El escándalo del dinero negro en la Departamental La Plata

Por la causa de los sobres, citan a indagatoria al jefe de Camerini

Se trata de Fernando Grasso, el actual superintendente de la Región Capital. El 6 de marzo le tomarán declaración en la Dirección de Asuntos Internos. Un envoltorio secuestrado con la letra “G” que contenía 30.000 pesos lo puso bajo sospecha. Evaluarán si le sigue los pasos el número 1 de la Bonaerense, Pablo Bressi

La denominada causa de los sobres, que investiga el funcionamiento de una presunta banda conformada por policías con el objetivo de recaudar dinero de manera ilegal, cumple un año hoy, ya que el 26 de febrero pasado se inició la pesquisa luego de un llamado anónimo al 0800 de la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad.

La voz en el teléfono denunció que en los primeros días de cada mes el entonces jefe de la Departamental La Plata, Darío Camerini, y al menos tres de sus principales colaboradores recibían unos 200.000 pesos, en distintos sobres que le enviaban los titulares de las comisarías de la capital provincial.

La denuncia anónima generó dos procesos de investigación: uno con la Justicia Penal, ya que se le dio intervención a la UFI en turno, y otro, de índole administrativo, que llevan adelante los auditores de Asuntos Internos.

El 1º de abril último allanaron la sede policial de 12 entre 60 y 61 y secuestraron 36 sobres con un total de 153.700 pesos: 35 envoltorios iban dirigidos al jefe, al segundo jefe, al secretario o al jefe de Operaciones; el restante, que era el que contenía más plata (30.000 pesos), tenía como indicación la letra “G”.

En el marco del sumario administrativo trascendió en las últimas horas que el jefe inmediato superior de Camerini, el comisario general Fernando Grasso, fue imputado en noviembre pasado por los auditores de Asuntos Internos y que fue citado a prestar declaración indagatoria en ese proceso para el 6 de marzo próximo.

La imputación y la citación a Grasso fueron confirmadas ayer a HOY por un vocero de la cartera de Seguridad, que conduce Cristian Ritondo.

De hecho, la misma fuente admitió que, tras la evaluación de los dichos de Grasso, se analizará la citación del actual jefe de la Bonaerense, Pablo Bressi.

Justamente, el fiscal que encabeza la causa penal, Marcelo Martini, mandó un oficio a Asuntos Internos en noviembre pasado, convencido de que los sobres con dinero ilegal desafiaban la ley de gravedad “porque iban todos para arriba”. 

Martini pidió a la Auditoría General de Asuntos Internos que investigue a Bressi y al superintendente de la Región, Grasso, para saber si los dos funcionarios policiales podrían haber conocido las maniobras ilícitas por las que fueron imputados los ocho policías actualmente imputados.

Como se recordará, están procesados penalmente el extitular de la Jefatura Departamental La Plata, Darío Camerini; el exsegundo, Roberto Carballo; el exsecretario, Walter Skramowskyj y el exjefe de Operaciones, Ariel Huck; más los excomisarios Sebastián Velázquez, Sebastián Cuenca, Julio Sáenz y Raúl Frare.

La denuncia de Sipoba

Este diario publicó la denuncia radicada por el Sindicato de la Policía de Buenos Aires (Sipoba) ante el fiscal Martini. En ella se detalla que el 6 de abril pasado Grasso sufrió un violento asalto cerca de su casa en Quilmes Oeste. Fue interceptado por cuatro delincuentes que se movilizaban en un auto marca Chevrolet Corsa gris.

De acuerdo a esa versión, el superintendente de la Región Capital sufrió varios culatazos en la cabeza y perdió un bolso con unos 400.000 pesos. Desde el gremio dijeron que Grasso tuvo que ser atendido en la guardia del Hospital Iriarte de Quilmes.

La fuerte sospecha es que ese dinero que le sustrajeron era parte de la recaudación ilegal de las comisarías de La Plata. Hay que aclarar que la oficina de Grasso está en el mismo edificio y piso que la del jefe de la Departamental La Plata.

La declaración de Grasso del 6 de marzo próximo en Asuntos Internos será elevada luego al fiscal Martini. 

Los presuntos vínculos con Aníbal “La Morsa” Fernández

Desde el Sindicato de la Policía de Buenos Aires (Sipoba) aseguraron ayer a Hoy que el superintendente de la Región Capital, Fernando Grasso, “cuando era jefe de calle de la comisaría Primera de Quilmes, en octubre de 1994, ayudó al entonces intendente Aníbal Fernández, a escapar en el baúl de un auto del municipio, en momentos en que iban a detenerlo por la presunta falsificación de un documento público”.

“Esa ayudita le sirvió a Grasso. Con el apoyo político de Fernández siempre ocupó cargos de trascendencia: jefe de Distrito, jefe de Departamental y hasta encargado de la seguridad del club Quilmes”, agregaron desde Sipoba.

Es más, una de las más altas autoridades del gremio, aseguró que “si las elecciones a gobernador bonaerense de 2015 eran ganadas por La Morsa, el jefe de la Bonaerense, en lugar de Pablo Bressi, hubiera sido Fernando Grasso”.

La lupa llegó a la cúpula policial

Sin dudas, el llamado a indagatoria desde la Auditoría General de Asuntos Internos a Fernando Grasso es un golpe a la cúpula de la Bonaerense.

Es que por encima de Grasso solo hay un peldaño: el que ocupa el propio jefe de Policía, el comisario general Pablo Bressi.

El gran interrogante a resolver es si ellos, Bressi y Grasso, sabían de la recaudación ilegal y si pueden quedar imputados en la causa penal que investiga la ruta del dinero sucio policial.

Como se recordará, el fiscal Marcelo Martini no se cansa de decir que esta investigación, además de la pata policial, tiene una judicial y otra política.

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