Moyano, el gobierno nacional y un insólito sainete

El titular de la CGT apretó al gobierno para que le mantuviera privilegios en el área de correos, a costa del interés ciudadano que sufre los efectos de un sistema bancario arcaico. El gobierno cedió y por eso los resúmenes de cuenta no se enviarán on line

Que voy, que no voy, que voy”, dijo ayer el titular de la CGT, Hugo Moyano. No se encontraba deshojando una margarita, como si fuese un adolescente enamorado. Estaba definiendo si iba asistir o no al primer encuentro que mantendrán hoy las principales centrales sindicales con el presidente Mauricio Macri. En ese cónclave está previsto que se traten aspectos sensibles de las próximas paritarias del sector público y privado, como así también la posible modificación del Impuesto a la Ganancias que afecta injustamente a miles de trabajadores.

En realidad, las dudas de Moyano eran un apriete hacia el gobierno nacional para que se diera marcha atrás con una resolución del Banco Central, que había diagramado una medida tendiente a adaptar el funcionamiento bancario a las nuevas tecnologías estableciendo un sistema para que todos los clientes –que en su gran mayoría son trabajadores asalariados- puedan recibir los resúmenes de sus cuentas y operaciones de tarjeta de crédito por vía digital. En otras palabras, estamos hablando de una medida del más absoluto sentido común, en un mundo globalizado. Entre otros beneficios, permitiría reducir los exorbitantes gastos en papel, bajar costos que actualmente se sostienen con comisiones onerosas que recaen sobre los bolsillos de la ciudadanía y mitigar daños al medio ambiente. 

El conflicto de intereses radica en que el Sindicato de Camioneros tiene 4000 afiliados en el rubro de correos que, en caso de implementarse esta medida, deberían readaptarse a los nuevos tiempos. Pero lo más grave no fue el apriete de Moyano, que pareciera querer anclar la Argentina en la época de las carretas, perpetuando mecanismos de notificación que son propios del siglo pasado con el sólo objetivo de defender su caja sindical. Peor que eso fue que el gobierno macrista, que fue votado para instrumentar los cambios que necesita el país, decidió ceder ante el inédito y polémico reclamo de Moyano. En conclusión: la iniciativa para que todos los clientes reciban sus resúmenes de cuenta de manera on line quedó en stand by, y aparentemente se instrumentaría a cuenta gotas.

Ante este escenario, luego de histeriquear durante horas, el camionero dijo por la tarde: “Sería desubicado no asistir”. Así confirmó que estará en el cónclave con Macri que se realizará hoy. Cabe recordar que Pablo Moyano, hijo del titular de la CGT y dirigente del Sindicato de Camioneros, ayer amenazó con realizar paros sorpresivos, lo que podría generar serios trastornos a la población ya que se podría dejar sin combustibles las estaciones de servicio y sin dinero a los cajeros automáticos.

En definitiva, una vez más, los Moyano demostraron que priorizan la defensa de los intereses sectoriales de su propio sindicato y nada parece importarles el resto de los asalariados que debería ser defendidos por la central sindical. ¿Acaso todos los trabajadores que pierdan horas y horas de trámites bancarios no se verían beneficiados si se moderniza el sistema?

Esta misma actitud tuvo Moyano, durante los últimos años, ante la destrucción del sistema ferroviario que se orquestó durante el menemismo y continuó durante la era K. Por eso, desde el Sindicato de Camioneros se puso palos en la rueda a todas la iniciativas tendientes a recuperar el ferrocarril ya que ello implicaría que gran parte del transporte de carga, que hoy transitan por rutas colapsada y en pésimo estado (en un país como Argentina, con más de 7000 muertos por año en accidentes de tránsito), pase a instrumentarse por vías férreas. En otras palabras, Camioneros perdería afiliados, pero se salvarían cientos de vidas, se incentivaría el aparato productivo al bajar los costos de transporte y logística (actualmente transportar soja desde el norte del país al puerto de Rosario cuesta un 50 por ciento más que enviarla a Holanda), y se podrían crear miles de puestos de trabajo genuino que no dependerían de las dádivas del Estado que, como es sabido, se sostiene con los exorbitantes impuestos que pagamos todos los ciudadanos.