Déficit de más de 4 millones de viviendas

La crisis habitacional que dejó el kirchnerismo

El kirchnerismo aumentó el faltante de viviendas en un millón y medio, llegando a su pico en 2015 con un déficit de 4.100.000 hogares. Datos que muestran el retroceso de la Argentina como nación, a pesar de que, según el discurso K, el país habría crecido a tasas chinas

"Somos el gobierno que más viviendas construyó en la historia de la Argentina”, aseguró hace algunos años atrás la expresidenta Cristina Kirchner, cuando se creía eternamente en el poder, esbozando un discurso que sus acólitos repitieron casi a coro, cuando la realidad muestra una situación muy diferente a la creada por el relato K.

Datos oficiales establecen que en los doce años de gobierno kirchnerista, el déficit habitacional en la Argentina se incrementó en un millón y medio de viviendas, pasando de las 2.600.000 casas que faltaban en 2003, a 4.100.000 en 2015, propagándose las condiciones deficitarias al 30% de los hogares del país.

La crisis económica y la corrupción ocurrida bajo el gobierno K fueron claves para que la construcción de viviendas populares haya pasado por uno de los peores períodos de su historia. La inexis­tencia de políticas integrales en torno al hábitat y de acceso a la vivienda digna y propia fue algo que sobrevoló a la era kirchnerista en toda su administración.

El fracaso de planes lanzados con bombos y platillos durante la década pasada, como el Procrear o los Planes Federales de Viviendas orquestados desde el Ministerio de Planificación Federal por Julio de Vido y José López, sumado a la incapacidad de brindar condiciones óptimas para ejecutar créditos hipotecarios dejaron a millones de argentinos sin la posibilidad de soñar con la casa propia.

Carencia sin fin

Cristina Kirchner y sus seguidores se jactaron de haber dejado un país viable y económicamente en crecimiento por más de un lustro, lo cual habría llevado, en su opinión, a que en la nación se produjera un “derrame” hacia los que menos tienen, discurso que el contexto actual desmorona como si fuera un mazo de naipes.

Al 1,6 millones de viviendas faltantes se le agrega una situación que se agrava enormemente cuando se toma constancia de otros datos aleatorios que muestran el complejo legado que dejó el kirchnerismo en materia habitacional al Gobierno de Cambiemos. 

En la provincia de Buenos Aires es donde se concentra la mayor escasez de viviendas,  con un 25% del faltante nacional. A ello se le agrega que desde 2003 hasta 2015, año a año no se registraron nuevas viviendas construidas para las familias recién formadas, lo cual evidencia la imposibilidad de los ciudadanos de hacerse su casa propia.

Hoy en la Argentina hay 2.000.000 de familias que viven en hogares con todo tipo de carencias, a lo que se le suman 1.300.000 hogares que atraviesan condiciones de hacinamiento. Además, el 30% de las viviendas sufren problemas habitacionales, y el 13% comparten varios linajes un mismo hogar.

A toda este complicado panorama se le agregan los altos precios de los alquileres, que durante el gobierno de Cristina Kirchner se cuadruplicaron y la falta de un trabajo con remuneraciones que permitiera ahorrar para la compra de una vivienda, entre otras cuestiones, que llevaron a que este cuadro de situación se endureciera en vez de amainar.

Los datos reflejados dan cuenta de una dura realidad que vive la mayor parte de la población de nuestro país y evidencian la desar­ticulación expresada por el kirchnerismo en materia de viviendas, lo cual hizo que la Argentina sufriera uno de los peores déficits habitacionales de su historia.

Corrupción, al extremo

Dos de los ejemplos más claros de la corrupción del kirchnerismo en materia habitacional se evidenciaron en las distintas etapas del Programa Federal de Viviendas que era conducido por el exministro de Planificación Federal, Julio de Vido, y el exsecretario de Obras Públicas, el ahora detenido José López.

Con estos planes, el kirchnerismo buscó cooptar voluntades de gobernadores, intendentes y legisladores, quienes propiciaban la construcción de viviendas solo en sus territorios. De las más de 300.000 casas que se habían planeado en un primer momento, solo se construyeron  menos de un 30%. El resto del dinero destinado a estos planes es materia de investigación de un sinfín de causas judiciales que todavía se siguen tramitando en Tribunales.

Otro de los exponentes de la putrefacción K se dio con el programa Sueños Compartidos, que era dirigido por la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y su entonces hijo putativo, Sergio Schoklender

Las causas judiciales por estafas y asociación ilícita durante los años K fueron paralizadas en Tribunales gracias al juez interviniente en la causa, el inefable Norberto Oyarbide. Recién a principios de año fueron reactivadas con la llegada de Cambiemos al poder, teniendo que dar cuenta por su accionar ante la Justicia tanto Bonafini, como su hija Alejandra, los hermanos Schoklender, De Vido, y el exsubsecretario de Obras Públicas, Abel Fatala.