Peligrosa genuflexión

EN FOCO

La presidenta Cristina Kirchner ayer volvió a encabezar un acto oficial que tuvo el claro objetivo de reunir a gobernadores y a los principales candidatos del oficialismo para dejarlos expuestos como personajes que son absolutamente genuflexos ante las mentiras del relato oficial.

La excusa del encuentro fue rendirle una suerte de homenaje al fallecido Néstor Kirchner, al cumplirse cinco años de su asunción como secretario general de la Unión de Naciones del Sur (Unasur). Además,  la jefa de Estado sumó dos cuadros al Salón de los Patriotas de la Casa Rosada, uno de su marido y otro del finado presidente venezolano Hugo Chávez.

No es la primera vez que el Gobierno exhibe representaciones pictóricas de Néstor y del ex mandatario de Venezuela. En 2011, durante una visita de Cristina al Palacio de Miraflores en Caracas, Chávez le regaló un cuadro pintado por él mismo que lo retrataba junto a Néstor Kirchner, a quien también le había dedicado el nombre de un salón de la sede del gobierno venezolano.

“Se negaron a descansar, porque para ellos la vida era luchar y como los árboles, si era necesario, morir de pie. No fueron hombres de la comodidad, vinieron a este mundo a incomodar a los poderosos", dijo de manera insólita CFK sobre su esposo y sobre el fallecido presidente de Venezuela. Parece olvidarse la presidenta que su marido murió sin poder justificar como hizo para aumentar su patrimonio en más de 1000%, en menos de una década, contando desde el momento en que se sentó por primera vez en el sillón de Rivadavia. También se llevó a la tumba cómo hizo para que un simple empleado bancario llamado Lázaro Báez, sospechado de ser su testaferro, pasara de manejar un viejo Ford Falcón a convertirse en uno de los principales contratistas de obra pública de la Argentina a partir de 2003, quedándose con 420.000 hectáreas de Santa Cruz, es decir, 4.200 kilómetros cuadrados, lo que representa 20 veces el territorio de la Capital Federal. ¿Quedándose con una parte importante de la Patagonia es la forma en la que Néstor combatió a los poderosos?

Ahora bien, la realidad, como siempre se impone a las falacias del relato K. La designación de Néstor Kirchner como titular de la Unasur fue un hecho absolutamente intrascendente para la política continental. No sólo porque ese bloque de naciones carece de peso específico en el escenario de internacional y en el juego de la geopolítica, sino también porque la gestión de Kirchner como armador de la política regional realmente fue muy pobre.

Asimismo, que en el salón de los patriotas haya un cuadro de Chávez parece una broma de muy mal gusto. El presidente venezolano no hizo absolutamente nada en beneficio de la Argentina. Peor aún, hasta usó las necesidades argentinas para hacer infames negocios financieros como cuando otorgó financiamiento a una tasa altamente usurera del 16%, tasa que cuadriplica lo que están pagando países como Bolivia y Paraguay cuando acceden al mercado internacional de capitales. Eso no fue todo. El chavismo está sospechado de haber dado aportes económicos ilegales a la campaña de Cristina Kirchner, lo que derivó en uno de los mayores escándalos de corrupción de la mal llamada década ganada cuando el venezolano Guido Antonini Wilson fue interceptado en Ezeiza, intentando ingresar una valija con 800 mil dólares sin declarar. En rigor, habrían sido varias las valijas que habrían llegado a la Argentina con dinero oscuro aportado por el régimen chavista que, dicho sea de paso, se ha convertido en un verdadero paria internacional por sus constantes violaciones a los derechos humanos y a la libertad de expresión.  Durante el juicio al valijero Antonini Wilson, que se realizó en Miami (en la Argentina, la causa está por prescribir), aparecieron otros testimonios que apuntaron a posible otra motivación del ingreso ilegal de divisas: un clearing aéreo de las coimas bilaterales.

Los manejos turbios también llegaron a nuestra región. En 2004, en uno de los actos fundacionales de la alianza entre el kirchnerismo y el chavismo, se anunció con bombos y platillos que Venezuela le había encargado al Astillero Río Santiago de Ensenada la construcción de ocho buques tanqueros para la flota de la petrolera PDVSA. Pasaron más de once años, se construyeron apenas dos buques y existen muchas sospechas sobre los gastos realizados. Cada barco estaba presupuestado en 75 millones de dólares, pero se habría desembolsado más US$ 120 millones. ¿Dónde fue a parar la diferencia? Es un misterio.

Llama poderosamente la atención que haya candidatos del oficialismo, que tienen chances de ganar en las elecciones porque han logrado diferenciarse del kirchnerismo en algunos aspectos formales, acepten mansamente –como lo hicieron ayer- someterse a las puestas de escena de una presidenta que está en retirada y busca manipular la realidad. Hasta aceptan compartir un acto con gobernadores feudales y con el inefable Amado Boudou, el primer vicepresidente de la historia democrática de nuestro país procesado por un escándalo de corrupción en ejercicio de sus funciones. Todos ellos ayer estuvieron aplaudiendo a la presidenta cuando descubrió el cuadro de Chávez. De seguir así, terminarán conspirando contra sus propias chances electorales.