Nuevas pruebas de las irregularidades en la Aduana

El principal obstáculo para combatir el contrabando en el aeropuerto internacional de Ezeiza son los propios empleados de la Dirección General de Aduanas (DGA). Así lo señaló un informe reservado hecho por extrabajadores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Aduana de Estados Unidos a pedido de Aeropuertos Argentina 2000, la firma controladora de la terminal aeroportuaria.

El informe de la consultora SSI, que confirma las irregularidades en la Aduana que el diario Hoy viene denunciando desde hace años, llegó hasta 2014, y señala al espacio como una zona de alto riesgo, donde se mezclan efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), espías de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), aduaneros que cumplen sus tareas y otros que juegan para el contrabando mientras acumulan fortunas.

La auditoría detalló tres prácticas ilícitas habituales en la Aduana: la primera, la apertura de embalajes para la extracción total o parcial de mercaderías que el propio personal aduanero deriva al mercado negro, mientras en el depósito se conserva el embalaje, en apariencia intacto; la segunda, la retención de mercadería durante largos períodos hasta que el afectado se aviene a pagar un soborno para obtener la “liberación de la carga”, y como tercera práctica ilícita más utilizada indica la “desaparición” por robo de los cargamentos, ya sea de grandes o pequeñas dimensiones.

Complicidades de larga data

Cuando el ahora desplazado titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, asumió su cargo, puso en la mira de posibles maniobras de contrabando a los extitulares de la AFIP, Ricardo Echegaray, y de la Aduana, Guillermo Michel, denunciados en reiteradas oportunidades por este diario por sus vinculaciones con el aumento exponencial del narcotráfico durante la era K.

Por entonces, Gómez Centurión remarcó que desde hacía siete años no existían en la Aduana sentencias por contrabando en el fuero penal económico: las denuncias flotaban en el nivel contravencional y nunca llegaban a causas judiciales.

Su predecesor, Guillermo Michel, tenía estrechos vínculos con Jorge Lambiris, un uruguayo amigo y socio de Echegaray que hace quince años estuvo preso por piratería del asfalto y que actualmente se dedicaría a gestionar depósitos fiscales a través de testaferros, según dio a conocer diario Hoy.

Mano derecha de Echegaray, Michel se jactaba de ser un especialista en paraísos fiscales y en la conformación de empresas, habiendo intervenido en la creación de numerosas sociedades comerciales que serían cáscaras vacías que podrían servir como plataforma para lavar dinero. 

También fue denunciado por la diputada Elisa Carrió por presuntos vínculos con la ex-SIDE.

El importador de la pseudoefedrina retenida rompió el silencio

¿Por qué en cinco años nadie reclamó ni retiró los diez barriles de pseudoefedrina secuestrados el último jueves en un depósito fiscal de Ezeiza? Desde el sector farmacéutico afirman que “era más cara la multa que la mercadería”.

Anoche, el laboratorio Chemo, del empresario argentino Hugo Sigman e importador del cargamento, emitió un comunicado dando su explicación: en 2011, el laboratorio paraguayo Comfar le solicitó a la compañía farmacéutica 250 kg de pseudoefedrina para la fabricación de Agripas Plus, un antigripal y descongestivo de uso muy común en aquel país. Según la compañía, “el valor de los 250 kg era de 16.250 dólares”.

Para el envío de la mercadería, dice el comunicado, Chemo contrató al forwarder Stockpharma. “Fue enviada desde los depósitos en Basilea, por lo que cumplió con la normativa suiza para ser exportada, con rumbo a Paraguay, previa escala en París y Buenos Aires”, añade, lo que quiere decir “que pasó en tránsito por el aeropuerto Charles de Gaulle, y también cumplía con los requerimientos de las autoridades francesas”.

Según el relato de Chemo, luego de llegar a Ezeiza y antes de salir para Asunción, “la Aduana argentina retuvo esta mercadería” y la compañía local encargada de hacer el despacho, International Cargo, “realizó el reclamo pertinente en reiteradas oportunidades”. Sin embargo, la Aduana argentina “nunca respondió formalmente el requerimiento” y sus funcionarios “se limitaron a decir que no estaba autorizada la salida”, continúa con su aclaración el laboratorio.

También Comfar, como propietario de la pseudoefedrina, realizó reclamos a la Aduana argentina y finalmente “le informaron verbalmente a International Cargo que la mercadería sería confiscada”.

Al ser confiscada, la mercadería se convierte en propiedad del Fisco y es la Aduana la que debe decidir su  destino, ya sea su destrucción, reenvío al lugar de origen o remate.

“La única noticia posterior que la compañía ha tenido por parte de la Aduana fue la publicación en el Boletín Oficial del miércoles pasado (7/9/16), requiriendo que el dueño se presentara a retirarla”, señala el comunicado, al tiempo que subraya: “El hecho de que la misma Aduana haya pedido el miércoles pasado que el dueño pasara a buscarla demuestra que no había razón alguna para haberla retenido”.

Mario Segovia: “El que manejaba todo era Aníbal”

“El negocio de los medicamentos adulterados era el negocio de la sucia política bonaerense, es decir de Aníbal Fernández”, dijo Mario Segovia, el llamado “Rey de la efedrina”, que cumple una condena de catorce años por contrabando agravado de dicha sustancia en Ezeiza.

En una nueva arremetida contra La Morsa, Segovia sostuvo en declaraciones periodísticas: “Yo no pagaba por protección del Estado: era un sistema en el que el dueño era Aníbal. Era un monopolio totalmente seguro, todas las operaciones pasaban por ellos, eran los dueños del sistema. Ellos organizaban todo, y todo tenía un precio”.

“Aníbal era el organizador y coordinador de ese sistema. No sé si lo hacía en nombre propio o de alguien más arriba, pero él tenía poder de decisión. Eso era cantado”, sostuvo.

En ese sentido, consultado sobre las supuestas mafias en la Aduana, respondió: “Voy a colaborar con Gómez Centurión. Él tiene razón, y le están haciendo una cama las mismas personas que me etiquetaron de rey de la efedrina. Ya voy a hablar”.

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