Más revelaciones de la red de empresas truchas

La corrupción fantasma

Los allanamientos al empresario Carlos Tomeo, presunto testaferro de Aníbal Fernández, arrojan nuevos elementos sobre la red de empresas truchas utilizadas por sectores políticos para hacer negocios turbios. Conexiones que llegan hasta el fin del mundo 

A medida que avanza la investigación judicial contra Carlos Tomeo, presunto testaferro de Aníbal “La Morsa” Fernández, van conociéndose las profundas relaciones políticas que tendría este empresario, quien vive rodeado de lujos en el exclusivo country Abril. Concretamente, en una serie de allanamientos que se realizaron la semana pasada, se habrían encontrado elementos que complican al exvicegobernador de Tierra del Fuego, Daniel Gallo, y a su vez conducen a la red de sociedades fantasmas que sacó a la luz el diario Hoy hace cuatro años. 

Entre otras causas, Gallo está siendo investigado por presunto lavado de activos a partir del accionar de la empresa Glisud SA. Se trata de la empresa que habría estado dedicada a la compra fraudulenta de créditos del banco de la provincia durante el mandato de Gallo como funcionario electo, entre 2000 y 2003. En este expediente también están involucrados el presidente de Glisud, Enrique Pinto, la exapoderada de la compañía, Teresa D’adamo, y el ciudadano uruguayo Néstor Gustavo Cardozo García, a quien se le adjudica ser un “fabricante” de empresas en Uruguay, Argentina y Panamá, entre otros países, y que está vinculado con un supuesto préstamo de 140.000 dólares a Glisud, a través de la firma Crider Trading SA, con sede en el vecino país.

Gallo mantuvo una estrecha relación con Néstor Kirchner y actualmente es empleado de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). También figura en la investigación de los Panamá Papers como dueño de la empresa offshore United Red Dragons Limited, con sede en Taiwán y creada en jurisdicción de las Islas Vírgenes Británicas. La compañía fijó domicilio en Taipei, la capital de la isla de Taiwán, y aparece “activa” desde mayo de 2015, según puede corroborarse en el listado publicado por el consorcio internacional de periodistas.

Al analizar la trayectoria comercial de Glisud surge que la compañía fue fundada en el año 2002 por dos prestanombres: Ilda Belluschi, una jubilada que actualmente tiene 92 años y que en la última década conformó centenares de sociedades anónimas, y Máxima Amanda Correa, una exempleada doméstica que tiene 75 años. Está última, a su vez, aparece como fundadora de la empresa de recolección de residuos Covelia junto con otra persona de condiciones extremadamente humilde: Marcelo Arenales, un empleado de supermercado que entre 1999 y 2008 creó 94 sociedades anónimas.

¿De qué forma se conectan Glisud y la Tomeo? Según registros oficiales, Correa figura en la constitución de 196 sociedades, mientras que Bellusci creó 285. Por su parte, la tabacalera Espert SA, propiedad de Tomeo, fue creada a través de la escritura Nº 367 del 11 de diciembre de 2001 por Delia Teresa Ordoñez, una jubilada de 76 años vinculada a otras 150 sociedades. 

El primer “parentesco” entre Glisud y Espert es que sus fundadoras son socias entre sí: Ordoñez figura en 5 sociedades con Bellusci, y en 70 con Correa. Ordoñez con Bellusci fundaron Dirces SA, Endara SA, Ilaria SA, Tradier SA y Trinord SA. En cambio, Ordoñez y Correa crearon, entre otras, Scorer SA, Slader SA, Ruddy SA, Rodent SA, Mercy SA, Palisay SA, Devitar SA, Egress SA, Delimat SA, Dianels SA, Vicenal SA, Xileno SA, Foxlan SA, Trofeo SA y Sendal SA.

Esta red también involucraba a algunos abogados y escribanos como la letrada Graciela Mari y los notarios Horacio Geller e Ignacio Beni Mlyunwewicz. El primero recibió duras sanciones del Colegio de Escribanos por avalar, con su firma, la creación de sociedades fantasma, mientras que Beni Mlyunwewicz intervino tanto en la conformación de Glisud como en la de Covelia que, en sus inicios, también eran meras cáscaras vacías. 

Resultados del allanamiento

Durante los allanamiento de la semana pasada, los investigadores buscaron dinero en efectivo y documentación que podría relacionar las empresas, propiedades y sociedades de Gallo, quien es contador público y empresario, con las de Tomeo, dueño de la tabacalera Espert SA, de la localidad bonaerense de Berazategui, y de varios hoteles en San Martín de los Andes y la costa atlántica.

Los investigadores buscaron también documentos vinculados con la propiedad de un automóvil Ferrari modelo 430 de 2009 (dominio IAG-320) que Tomeo adquirió en Río Grande y que tuvo como lugar de “guarda habitual” al domicilio de Gallo.

Fuentes judiciales informaron que se secuestraron una computadora notebook y diversos documentos.

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