Mentiras recargadas

EN FOCO

Lamentablemente, tras 26 días de ausencia como consecuencia del cuadro de sigmoiditis que la tuvo internada en una paqueta habitación del sanatorio Otamendi, la presidenta Cristina Fernández ayer decidió volver a la escena pública con mentiras aún mas recargadas de las que nos tenía acostumbrados.

“Ningún buitre financiero ni ningún carancho judicial va a extorsionar a la Presidenta", dijo Cristina en alusión a las investigaciones judiciales que se están realizando. Y que están poniendo al descubierto no solamente el circuito que habría utilizado Lázaro Baez, presunto testaferro de la familia presidencial, para lavar dinero sucio proveniente de la política, sino que también apuntan al escandaloso crecimiento patrimonial que tuvo CFK en la “década ganada”.
 
Tanto ella, como su hijo Máximo, quien supuestamente se encarga de los negocios familiares, parecen haber dejado los dedos marcados en todos lados y por ello, en momentos en que el poder del kirchnerismo se está escurriendo como agua entre los dedos, a medida que se acerca el fin de ciclo, actores del poder judicial tiene tierra fértil para avanzar por un camino que hasta hace poco tiempo parecía bloqueado.

Cristina, fiel a su estilo, intentó desviar la atención de la investigación que la involucra por las serias irregularidades detectadas en su sociedad hotelera, amenazando con develar las cuentas que tienen argentinos en Suiza.

“La AFIP ha descubierto 4.040 cuentas (bancarias) correspondientes a empresas argentinas radicadas en Suiza, de las cuales solamente 23 estaban declaradas legalmente”, dijo la primera mandataria, intentando lanzar la primera piedra.

La realidad es que tendría que ser ella la primera en dar explicaciones acerca de sus lazos con Lázaro Báez, el empresario que tendrían cuentas secretas y hasta una fundación trucha en el país helvético. Es más, Cristina nunca explicó el destino de los millonarios fondos de Santa Cruz, que se recaudaron con los bonos de la privatización de YPF, que fueron girados a bancos del exterior cuando Néstor Kirchner era gobernador.

A su vez, Cristina desafío a la Justicia de Estados Unidos a que difunda los nombres de los titulares de las cuentas que, según trascendió de voceros de holdouts, fueron descubiertas en el extranjero.  La mandataria afirmó que hay "123 presuntas cuentas que se adjudicaban quién sabe a quién. Fueron a buscar nombres que no encontraron y se encontraron con otros. El juez tendría que dar los nombres que encontró", exigió.

Una vez más, Cristina intentó vender humo con su pelea con los fondos buitres cuando es muy probable que su gobierno, en enero, terminé negociando con los acreedores que no formaron parte de los canjes de la fraudulenta deuda externa.

Es tal el descaro de la primera mandataria que ayer hasta intentó ponerse ropajes revolucionarios por haber acordado con el Club de París. La realidad es bien diferente: ese convenio con el club de países acreedores de la Argentina se hizo entre gallos y medianoche, de espaldas a la sociedad, dañando seriamente el interés nacional. El convenio firmado obligará al conjunto de los argentinos a pagar, con sus impuestos, la friolera suma de 9700 millones de dólares, sin ningún tipo de auditoría, por una deuda sospechada de ser ilegal e ilegítima. Peor aún, se desembolsarán 3000 millones de dólares más de lo que estaba previsto originalmente.

El doble discurso de la primera mandataria también se hizo presente, ayer, cuando habló de la obra pública que encaró su gobierno. A pocos metros estaba el inefable Julio de Vido, el ministro de Planificación Federal, acusado en numerosos escándalos de corrupción y sospechado de haber sido uno de los principales cajeros que tuvo Néstor Kirchner.

Si algo ha proliferado en la mal llamada década ganada, fueron las coimas, los sobreprecios y las estafas con fondos públicos en materia de obra pública, como fueron los $1200 millones que debería haber utilizados para construir viviendas sociales y sólo sirvieron para que Hebe de Bonafini y su hijo putativo, Sergio Schoklender, hicieran negocios oscuros.

El resultado es que hoy tenemos un país sin energía, que debe gastar 15 mil millones de dólares al año (la mitad de la reservas del Banco Central) para importar combustibles, sin rutas ni caminos, sin hospitales, sin escuelas y con millones de argentinos sin acceso a servicios básicos como el agua corriente, la red de gas natural y las cloacas. Cuando los Kirchner dejen el poder, a fines del año próximo, dejarán un país sumido en la pobreza y el subdesarrollo.   

CFK sangra por la herida

La presidenta Cristina Kirchner cuestionó anoche con dureza al juez Claudio Bonadio por haber ordenado el allanamiento de la empresa Hotesur, de la que es propietaria, y recordó a través de las redes sociales que el propio magistrado adeuda los balances de los últimos dos años de la compañía Mansue S.A, de la cual es socio.

"Se ve que se trata de una sociedad de familia. Y sabés qué? Deben los balances por ejercicios cerrados al 31/12 de 2012 y al 31/12 del 2013", dijo la mandataria sobre la empresa de Bonadio.

En declaraciones subidas en su cuenta oficial en la red social Twitter, Cristina recordó "el comunicado de la Inspección General de Justicia (IGJ) informando sobre la existencia de 319.626 Sociedades Comerciales, y que solamente de esas sociedades estaban activas 150.855, al 31 de octubre de este año. Y que de las 150.855, 83.319 presentaron Declaraciones Juradas, mientras que 67.536 permanecen pendientes".

En menos de 24 horas, el Gobierno atacó dos veces a Bonadío. Por la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , sostuvo que el Poder Judicial "es una corporación que actúa de consuno con la oposición política y con los grupos económicos concentrados", y reiteró que la su acción en la causa que investiga a la empresa Hotesur "se trata de una estrategia de golpismo activo" para atacar al Gobierno.
Evidentemente, en el gobierno K, sangran por la herida.

“Los hoteles vacíos son para lavar dinero"

Luego de que el gobierno minimizara las irregularidades de Hotesur y embistiera contra el juez federal Bonadio, la diputada del GEN Margarita Stolbizer , autora de la denuncia contra la empresa presidencial, consideró: "Los hoteles lujosos y vacíos son para lavar dinero".

En su denuncia, Stolbizer había denunciado que el domicilio que figuraba de la empresa que gerencia el hotel Alto Calafate era falso. Bonadio allanó la empresa el pasado jueves y advirtió que el domicilio de Lavalle 975, sede legal de la compañía, estaba vacío. Además, advirtió que la última presentación de la empresa ante la IGJ databa de 2010.

Stolbizer consideró que hay que profundizar la investigación e indagar "qué es lo que hay detrás de la relación entre Lázaro Báez y la Presidenta".

"Es una relación contractual que tiene en el medio un hotel, sabiendo que los hoteles lujosos y vacíos son para lavar dinero", lanzó la diputada. Agregó: "El juez buscó la información donde tiene que buscarla ,con la presunción que teníamos de que no iba a encontrar nada porque el domicilio de la Presidenta es falso".