“La Argentina tiene unas Fuerzas Armadas débiles”

Por Horacio Calderón (*)Especial para Hoy

Los nuevos ejercicios militares con lanzamiento de misiles de defensa aérea del sistema Rapier es una provocación más del Reino Unido, lo cual demuestra cabalmente que la ocupación y/o control a perpetuidad de las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y espacios marítimos adyacentes es una política de Estado y un objetivo inalterable por parte de esta potencia mundial de primer orden.

Debe hacerse hincapié en que estos ejercicios, ilegales desde ya, se desarrollan sin solución de continuidad desde hace mucho tiempo. Además, y aunque no sea de público dominio, Gran Bretaña utiliza las islas del Archipiélago de Malvinas y mares adyacentes para el entrenamiento de fuerzas que luego intervienen en conflictos militares en otros teatros de operaciones, como sucedió en las guerras en Irak y Afganistán.

Por otra parte, no debe olvidarse que las zonas en disputa, islas y mares, tienen un carácter geopolítico y geoestratégico para el Reino Unido y sus principales aliados, principalmente Estados Unidos, que les permite controlar un enorme radio de acción en tres océanos (Índico, Atlántico y Pacífico), como también proyectarse militarmente hacia el Atlántico Sur y la Antártida.

La Argentina tiene unas Fuerzas Armadas extremadamente débiles desde el punto de vista de las capacidades disponibles para enfrentar una agresión extranjera, más allá de que se desconoce oficialmente la existencia de hipótesis de conflicto, aunque nuestros adversarios históricos no las hayan descartado. Los ejercicios son una clara bofetada para el Gobierno argentino, a pesar de las intenciones aperturistas encabezadas por el mismo Presidente Mauricio Macri, quien llegó a expresar, erróneamente, que la premier británica Theresa May había acordado con él, aunque más no fuera informalmente, dialogar sobre el controvertido tema de la soberanía. 

Lo que más preocupa es que no existe una política de estado en materia de defensa nacional y nada hace presagiar que pueda haber alguna hasta el momento, dado que nuestros políticos, a lo largo y a lo ancho de todo el espectro partidista, carecen de una visión estratégica que tenga más alcance que un ave de corto vuelo.

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