La Provincia en jaque por la doble personalidad

Mientras los K retacean la asistencia económica y financiera al Estado bonaerense para pagar aumentos a docentes y estatales, hay funcionarios sciolistas que hoy le rendirán pleitesía a la Presidenta. Piden “paciencia” a los gremios.

El gobierno bonaerense está aquejado por la misma enfermedad que afecta a la Casa Rosada: la bipolaridad política que lleva, de forma permanente, a decir algo y luego hacer todo lo contrario. 

Solo así puede entenderse que, desde el sciolismo, ayer se haya apretado el acelerador de los reclamos por más recursos para poder afrontar los pedidos  de aumento salarial de docentes y estatales, y al mismo tiempo haya tres ministros del gabinete bonaerense que estén organizando, para hoy, un acto para reunir aplaudidores que le rindan pleitesía a la presidenta Cristina Kirchner. 

El problema es que este juego pendular puede terminar afectando a miles de personas, dado que no sólo esta en juego los sueldos de empleados públicos y maestros, sino el funcionamiento del mismo Estado que debe cumplir con servicios básicos en materia de seguridad, salud y educación. 

Una Provincia paralizada, como puede llegar a producirse en los próximos días cuando se generalicen las medidas de fuerza de los gremios y las dificultades en los pagos a los proveedores, puede conducir a un verdadero caos social. Por eso, de forma urgente, debe aparecer la asistencia financiera desde el Gobierno Nacional, que ha hecho del manejo discrecional de recursos una forma de hacer política. Por el momento, los K no dan muestra alguna de querer auxiliar a la administración bonaerense. 

Ayer se conoció que la Provincia, que produce más del 40% del PBI nacional y solo recibe migajas en el reparto de los fondos coparticipables, requirió asistencia por $12 mil millones para hacer frente a los pedidos de aumento salarial. Pero, como no hubo respuesta por parte del Gobierno de Cristina Kirchner, ni siquiera hay fecha de reunión paritaria con los gremios. Solamente, para hoy, las autoridades bonaerenses convocaron a un encuentro de carácter informal (ver aparte).

En ese contexto, la ministra de Economía bonaerense, Silvina Batakis, usó su cuenta de Twitter para descargar una batería de reclamos al Gobierno Nacional. 

Dijo que hay “13 provincias que en 2013 recibirán más recursos por el Fondo del Conurbano que Buenos Aires. Es la única provincia que tiene congelada su participación en el fondo en $650 millones”. Agregó: “En 2010 las transferencias nacionales no automáticas aportaban más del 10% del presupuesto provincial. En 2012, no llegaron a representar 3% de los recursos totales”.

Asimismo, tal como lo informó este diario en su edición de ayer, se conoció que el Gobierno Nacional bajó el pulgar al proyecto de que la Provincia emita un bono para poder financiarse en el extranjero. En otras palabras, el kirchnerismo ha decidido estrangular a la Provincia desde el aspecto económico y financiero.

En medio de este escenario, tres ministros del gabinete de Daniel Scioli, como son los titulares de las carteras de Asuntos Agrarios, Infraestructura y Gobierno, Gustavo Arrieta, Alejandro Arlía y Cristina Alvarez Rodríguez, hoy encabezarán un acto de respaldo a CFK en el Club Atenas de La Plata. Se espera, además, que esté presente hasta el propio gobernador Scioli, que en los últimos días fue blanco de innumerables cuestionamientos de parte de dirigentes del ultrakirchnerismo tras conocerse la reunión que mantuvo, a fines del año pasado, con el vicepresidente Julio Cobos.

Scioli está jugando con fuego. La bipolaridad en su estrategia no está aportando ninguna solución a la crisis estructural de la Provincia. Y difícilmente su sueño de convertirse en presidente, en 2015, pueda prosperar si no comienza a diferenciarse de la Casa Rosada. Es un hecho de que el kirchnerismo esta decidió a intentar reformar la Constitución sea como sea, para habilitar una nueva reelección y eternizar a CFK en el poder.  Por eso buscará esmerilar el proyecto presidencial del gobernador, utilizando a sus principales obsecuentes como es el vicegobernador Gabriel Mariotto, una suerte de Julio Cobos potenciado que ha resignado cualquier tipo de juego político propio para no moverse un milímetro de las órdenes que bajan desde la administración K.

Diferenciarse del kirchnerismo implicaría asumir un rol muy similar al del cordobés José Manuel de la Sota que ha decidido llevar la pelea por los fondos para su provincia a la Corte Suprema de la Nación, convirtiéndose en uno de los principales dirigentes del peronismo opuesto a los K. Scioli también podría jugar algunas cartas. Por ejemplo, romper con el pacto fiscal y dejar de financiar la Anses, uno de las principales cajas de los K para hacer clientelismo, con recursos de la Provincia. Por el momento, no hay señales de que quiera ir por esa dirección.

Rechazo kirchnerista 

Una clara muestra de que el kirchnerismo no tiene la más minima intención de ayudar a Scioli lo dio uno de sus principales monigotes: el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, que ayer advirtió a las provincias que “tomar deuda para pagar sueldos es un camino peligroso”. El mensaje estuvo dirigido a Daniel Scioli, cuyo gobierno busca emitir un bono internacional para financiarse.

Lorenzino, un funcionario caracterizado por acatar órdenes, recordó que los pasivos adquiridos por las jurisdicciones del interior años atrás tuvieron que ser afrontados por el Gobierno Nacional. 

“Cuando las provincias tomaron deudas para pagar sueldos, eso terminó en problemas para las provincias”, subrayó el funcionario.  Y, a modo de chicana, pidió no apelar a la “victimización permanente” como política porque consideró que “no es lo adecuado”.

“Los que estamos en lugares de responsabilidad debemos ocuparnos de resolver los problemas sin echar culpas a los otros”, afirmó Lorenzino, haciendo oídos sordos a los pedidos que salen desde la Provincia.