La Corte mete presión por la limpieza del Riachuelo

El máximo tribunal emplazó al Acumar y a los gobiernos porteño y bonaerense a que den a conocer cuáles son las tareas de higiene y saneamiento que vienen llevando a cabo en la cuenca Matanza-Riachuelo

En junio de 2006, la Corte Suprema de Justicia ordenaba a la Nación, al gobierno porteño y a la Provincia de Buenos Aires que elaboraran un plan para sanear el Riachuelo. Más de 10 años después, la imagen que se ve en el río es angustiante: la higiene y depuración brillan por su ausencia.

Ayer, el máximo tribunal intimó a la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) y a las administraciones de la ciudad y la Provincia a que en un plazo de 15 días informen “debidamente” sobre los trabajos realizados en la zona, para un “mejor y más rápido” cumplimiento de las metas fijadas en 2008. 

El fallo, firmado por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, establece que “en forma conjunta  realicen un informe circunstanciado sobre el íntegro y fiel cumplimiento llevado a cabo de todos los mandatos impuestos en la sentencia”.

La Corte, además, convocó a las partes a “expresar opinión fundada sobre aspectos que podrían modificarse o implementarse, para un mejor y más rápido cumplimiento de las metas fijadas”, que con el correr de los años se han ido desvirtuando hasta que los programas implementados para su saneamiento qudaron en la nada.

La sentencia de los magistrados va en consonancia con un informe realizado en 2015 por la Auditoría General de la Nación (AGN), en la cual se remarcaba el escaso interés mostrado por los gobiernos por solucionar la contaminación en el río. En el documento se dejaba establecido que esa inacción concluía con un mayor nivel de polución y un incremento de las enfermedades ligadas que afectan a los sectores económicamente más desfavorecidos.

Críticas variadas

Este pedido por parte del máximo tribunal se da en medio de la polémica desatada por el no envío de fondos que vienen realizando las diferentes administraciones al Acumar para realizar su tarea de mantenimiento y limpieza.

Desde el gobierno bonaerense se ha ejecutado en el primer semestre del año nada más que el 1,66% del presupuesto destinado al Acumar. Idéntica situación se observa en territorio porteño, donde la partida de dinero para efectuar el saneamiento del Riachuelo se encuentra paralizada.

Vale recordar que, según una en­cuesta realizada en 2010 por el Ministerio de Salud de la Nación, de los 973.196 hogares -alrededor de 7.000.000 de habitantes- de la cuenca hídrica, la mitad padece alguna situación ambiental de riesgo, como deficiencias en el abastecimiento de agua , cloacas o disposición de residuos.

Un panorama desolador

La limpieza del Riachuelo ha estado siempre metida en el medio de la polémica, por la avidez con que diferentes gobiernos buscaron hacer política queriendo mostrar interés en un terreno donde la inacción fue la imagen patente.

Basta recordar cuando María Julia Alsogaray, entonces secretaria de Medio Ambiente del menemismo, anunciaba con bombos y platillos en enero de 1993 que la cuenca Matanza-Riachuelo estaría limpia en mil días y que “en 1995 vamos a ir allí a pasear en barco, a tomar mate, a bañarnos y a pescar”.

A eso se le sumó el papelón del diputado nacional de La Cámpora, Juan Cabandié, quien hace unos años quedó en ridículo al sostener en una visita proselitista que había visto “pececitos de colores” en las aguas del río.

La desolación que se vive en el lugar hoy es deprimente, con casi 200 basurales a cielo abierto que desembocan en estas aguas, tal como lo hacen los vertidos tóxicos de las industrias, que demuestran con creces el modo en que las distintas administraciones no tomaron las medidas adecuadas para terminar con la contaminación.

Noticias Relacionadas