Ordenan detenciones para ocho agentes

Muerte en el patrullero: La política de seguridad de Scioli en la mira

Tras el violento episodio que finalizó con un ladrón baleado en la cabeza dentro de un móvil oficial, la Justicia  ordenó detenciones de ocho agentes. Cuestionan la formación y el entrenamiento de los efectivos de la Policía Local y la Bonaerense

El gobierno bonaerense sabe que la inseguridad es uno de los problemas que más preocupa a la gente y para intentar dar soluciones, Daniel Scioli, optó por una medida por demás simplista: aumentó la cantidad de policías, anunciando que a fin de año serán 95 mil efectivos en la Provincia.

Sin embargo se sabe que la inseguridad no se disminuye solo con más prevención, y menos si a los nuevos agentes los mandan a la calle con apenas seis meses de preparación. Y, como se temía, no tardaron en llegar los presuntos casos de gatillo fácil protagonizados por integrantes de la Policía Local y también de la Bonaerense.

Dos violentos episodios pusieron en el tapete esta problemática: por un lado el ocurrido el 26 de agosto pasado cuando un hombre de 35 años, Juan Yalert,  detenido en una “entradera”, resultó baleado en la cabeza en circunstancias poco claras dentro de un patrullero cuando lo derivaban a la comisaría Novena, y poco después murió.

El otro, sucedió el sábado pasado a la madrugada en una fiesta que se desarrollaba en un centro cultural de 8 entre 41 y 42, cuando un agente de la Policía Local de La Plata, en aparente estado de ebriedad, sacó su arma reglamentaria y empezó a disparar. Una de las balas alcanzó el abdomen de un estudiante universitario, Rafael Cobo, quien debió ser intervenido y se recupera en el Hospital San Martín.

Detenidos y desafectados

Por la muerte de Yalert la justicia platense dispuso en las últimas horas la detención de ocho policías, los que fueron desafectados de la fuerza. Los demorados están acusados de "homicidio triplemente agravado por alevosía, abuso de funciones, y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego, en concurso real con la falsificación material e ideológica de instrumento público".

Las aprehensiones fueron ordenadas por la fiscal Betina Lacki y autorizadas por el juez de Garantías César Melazo.

Escasa preparación y exceso de trabajo

Como ya ha denunciado este diario, los integrantes de las fuerzas de seguridad de la provincia de Buenos Aires se quejan de varios factores que influyen a la hora de brindar un servicio adecuado.

Un alto jefe de la fuerza en diálogo con Hoy dijo que “antes, para ascender tenías que ir a un curso de una semana de riguroso entrenamiento y estudio, ahora lo redujeron a dos días. Y las capacitaciones anuales son insignificantes”.

Un oficial que recibe las inscripciones en la Provincia reconoció  que “en seis meses de estudio no se aprende nada. La currícula consta de un intensivo curso de materias teóricas vinculadas al derecho y una no tan intensiva práctica en operaciones policiales, defensa personal, educación física y tiro policial”.

Otra dificultad que expone al policía a no cumplir con eficiencia su trabajo es la excesiva carga horaria. “El sistema es así: trabajás 12 horas y descansás 36. Pero la realidad es que al salir de la guardia te ‘recargan’ 12 horas y terminás arruinado”, detalló otro oficial de la Bonaerense.

Poca preparación, escaso entrenamiento, excesiva carga horaria de trabajo, insuficientes horas de sueño y la ausencia de una firme voz de mando de jefes policiales dejan a los efectivos en condiciones vulnerables, y por ende a la sociedad toda.

“El quit de la cuestión no es la saturación de efectivos”

Luis Vicat (Abogado y especialista en seguridad)
Especial para Hoy

Los oficiales de las Policías Locales egresan con seis meses de carrera. A mí entender es muy poco tiempo. Para tener a un profesional calificado al menos debe cursar un año de clases teóricas y otro año de prácticas en la calle, acompañando a efectivos con experiencia.

La calle te enseña cómo administrar tensiones, manejar el shock de adrenalina y contener emociones. Así, con 24 meses de instrucción teórico práctica, la formación es completa y se disminuyen las posibilidades de que ocurran casos graves, como los de “gatillo fácil”.

A fin de año la Provincia va a tener 95.000 policías y estaremos mal y vamos a contratar más y seguiremos igual porque todo es reactivo. El quit de la cuestión no es la saturación de efectivos, es la falta de plan estratégico que nos lleva al fracaso.

Hay deficiencias estructurales que persisten: la falta de móviles en condiciones y de armamento adecuado, y la cuestión salarial y de motivación.

Fuerte malestar en la fuerza

La medida dispuesta por la fiscal Betina Lacky de detener a ocho policías por el operativo que terminó con la muerte de Juan Yalert el 26 de agosto pasado en La Plata no cayó para nada bien entre los integrantes de la fuerza.

Ayer se pudo observar en las comisarías y otras dependencias reuniones informales de los agentes, y se escucharon voces de rechazo a la disposición judicial en las redes sociales. De hecho familiares de los ocho efectivos demorados se presentaron en la fiscalía para expresar repudio por la orden de Lacky.

Un jefe policial calificó como apresurada la medida: “Aún no están los resultados de los peritajes y ya metieron presos a los vigilantes”, sostuvo.

Aunque admiten que hubo errores en el procedimiento, pares de los policías demorados sostienen la hipótesis del suicidio. “No lo revisaron bien en el apuro y el hombre tenía escondida una pistola debajo de una faja que cubría su cintura”, afirmó uno de los agentes.

Desde la fuerza de seguridad también admiten que en ocasiones la justicia, presionada por la política, opta por apurar algunas resoluciones, a pesar de no tener pruebas contundentes.

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