Nafta más cara y problemas energéticos: una ley que pone en jaque al soberano

La Ley de Hidrocarburos impulsada por el gobierno, en vez de frenar los precios de las naftas y los problemas energéticos, tenderá a aumentarlos. Especialistas consultados por Hoy echan por tierra con una de las nuevas ficciones del relato oficial

Los recursos naturales fueron a lo largo de la historia, una fuente inagotable de divisas que sirvieron para el crecimiento del país. La pseudoestatización de YPF en 2012 por parte del gobierno kirchnerista, abrió la puerta para que el relato oficial sobre la recuperación de nuestra soberanía calara en algunos sectores de la población.

En la actualidad, la Argentina ha dejado de ser un país con autoabastecimiento de gas y petróleo, en uno de los logros altamente negativos de la mal llamada década ganada. Desde la irrupción del kirchnerismo en 2003, la producción de crudo ha bajado un 25%, la de gas un 22% y las reservas de gas cayeron a la mitad.

Con los precios de las naftas por las nubes trepando a casi 15 pesos, y con tarifas de gas que sufren aumentos mes a mes que llegan hasta el 500%, la población vive este problema con suma preocupación, sobre todo porque se acerca el verano y la posibilidad de cortes de luz está siempre latente.

Ante esta situación, el gobierno ha enviado al Congreso nacional una nueva Ley de Hidrocarburos, que según especialistas consultados por Hoy, en vez de reducir los problemas que sufre el sector energético en la actualidad, tenderá a agravarlos.

El exSecretario de Energía de la Nación, Emilio Apud, señala que “este es un gobierno necio, que niega una realidad muy evidente en el tema de la energía. La nueva Ley de Hidrocarburos sale sin consenso y con sectores políticos que hablan que de llegar al poder la vetarán y harán una nueva, por lo que los efectos sobre la población serán negativos”.

Para el referente del sector energético “antes de asumir el kirchnerismo, no había problemas de gas ni de electricidad, había abastecimiento de producción de petróleo, la cosa estaba funcionando, pero con esta manía populista de conducir el Estado, hicieron lo que hicieron y estamos con estos problemas que tenemos ahora y que irán creciendo en el futuro”.

Félix Herrero, abogado y economista especializado en energía, es más drástico en su definición, ya que para él “la ley impulsada por el gobierno es una burla a los sectores más descuidados de la economía, que sentirán todo su rigor cuando los precios de las naftas suban más que ahora, y las boletas de gas sigan teniendo tarifazos corrientes”.

Según el miembro del Grupo Moreno, “se ha pasado del relato al novelón. Todo esto hace que los sectores que están perdiendo sus empleos sigan en decadencia y que la renta petrolera vaya a parar a las multinacionales en vez de quedar en la Argentina para la salud y la educación”.

Con una nueva Ley de Hidrocarburos que nace sin consenso y que amenaza con hacer más difícil la vida diaria de los ciudadanos, será complicado que la Argentina pueda tener en el corto y mediano plazo un futuro mejor y un país donde la mayoría de los habitantes estén incluidos en un proyecto común y no fuera del sistema como ocurre hasta ahora, donde hay más de 15 millones de personas por debajo de la línea de pobreza.

Un proyecto que hace agua por todos lados

La nueva Ley de Hidrocarburos promocionada por el oficialismo intenta sancionar una reforma parcial al régimen que regula la explotación de hidrocarburos en nuestro país, instrumentando un pacto firmado con los gobernadores de las provincias productoras.

El kirchnerismo apelará a su mayoría automática para aprobar el proyecto sin el necesario debate que el mismo debiera tener. “Un grupo de exSecretarios de Energía estamos insistiendo en la necesidad de que se formule una política de Estado y se haga un acuerdo entre todos los partidos políticos, de la manera que se respete esa política evidentemente de a quien le toque estar en el poder, pero no se nos ha escuchado”, destaca a Hoy Emilio Apud.

Para el exfuncionario en épocas de la Alianza, al kirchnerismo “se le hace imposible decir que se equivocó, el gobierno no admite eso. Lo que nosotros estamos diciendo es que se admita que se cometió un error políticamente, pero eso va en contra de la idiosincrasia del relato, que es mentir y no reconocer la realidad”.

El proyecto oficial otorga status legal a los beneficios ya concedidos al contrato firmado por YPF y Chevron mediante decreto 929/2013, cuya operatoria y resultados aún permanecen en secreto, elevando a rango de ley mecanismos carentes de toda publicidad y transparencia, limitando la participación de las provincias. Al mismo tiempo, las concesiones de las áreas a las petroleras serán de 25, 30 y 35 años según sean convencional, off shore o no convencional, con opción a 10 años más, y así repetirlos casi a perpetuidad.

Esto lleva a un nuevo rompimiento del relato de que se está enfrentando a los buitres y se va en busca de la soberanía eléctrica, sino que por el contrario, lo único que se logra es un avance de las multinacionales sobre los recursos naturales argentinos y la pérdida de identidad del país con los mismos. 

Una crisis que aumenta y no para

La economía se encuentra pasando por el peor momento desde la llegada del oficialismo al poder. Al rebrote inflacionario, la caída del empleo, el aumento de la pobreza y la marginación, se le suman ahora datos negativos en sectores que hasta hace poco habían sido un bastión del relato K.

En los últimos 12 meses, los combustibles aumentaron un 60%, lo que ha significado una menor demanda por parte de los argentinos. Las ventas de la nafta Súper cayó en julio un 1,4%, la nafta Premium bajó un 10,1%, la Diesel Euro un 6,2%, y el gasoil un 2,2%.

Haciendo oídos sordos a esta situación, desde el gobierno salieron a defender estos aumentos en las naftas, al sostener en la voz del titular de YPF, Miguel Galuccio, que: “si no aumentaran los combustibles, estaríamos fundidos”, en una muestra de que la realidad les ha dado vuelta la cara y que el relato montado desde 2003 se hace insostenible.

Pero no sólo los combustibles jaquean el golpeado bolsillo de los usuarios argentinos, en las últimas semanas se han podido ver aumentos en las boletas de gas que van desde el 75% hasta el 500%, como ha pasado en diferentes lugares del conurbano bonaerense y la provincia de Salta.

A todo esto hay que sumarle que la producción de petróleo acumula una caída en el último año del 1,2% y se ha tenido que implementar importaciones de petróleo de Nigeria y países del Caribe. A su vez, la caída en la producción de gas natural trepó al 1,9%, complicando el panorama para la Argentina.

Momento angustiante por el que pasa el sector energético que hace peligrar el normal desenvolvimiento de la economía nacional para los próximos meses y que pone a la Argentina al borde del colapso.