Más de 248.000 habitantes de la región bajo la línea de la pobreza

La necesidad, en primera persona: la angustia de no tener nada para comer

Ante el crecimiento de la pobreza, miles de familias de la ciudad viven en completo estado de vulnerabilidad. Uno de los barrios más afectados es Villa Montoro, donde los vecinos contaron a diario Hoy cómo sobrellevan las carencias más básicas

En el barrio Villa Montoro, lejos del centro de la ciudad, viven familias en la más absoluta pobreza. No pueden satisfacer sus necesidades básicas para vivir, llegando al extremo de no poder comer. Patricia Graciela Amoretti dirige el centro de integración “Renacer en Villa Elvira”, y en diálogo con este medio aseguró que “se ha incrementado la cantidad de personas que asisten al hogar” a recibir ayuda. 

En un salón emplazado en el patio de su casa, Patricia coordina una asociación que recibe a muchos niños y de lunes a viernes, desde las 17, les brinda una nutritiva merienda. Los días martes además les dan apoyo escolar por dos horas, y además organizan talleres recreativos y charlas con profesionales sobre desnutrición, prevención y la lucha contra la violencia de género, entre otros temas. 

“Armamos una biblioteca, tipo ludoteca, y a veces también salimos a pasear”, señaló 

Amoretti, quien comenzó su labor solidaria hace más de 10 años con una niña que estaba en estado de desnutrición, llamada Ludmila. “Se ha incrementado la cantidad de personas que asisten, porque antes venían entre 15 y 20 nenes y ahora ya se ve la necesidad, vienen muchos más”, dijo y agregó que ahora, además, se acercan a merendar no solo los nenes sino también las mamás, algo que meses atrás no sucedía. 

“La Municipalidad no me ayuda en nada, esta gestión no me ayuda. He llevado papeles y no he recibido nada. El año pasado llevé todos los documentos y no me dieron nada, ni siquiera la leche”, manifiestó la directora del hogar con pesar. “Todo lo que le damos a los chicos es gracias a la ayuda del Banco de Alimentos, que una vez por mes me da cierta cantidad de comida, y después semanalmente también me ayuda con verduras y yogur. Esos alimentos los repartimos entre las familias porque acá no cocinamos, no es comedor”, expresó. 

“Después nos ayudan algunos comercios del barrio, que nos dan facturas y pan. Todo es gracias a la colaboración de la gente, los juguetes también se consiguieron gracias a donaciones”, dijo a este diario Amoretti, y agregó que también reciben donaciones de comida de parte de dos pizzerías de la ciudad. Los alimentos que sobran al final del día se los suelen llevar los niños a sus casas, para que la merienda que se les da no sea su última comida del día.  

El hogar “Renacer en Villa Elvira” da contención y ayuda a las familias de Villa Montoro que, como en otros tantos barrios de la ciudad, fueron arrasadas por la crisis económica que vive el país. “Mucha gente se quedó sin trabajo y acá vienen muchos nenes cuyos padres se dedican a andar con el carrito juntando cartón y la plata no les alcanza, no les alcanza para nada”, dijo la directora del centro y agregó: “Es más, ahora se ven nenitos con bajo peso, algo que no veíamos desde 2001, se nota mucho la necesidad”. 

“Renacer en Villa Elvira” necesita ayuda de las autoridades, leche y alimentos. “He presentado todo y no me han respondido. Hace diez años que hago este trabajo, la gestión anterior me daba una tarjeta de alimentos para la copa de leche y yo todos los meses rendía cuentas de lo que compraba. No sé por qué motivo no me ayudan más”, concluyó.

“La situación es complicada”

Luis Giménez vive en calle 99 entre 125 y Ruta 11, y afirma que “la situación del barrio, como en toda la periferia de la ciudad, es complicada”, ya que la mayoría de los vecinos cobra 6.000 pesos o menos, viéndose claramente afectados por la suba en el costo de vida. “Hay muchas familias carenciadas, principalmente por la falta de trabajo de los jefes de familia. Algunos han mantenido su empleo, y otros muchos lo han perdido”, expresó. 

La suba de precios en los alimentos y en las tarifas los ha afectado “muchísimo, noso­tros lo vemos acá a diario y lo sufrimos”. Giménez afirma que “el sueldo no alcanza, no llegamos a fin de mes, pero tratamos de ponerle el hombro a esta situación, que esperamos que pronto se revierta”. 

“Hay muchas familias que no tienen trabajo y por eso la situación se está agravando. Uno ve a diario que en las casas no se llegan a cubrir las necesidades básicas, y la necesidad se va acrecentando”, expresó. “Hay falta de trabajo y falta de interés del Municipio por nuestros problemas. Nos hemos manifestado, hemos contado la situación que estamos padeciendo, pero todo queda en palabras que se las lleva el viento: vení mañana y vamos a ver en qué te podemos ayudar, y así”, aseguró el vecino. 

“Acá se necesita ropa, alimentos, chocolate, azúcar, leche, un pedazo de pan, una factura, un sándwich para los chicos. La comida es lo básico, lo más necesario, pero después está la vestimenta, los útiles escolares, lo que hoy es muy difícil”, sostuvo, y destacó la solidaridad de los vecinos que tratan de ayudarse mutuamente. “Nuestra situación es la de muchos otros barrios que tienen la misma problemática, y sin embargo las autoridades hacen oídos sordos a nuestros reclamos”, afirmó Giménez. 

“Es una la lucha”

Nacida y criada en Villa Elvira, Natalia Salvatore lleva a sus hijos al hogar “Renacer” y además, como le gusta el trabajo que hace Patricia con los chicos, contó que, cuando puede, ayuda en el trabajo del centro. “Es una lucha todos los días, y lo veo en las amistades que tengo, en los conocidos, está complicada la situación”, expresó. “Hace rato tendría que haber tomado medidas la Municipalidad. Hay mucha necesidad, y no hay apoyo, salvo por las colaboraciones, porque siempre hay alguien para apoyar, siempre hay un granito de arena de cada persona”, destacó la vecina. 

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