Nunca Más

EN FOCO

"...nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido sino en la memoria; no en la violencia sino en la justicia. Esta es nuestra oportunidad: quizá sea la última. Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: Nunca más”.

Esta es la parte final del alegato Julio César Strassera, el ex fiscal que falleció ayer y que en 1985 participó en el histórico juicio a las Juntas Militares, que marcó un antes y un después en el proceso de consolidación de la democracia en la Argentina que, en aquel entonces, se encontraba en pañales y era atacada por diversos factores de poder.

El Nunca Más de Strassera adquiere un especial significado ante el presente que está viviendo el país, casi 30 años después de haber sido pronunciado frente a los genocidas que, azorados, se preparaban para ser condenados a prisión perpetua. 

Estamos a menos de 10 meses del final de ciclo de la era kirchnerista, que ha decidido mostrar su peor cara, con un nivel de intolerancia, corrupción y de saqueo que resulta absolutamente incompatible con el sistema democrático. En este escenario, los argentinos tenemos que gritar Nunca Más ante la infamia que significa que, en un país repleto de riquezas naturales y con capacidad para alimentar a 300 millones de habitantes, tengamos más de 10 millones de pobres y, además, tengamos que lamentar que todos los días haya chicos que mueren por desnutrición y por otras causas que son absolutamente evitables.

Tenemos que decir Nunca Más a que se sigan desarrollando las formas más infames del clientelismo político -en provincias y municipios convertidos en territorios feudales- como mecanismo para obtener el voto fácil y condenar a los pobres a ser cada vez más pobres. En esta nueva etapa, los argentinos debemos exigir que quienes tomen las riendas del gobierno desarrollen políticas que haga resurgir el aparato productivo y apunten a recrear la cultura del trabajo, que es el gran ordenador social, para que cada argentino tenga la posibilidad de tener un sueldo que le garantice dignidad tanto para él como para su familia, a partir de su propio esfuerzo y sacrificio.

Debemos decir Nunca Más a que, desde el poder político, se siga designando a dedo a jueces y fiscales que tienen en sus manos la posibilidad de definir sobre la vida y la hacienda de la ciudadanía, sin tener la más mínima idoneidad moral y legal.

Tenemos que decir Nunca Más a este perverso sistema de impunidad que hace que corruptos como Amado Boudou y Hebe de Bonafini, entre otros tantos personajes ligados al kirchnerismo, se sigan mostrando sonrientes en la Casa Rosada, sentándose en primera fila en los actos de la Presidenta, cuando su lugar debería ser el de estar en el banquillo de los acusados o directamente en la cárcel. 

Hay que decir Nunca Más a que otros personajes, que son tan corruptos como Boudou, utilicen el aparato del Estado para intentar silenciar a los medios de comunicación independientes por su línea editorial cuestionadora del gobierno y por sus investigaciones. Cabe recordar que el diario Hoy y su directora, la señora Myriam Chávez de Balcedo, vienen siendo hostigados por la AFIP, de forma permanente y sistemática. El objetivo del organismo recaudador apunta a que el diario deje de existir para evitar que sigamos publicando los informes que ponen al descubierto la forma en la que Ricardo Echegaray, y varios de sus funcionarios, ofrecen protección a empresas amigas del poder (Lázaro Báez, Cristóbal López, los testaferros de Boudou, etc); conforman sociedades fantasmas que podrían servir de plataforma para el lavado de dinero; y en algunos casos hasta tendrían conexiones con el narcotráfico, tal como lo pondremos de manifiesto en notas periodísticas que se publicarán en los próximos días.  

Toda crisis, al mismo tiempo, también constituye una oportunidad de cambio. El ejemplo que nos dejó Strassera, que fue un fiscal que se atrevió a imputar a genocidas que aún conservaban mucho poder en la Argentina, y que mostró una actitud intachable contra el avance del poder político sobre la Justicia (por eso fue un furibundo critico del kirchnerismo), es un ejemplo a seguir en esta nueva etapa. Que así sea.

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