía el uso de tarjetas de débito. Este reintegro era un incentivo al uso del dinero electrónico porque compensaba el impuesto al cheque que el Estado cobra cuando se usa la tarjeta de débito. Ahora que lo eliminaron, pagar con tarjeta de débito, en lugar de efectivo, tiene un costo diferencial, que es el impuesto al cheque. 

Por otra parte, a los comerciantes no les conviene usar tarjetas: no solo tiene mayor costo el impuesto al cheque, sino que también está la suma que los bancos les imponen por el uso del plástico y las retenciones de Ingresos Brutos que les hacen las provincias.

Todo esto implica que lo racional sea usar el efectivo. Si se busca digitalizar los pagos, hay que sacar el impuesto al cheque, las retenciones de Ingresos Brutos y cualquier otro impuesto, haciendo que los bancos sean más eficientes y bajen a niveles nimios el costo de uso del plástico”.

“La suba de precios lastima los bolsillos de la población”

Andrés Asiain - Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO)

“Hay una caída en las ventas en general, producto de lo que pasa en nuestro país. Mientras los precios aumentan, los salarios siguen desfasados y los incrementos que se dan son muy bajos. Lo mismo sucede con la seguridad social, ya que las subas no llegan a cubrir el alza de los precios, afectando el comercio y la actividad, tanto en el ámbito formal como en el informal.

La incapacidad oficial para domesticar los precios descansa en su miopía ideológica, que le impide observar los mecanismos inerciales que la alimentan. 

La acelerada suba de los precios lastima los bolsillos de la población, cuyos ingresos evolucionan por debajo de esos precios, en el contexto de paritarias que se demoran y aumentos de jubilaciones y asignaciones mermados por la alicaída recaudación. 

Además,  exacerba las expectativas de devaluaciones correctoras del retraso cambiario agravado por la devaluación del real, ahuyentando inversiones externas de mediano plazo ante las dificultades de establecer su posible rentabilidad en moneda dura”. 

“Quienes cumplimos con la ley resultamos perdedores”


Pedro Cascales
- Vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)

“Este es un fenómeno mundial que tiene una​ fuerte presencia en la Argentina desde hace 10 años y se debe principalmente a que los estados provinciales y la Nación toleraron este tipo de comercio ilegal durante mucho tiempo, permitiendo que el negocio creciera y se transformara en una cadena clandestina que finaliza en los puestos de venta, con el consabido perjuicio a la industria, el comercio y el fisco.

El crecimiento de las ferias sin control por parte del Estado hace que la mercadería ilegal aumente sin límites, no pagándose impuestos. En este marco, quienes cumplimos con la ley resultamos perdedores.

No obstante, actualmente se están dando acciones para revertir esto, como la reconversión a la legalidad, en forma de puestos formales, de los manteros de Once, quienes fueron capacitados por la CAME; se brindó un predio y herramientas de financiación. 

La mesa de coordinación contra la venta ilegal que formó el Ministerio de Seguridad de la Nación va en la dirección correcta en la lucha contra la ilegalidad en el comercio”.

“Las políticas del Gobierno están llevando al cierre de empresas en forma masiva”

Roberto Ratti Merchante - Gerente general de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme)

“Tenemos un grave problema con la entrada irrestricta de importaciones, lo que deriva en una mayor desocupación y en una peor calidad de vida para los ciudadanos. Sin mercado interno no hay economía posible, ya que este se sustenta en que los trabajadores ganen un buen salario y tengan empleo, y que puedan adquirir los productos.

En economía existe el círculo vicioso y el círculo virtuoso. En la actualidad estamos seriamente preocupados por este tipo de políticas que está tomando el Gobierno nacional, orientadas a abrir las importaciones sin mirar a quién. Están llevando al cierre de nuestras empresas en forma masiva.

No podemos buscar la culpa mirando hacia abajo, en referencia a quién lo vende, sea en negro o ilegalmente, sino que la culpa está en quién lo deja entrar. Lo que compite con nosotros en forma muy dura es el contrabando y la importación, y no aquellos que los venden. Si no, entraríamos en una guerra de pobres contra pobres, que no es lo que nosotros queremos”.

“La venta en negro supone una evasión fiscal”

Julio Gambina - Economista. Doctor en Ciencias Sociales

“La venta en negro supone una evasión fiscal que hace que los propios comercios no paguen los impuestos. Lo mismo ocurre en sectores pequeños o medianos de la economía que eluden las cargas de los pagos sociales. En un marco de caída, la actividad económica solo puede funcionar si hay elusión fiscal. La experiencia recesiva de 2016 y la escasa recuperación de este 2017 dan un marco combinado de estancamiento con inflación.

Hay un fenómeno aleatorio en simultáneo, de mucha actividad productiva y comercial que se desarrolla en casas particulares, en garajes, departamentos o viviendas no inscriptas, evitando pagar impuestos. Pasa en la reparación de artículos del hogar o peluquería. En lugar de instalar un negocio que implica un costo fiscal, se lo elude. 

Las dificultades del proceso económico de los últimos años, especialmente en el gobierno de Macri, generan condiciones que  empujan a la evasión fiscal, la cual prolifera en las pequeñas y medianas actividades económicas”.