Argentina es el segundo país con el precio más caro

Leche cara, productores en ruinas

A pesar de que la Argentina es el segundo país más costoso del mundo en cuanto al precio del producto por litro, la industria lechera pasa por una de las crisis más importantes de su historia. Preocupación en el sector por la baja en la producción. Más de mil tambos cerraron desde la llegada de Macri al poder

La industria láctea en nuestro país se encuentra atravesando uno de los momentos más difíciles de su historia. Producción estancada y en retroceso, cierre masivo de tambos, baja en la productividad lechera, productores al borde de la quiebra y falta de respuestas por parte del Ejecutivo son algunos de los elementos por los que se viven circunstancias angustiantes en el sector.

De acuerdo a cifras dadas a conocer por el Centro de Almaceneros, Autoservicios y Comerciantes Minoristas, la Argentina ocupa el segundo lugar en el ranking de precios más caros en el valor del litro de leche, estando solo detrás de Canadá, aunque eso no repercute entre los productores, que viven una realidad asfixiante.

El costo del producto supera hoy los 20 pesos en cualquier góndola de los mercados, pero eso parece ser un negocio que no llega al productor y se queda en los intermediarios. Mientras que el fabricante en la comercialización se queda con $5,50 por litro de leche, ese valor al consumidor se multiplica por cuatro. Esta ausencia de claridad en la cadena láctea llevó a que en los últimos 19 meses hayan cerrado alrededor de 1.200 tambos, haciendo de la actividad algo muy poco rentable.

Pero esta situación no se detiene allí, sino que se estima que desde la llegada al poder de Mauricio Macri se han perdido alrededor de 30.000 puestos de trabajo, lo que ha llevado a que de los 11.000 tambos existentes en marzo de 2014 hoy resistan menos de 9.000. A eso se le suma una presión impositiva sobre la producción que trepa al 43% y que perjudica notablemente a los pequeños y medianos productores.

En caída libre

La crisis que atraviesa Sancor puso en la luz pública el problema del sector lechero en nuestro país. En lo que va de 2017 la producción de leche mermó un 15% en la Argentina, cifra que va en consonancia con el derrumbe en un 38% del consumo del producto en la clase media, que se agrava en los sectores más vulnerables, donde  la baja en la compra llega al 49%.

En diálogo con diario Hoy, el presidente de la Asociación de Productores de Leche de la República Argentina (APLA), Marcelo Garello, expresó que “la industria lechera hoy en el país está abandonada, porque no tenemos presencia del Gobierno nacional en ningún momento. Se quedó todo en habladurías y comentarios, pero no hemos tenido nada, los tambos siguieron cerrando”.

Para el dirigente lácteo, “la situación está enclenque, muy endeble y rumbo a que desaparezcamos en forma definitiva. Los pequeños y medianos productores, que producimos menos de 4.000 litros de leche, no existimos para este gobierno, que parece centrarse en las grandes corporaciones”.

“La actividad es inviable para el tambero que vive de la actividad y tiene que hacer retiro y sustentar a su familia. Nos cansamos de plantearle esto al Gobierno y de llevarle soluciones, pero nadie escucha. El negocio debe estar por otro lado, y nosotros como productores la vemos pasar por afuera”, recalcó Garello.

Los reclamos de la industria lechera al Ejecutivo se centran en la inexistencia de un plan estratégico que trabaje al unísono con los productores, y que sirva para detener el gran negocio de la intermediación, que es el único que obtiene ganancias en medio del retroceso en la actividad.

Una realidad complicada que muestra que, a pesar de los altos precios de la leche en las góndolas que hacen de la Argentina el segundo país más caro del mundo para conseguir el producto, los productores se encuentran al límite y sin márgenes para poder sacar al sector de la crisis y el estancamiento en el que se encuentra sumergido.

Una pérdida que se acrecienta

La caída en la producción de leche es algo que preocupa mucho a las organizaciones rurales. Ante una consulta de nuestro medio, Tomás Bohner, referente lechero de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), señaló que “el año pasado estábamos perdiendo más de un 40 por ciento de nuestro costo de producción, estábamos en déficit. Hoy eso se mantiene y no vemos datos alentadores a futuro”.

Según explicó el dirigente rural, “pedimos que el Gobierno siente a toda la cadena láctea a una mesa, lo que quiere decir productor, industrial, comercializador y supermercado, para que entiendan cuál es la problemática y quién es el que se queda con la torta. Hasta ahora eso no se ha hecho y nosotros vamos a pérdida”.

“Hoy existen alrededor de 9.000 tambos, aunque en la última década cerraron alrededor de 5.000. Están cerrando los tambos al nivel de un 4% anual, cuando antes el promedio era del 2%. Es decir que se duplicó el cierre de establecimientos. Si no se mejora esto vamos rumbo a la desaparición”, resaltó Bohner.

La política oficial, en la mira

La baja en la producción lechera, que ha generado un cierre masivo de tambos y una merma considerable en el consumo, ha llevado a que la política implementada por Cambiemos esté en el centro de las miradas de los productores, que acusan al Ejecutivo de no prestar la debida atención a la crisis que se vive en el sector.

A las adversas condiciones climáticas que le han jugado una mala pasada a la producción láctea, con 40 millones de hectáreas inundadas y 12 provincias en emergencia agropecuaria, se le suma, según argumentan desde las entidades que reúnen a los ruralistas, el hecho de que las medidas implementadas por el Gobierno no han dado en la tecla, y recién podrían llegar a verse algunos visos positivos el año que viene, cuando lo que el productor necesita son soluciones para el presente.

“La crisis climática puso en una situación muy difícil al sector. Esto, sumado a la situación de precios que veníamos teniendo, al cierre de tambos y la liquidación de parte de los rodeos de todos los establecimientos, ha hecho que las pocas propuestas oficiales hayan naufragado”, detalló a diario Hoy el presidente de la Asociación de Productores de Leche (APL), Raúl Catta.

Según el productor, “el Gobierno ha tenido la posibilidad de dar una mínima solución y no hemos tenido esa respuesta. La Argentina tiene más de un 43% de impuestos en la góndola, al margen del IVA, que va por otro lado, lo que hace inviable nuestra actividad. A pesar de los reiterados pedidos hechos a las autoridades, nada se ha hecho para cambiar este injusto régimen impositivo”.

De acuerdo a datos que se manejan en el sector lechero, el productor pierde un 47% en la comercialización del producto. Esto que ha llevado al insólito caso de que la Argentina por primera vez en su historia haya tenido que importar desde Uruguay 367 toneladas de manteca, ante la inviabilidad de la producción local.

A esto se le suma la falta de líneas crediticias por parte del Gobierno nacional hacia el productor. “El nivel de endeudamiento de los que hemos seguido en el sector esperando que los precios mejoren es alto. Desde el Ejecutivo, en vez de ayudarnos con créditos blandos para fortalecer la industria y dar más puestos de trabajo, lo que hacen es cerrarnos las puertas de los bancos oficiales”, indicó Catta.

Realidad compleja que amenaza con acrecentarse al corto y mediano plazo para los pequeños y medianos productores, que ven cómo una actividad que supo ser líder en el mundo se arrastra a una virtual y extensa agonía.

Números de una debacle sin precedentes

- 30.000 puestos de trabajo se han perdido en el sector en los últimos 19 meses

- 1.200 tambos cerraron de diciembre de 2015 a julio de 2017

- 310% de diferencia hay entre lo que recibe el productor y el precio en góndolas

- 49% disminuyó el consumo de leche en los barrios más humildes

- 47% pierde el productor en la comercialización del producto

- 43% de presión impositiva rige sobre los productores de leche

- 38% cayó la compra del producto en la clase media argentina

- 15% bajó la producción láctea en lo que va del año