Números en rojo para el exdueño de “La Rosadita”

La Justicia decretó la quiebra de Federico Elaskar, fundador original de la financiera vinculada a la ruta del dinero K. La medida le prohíbe al empresario salir del país y manejar dinero a través de bancos

El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial Nº 2 decretó la quiebra de Federico Elaskar, extitular de la financiera SGI. La medida adoptada por el tribunal incluye la prohibición de salida del país, una inhibición general sobre sus bienes y la intervención de su “correspondencia comercial”.

Elaskar, protagonista de los informes periodísticos que comenzaron a desentrañar la denominada ruta del dinero K, había solicitado la declaración de su propia quiebra ante la imposibilidad de afrontar el pago de la deuda que mantenía con la AFIP.

Como parte de la resolución judicial, Elaskar no podrá manejar dinero a través de bancos. Por orden del juez en lo Comercial Fernando Penacca, el Banco Central notificó a las distintas entidades financieras del país para que cierren todas las cuentas bancarias que posea el empresario.

Paradójicamente, el fundador de las oficinas que se volvieron famosas cuando circuló una grabación en la que se veía contar millones de dólares a Martín Báez, hijo del empresario patagónico, y el exmarido de Iliana Calabró, Fabián Rossi, ahora estará limitado para todo tipo de operación económica.

Fernando Ezequiel Aquilino continuará en la figura de síndico y será ante quien los acreedores deberán presentar las peticiones de verificación y los títulos justificativos de sus créditos hasta el día 14 de febrero de 2017.

¿De millonario a mendigo?

Federico Elaskar fue una pieza principal en el camino que llevó a la denuncia por lavado de dinero de Lázaro Báez, investigado también por su vínculo íntimo con los Kirchner y los sospechosos beneficios que recibía el empresario constructor en cuanto a las adjudicaciones de obra pública.

Además de revelar las maniobras de lavado de dinero vinculadas a la corrupción del gobierno K, Elaskar había acusado a Báez de haberle sacado su empresa a la fuerza y poner en su reemplazo al contador Daniel Pérez Gadin, hombre del circulo íntimo del empresario patagónico.

Desde las oficinas de “La Rosadita”, en Puerto Madero, junto con Leonardo Fariña habían montado una estructura de empresas fantasmas registradas en Panamá para triangular y sacar del país cifras millonarias que finalizaban su recorrido en Suiza.

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