La crisis lechera en el país

Macri lo hizo: la Argentina ya importó 367 toneladas de manteca de Uruguay

El dato marca la crisis lechera en nuestro país, a la que el Gobierno nacional no le encuentra respuesta. Además creció la compra de frutas a Chile y chauchas a Bélgica. La producción nacional se contrae y cerraron más de 10.000 pymes. Otro indicador: en la Expo Empleo Joven hubo 350.000 postulantes para 10.000 puestos de trabajo

"Ya se ven los brotes verdes y signos de recuperación”, aseguró hace unas semanas atrás el Presidente Mauricio Macri, mostrando un fuerte optimismo en el andamiaje de la economía nacional. La realidad, como viene sucediendo en los últimos tiempos, parece jugarle una mala pasada al jefe de Estado, ya que ese restablecimiento económico que plantea en sus discursos no alcanza a ser advertido todavía por la población y los sectores más vulnerables.

La fotografía incompleta que toma el mandatario nacional nace de los números macroeconómicos, que marcan un crecimiento en las operaciones de los grandes empresarios, que hasta el momento no se ha visto traducido en mejoras sobre el empleo y la producción. Al contrario de lo que dicen las autoridades, estos últimos no hacen más que retroceder mes a mes.

Lo cierto es que el modelo de país agroexportador transita una de sus peores crisis. Esto se evidencia en los datos aportados por el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), que pusieron en evidencia que en 2016 se cerraron 460 tambos, duplicando la tasa promedio de clausura de los últimos años. Y en lo que va de 2017, la tendencia sigue en ese sentido.

Además, el consumo anual de leche por habitante se ubicó en 23,12 litros, con una baja del 25,3% respecto de 2015, la más pronunciada desde 2001. Esto llevó a que en lo que va del gobierno de Macri ya se hayan importado 367 toneladas de manteca de Uruguay.

Otro dato basta para reflejar la situación del sistema productivo nacional, ya que la industria redujo la cantidad de trabajadores desde el inicio del gobierno de Cambiemos en un 4%, a la vez que contrajo su producción en unidades físicas en un 6%, al tiempo que los precios de sus productos aumentaron más de un 60%.

El mismo hecho se observa en el sector de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes): en los primeros 18 meses de la gestión de Mauricio Macri, han bajado sus persianas más de 10.000; situación que se repite en el comercio, donde cerraron más de 25.000 en este lapso de tiempo. Se trata de una realidad preocupante si se tiene en cuenta que alrededor del 80% del empleo en blanco en nuestro país es generado por las pymes, sostén central para la productividad nacional.

A esta situación se le suma la apertura indiscriminada de importaciones propiciada por el Gobierno nacional, generando que se compren productos y artículos que la Argentina siempre supo producir. Ejemplos claros de esta situación son la compra de chauchas a Bélgica, que aumentó un 185% en 500 días, así como la importación de frutas chilenas, que se incrementó en un 31% .

Especialistas consultados por diario Hoy  sostienen que una de las cuestiones claves que hacen que los tan mentados “brotes verdes” hayan quedado en la nada es que 4 de cada 5 dólares que ingresan a la Argentina desde el exterior son destinados a la bicicleta financiera, principalmente la especulación en Lebac, que garantiza grandes recursos (se cree que ganaron más de US$ 7.000 millones el año pasado) sin invertir un solo peso real que brinde trabajo genuino a los argentinos.

Paralizados

Las ilusiones económicas del Gobierno nacional chocan con una realidad que no da respiro y con una inflación que ,a pesar de ir bajando gradualmente, se ha convertido en uno de los principales escollos a superar por la población que depende de un ingreso fijo en sus malogrados presupuestos familiares.

Ese “resurgir de la economía” que esbozan las autoridades en sus discursos se enfrenta a la verdad que vive la población. Realidad que pudo verse claramente hace diez días atrás en la Expo Empleo Joven, organizada en el predio de la Rural de Palermo, donde se ofrecían alrededor de 10.000 empleos. Allí se presentaron más de 350.000 personas que buscaban ingresar al mercado laboral, evidenciando una situación imposible de esconder con las estadísticas oficiales.

Pobreza y hambre

Todo esto, al contrario de lo imaginado por las mentes oficiales, ha servido para hacer crecer la pobreza y la miseria en nuestro país. Un estudio efectuado por la Universidad Católica Argentina (UCA) que se dio a conocer a mediados de semana indica que el 15% de los argentinos, es decir poco más de seis millones de personas, padecen hambre. Esto se agrava cuando, profundizando más el estudio, se percibe que uno de cada diez hogares no tiene los recursos para alimentar a toda su familia.

Hoy, la imagen que asola en buena parte de la economía nacional es un escenario de recesión, estancamiento e improductividad, que deja a la industria argentina en inferioridad de condiciones para competir con el mundo. La prometida “lluvia de inversiones extranjeras” nunca se concretó, convirtiendo a las autoridades económicas en falsos profetas de una realidad jamás consumada.

Cifras de una realidad compleja

- 350.000: jóvenes se presentaron en la Rural para conseguir su primer empleo.

- 10.000: Pymes han bajado sus persianas desde diciembre de 2015.

- 460: tambos se cerraron en 2016, duplicando el promedio de los últimos dos años.

- US$7.000: millones de ganancia obtuvieron como mínimo las empresas en la bicicleta financiera.

- 18%: cayó el consumo de alimentos en los sectores más vulnerables.

- 31%: creció la importación de frutas de Chile.

- 15%: de los argentinos padecen hambre en el país, según la UCA.

- 1/10: de los hogares no tiene los recursos para alimentar a toda su familia, según la UCA.

“El Gobierno va corriendo permanentemente el arco”

María Fernanda VallejosEconomista. Profesora en la UBA

“Primero se hablaba de recuperación económica para el segundo semestre de 2016, luego cambiaron el discurso para la primera parte de 2017 y ahora, ante el fracaso consumado de su política, hablan del último trimestre de este año e inclusive del primer semestre de 2018, mostrándose confiados en que puede haber una cierta recuperación a partir de la última etapa del año. Es decir que el Gobierno va corriendo permanentemente el arco.

Los resultados, lejos de mejorar, vienen empeorando a medida que el Indec da a conocer las estadísticas oficiales, y las mediciones privadas coinciden con todas esas tendencias negativas. No hay ningún dato positivo de política económica que podamos señalar en lo que va de la gestión de Cambiemos, con lo cual es lógico que la población haya ido perdiendo expectativas.

Estamos muy mal, porque mientras disminuye el consumo de bienes de primera necesidad, sube el de los bienes de lujo, lo que muestra las diferencias sociales y para quién gobierna realmente el macrismo en estos primeros 18 meses de gestión”.

“Las autoridades profundizan el ajuste y el endeudamiento”

Claudio LozanoEconomista. Exdiputado nacional

“Desde el comienzo mismo del gobierno, Mauricio Macri ha encabezado un ajuste ortodoxo que debilita las condiciones sociales históricas de la Argentina, perjudicando a los que menos tienen y beneficiando a un pequeño sector concentrado de la economía nacional.

La política de importaciones ha hecho que se compren al exterior productos básicos que producimos nosotros con mejor calidad, pagándolos inclusive más caros, como el caso de las frutas, manteca, chauchas y otras verduras, evidenciando que no les interesa un sector productivo nacional fuerte y competitivo.

Las autoridades económicas profundizan el ajuste y el endeudamiento, y avanzan sobre una mayor flexibilización laboral para romper con derechos históricos conquistados por los trabajadores, generando una balanza de pagos negativa y cuentas comerciales en rojo.

A eso se le suma un dólar que va estar a fin de año en alrededor de los $20, la dependencia extrema del capital extranjero, el fortalecimiento de las grandes empresas en detrimento de las pymes y un deterioro muy grande de la producción y la industria nacional, principalmente de las economías regionales que hoy están al límite y con un futuro por demás negro”.

“La economía no comienza a despegar con claridad”

Martín SimonettaDirector ejecutivo, Fundación Atlas

“Si bien hay algunos sectores que muestran señales de un tibio repunte, como el campo y la obra pública, la inflación y el atraso cambiario son los principales enemigos de la recuperación. La economía no comienza a despegar con claridad.

Como consecuencia de la estrategia económica elegida por el Gobierno, la economía argentina vive una situación de aterrizaje lento y, por ende, un despegue económico muy lerdo también.

En el marco de un año electoral, se contraponen los objetivos económicos y los políticos. En consecuencia, las opiniones dentro del mismo equipo económico del Gobierno oscilan entre ir rápido a fondo u optar por una estrategia a fuego lento. La demora en la aparición de los famosos brotes verdes y las ventajas del segundo semestre orientan la estrategia discursiva del Gobierno en el año electoral más por el lado de lo institucional, la lucha por la transparencia y la corrupción, que por el del crecimiento económico.

El budismo económico y su mensaje de enfocarse menos en lo material parece también ser parte del discurso en este contexto de intento de cambio en lo institucional, sin existir fundamentos económicos”.

“En fases de expansión tiende a haber mayor destrucción de empresas”

Jorge ColinaEconomista jefe de Idesa

“Que haya un aumento de las importaciones de manteca de Uruguay o chauchas de Bélgica no implica que no haya incremento de la actividad interna. Los países que crecen importan más que la Argentina y en productos en donde tienen ventajas competitivas. Es más, importar más implica que la gente tiene más bienestar porque tiene mayor diversidad de bienes, lo que se traduce en menores precios y mayor calidad. 

Lo que hay que mirar para saber si la economía anda bien son las exportaciones. De hecho, si el país exporta más, crecerá, e importará más porque habrá más divisas e ingresos.

En fases de expansión tiende a haber mayor destrucción de empresas que en fases de contracción. Lo que pasa es que en las expansiones el nacimiento de nuevas empresas es mucho mayor que la tasa de destrucción.

La economía es muy dinámica. Los aumentos (de balance comercial, de empresas, de empleos), son siempre en términos netos, es decir, el producto de creación menos la destrucción. En general, en la expansión, la dinámica se acelera, viéndose más importaciones, más destrucción de empresas y empleos, pero siendo superados por mayores exportaciones y nacimientos de empresas y empleos”.