Llega el segundo semestre y la recuperación no aparece

A pesar de las palabras del Gobierno que hablan de un final de año lleno de optimismo y mejoría en la situación económica, los datos no son alentadores. Crece la incertidumbre por una reactivación que se hace esperar

Recesión, tarifazos, aumento del desempleo, devaluación, situación social preocupante, caída del PBI, indicadores económicos a la baja e inflación sin controlar, son algunos de los temas que deja la Argentina en la primera mitad del año, con pronósticos reservados de cara al corto y mediano plazo.

La promesa del Gobierno nacional a lo largo de todo este tiempo fue que en el segundo semestre la compleja realidad económica se iba a solucionar, casi por arte de magia, con inversiones que caerían a raudales y que harían mejorar la situación de todos los argentinos.

El Presidente Mauricio Macri y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, fueron quienes encabezaron las esperanzas de una recuperación rápida y efectiva pero sucumbieron, tal como sucedía en el kirchnerismo, a un relato oficial que contaba las bondades del plan económico.

La Argentina atraviesa un período en el cual la inflación se va a mantener alta por un buen tiempo, lo que encendió la luz de alarma en Cambiemos y llevó a que muchos funcionarios nacionales modificaran su visión optimista para pasar a sostener que la recuperación podría llegar a venir en el último trimestre del año, o directamente a partir de la primera mitad del 2017.

Dilema creciente

Por el momento, lo único que es certero es que mañana cambia el almanaque y arranca la segunda parte del año, sin que se avizore a futuro un mejoramiento en la situación general en la economía. Especialistas consultados por Hoy advierten que la creación de mitos por parte del Ejecutivo, sobre lo que podría pasar a partir de julio, puede volvérsele en contra al Gobierno, al no haber resultados claros y concretos de una progreso en los números económicos.  

José Castillo, profesor e investigador en la UBA, le señaló a nuestro diario que “no hay ninguna visualización cercana de la famosa reactivación de la cual se habló tanto en estos meses, ni tampoco de que se produzca una abrupta baja de la inflación, que son los dos elementos que el ministro de Economía Prat-Gay había dicho que mejorarían en el segundo semestre”.

Para el economista, “la inflación anual del 25 %, de la que hablaba el Gobierno, certeramente no va a suceder porque estaremos cerca del 40%, tampoco la prometida reactivación basada en la lluvia de inversiones extranjeras y locales porque no ha pasado nada de eso, subió el desempleo, cayó el salario y por ende la inversión real”.

“El balance del año da un 1 o 2 por ciento debajo del PBI, y con una inflación cercana al 40%. No hay un segundo semestre tal como lo plantea el Gobierno. La recuperación económica no está a la vista en el corto plazo.La realidad es preocupante: profundización en la caída del empleo y cierre de empresas, con graves problemas sociales a futuro”, resaltó Castillo.

Un panorama complejo el que deja la primera parte del año en el que, a pesar del discurso oficial, la Argentina no ha sufrido ningún cambio en su matriz económica, estableciendo un escenario repleto de escepticismo e inseguridad al corto y mediano plazo, que pone a la economía nacional contra las cuerdas.

“Hoy la reactivación es una ilusión”

Por Martín Simonetta (Profesor en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES)

Especial para Hoy

El Gobierno es esclavo de sus palabras, ya que al hablar tanto de la segunda mitad del año generó expectativas muy elevadas en buena parte de la población. Hasta el momento parecería que no ha llegado el momento de la recuperación, y que la recesión ha ganado terreno en el horizonte. 

Hoy, la reactivación es una ilusión que solo está en la mente de algunos funcionarios y que no tiene ninguna clase de asidero con la realidad y los números de la economía real.

El tema tarifario es uno de los puntos débiles del Gobierno, que le ha generado un costo político importante, no solo por el aumento en sí, sino por la confusión, la falta de transparencia y la incertidumbre que ha generado en las familias.

Hay una gran porción de la población que siente malestar, sobre todo en buena parte del electorado que votó a Mauricio Macri en las elecciones del año pasado.

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