Scioli en problemas: se paraliza la Provincia

Los reclamos salariales ponen en jaque al gobierno bonaerense, en medio de la preocupante situación económica sin respuesta que vive el distrito 

La provincia de Buenos Aires está al borde de la paralización, sin fondos genuinos, con las posibilidades de obtener crédito agotadas y en medio de una complicada negociación salarial que amenaza con paralizar la administración pública. Principalmente la educación, a raíz de inminentes paros de los porteros de las escuelas y los docentes, entre otros trabajadores. 

Ante está situación, el gobernador Daniel Scioli parece no reaccionar y lo peor de todo es que no acierta ni siquiera en el diagnóstico. De regreso de una gira por Nueva York, Estados Unidos, adonde fue con la intención de buscar inversores para la Provincia pero volvió con las manos vacías, el mandatario bonaerense dijo que el reclamo salarial se va “a ir resolviendo en las reuniones de trabajo que esta semana vamos a tener con los distintos gremios”. 

Sin embargo, desde los gremios estatales y docentes advirtieron que aun no hay fecha para que esta semana se reúna la comisión técnica salarial, que comenzó a trabajar sobre el reclamo docente el jueves, aunque sin avances sustanciales.   

Tampoco hubo un llamado para resolver la paritaria docente a nivel nacional, que es el parámetro que tendrá la Provincia para los aumentos, por lo que ya se anticipa que no habrá inicio de clases el 5 de marzo en las escuelas bonaerenses.

Una situación similar viven los médicos y trabajadores de los 77 hospitales bonaerenses, además de los empleados del poder judicial y también de la administración pública bonaerense. Por lo que los paros serán generalizados si no se resuelve la cuestión salarial.  

Los gremios no están dispuestos a aceptar aumentos del 25% como el que quiere imponer el kirchnerismo por decreto, cuando las previsiones de inflación para este año superan ampliamente el 40%. Los aumentos de precios dejan retrasado un sueldo de bolsillo $ 3.600 por mes, con un básico de $ 1.812,80, que cobra hoy un docente en la Provincia. 

La situación de los auxiliares de la educación, que se encargan de higienizar las escuelas y hacer funcionar los comedores, es aún más delicada ya que constituyen uno de los sectores mas postergados en materia salarial. Por eso, desde el gremio Soeme, anunciaron que en caso de que no haya respuestas a sus reclamos, que consisten en llevar el salario inicial a $ 6.000 para los trabajadores que tiene un régimen laboral de 30 horas y de $ 9.000 para los que trabajan 48 horas, no abrirán las escuelas.

Sorprende que en boca del gobernador no haya mención a la inflación, que es uno de los temas que más afecta a los argentinos y un desafío ineludible para cualquier dirigente que pretenda ser candidato a presidente en 2015. 

Los problemas de comprensión de la realidad que presenta el gobierno provincial son similares a los que tiene la presidenta Cristina Fernández, quien cada vez que habla sobre la situación del país parece que vive en una burbuja. 

Frente a la grave situación económica que desnuda el planteo de aumento salarial de los gremios, Scioli ayer habló de tener “diez años de experiencia en paritarias: cuatro años como vicepresidente con los trabajadores del Congreso y ahora seis años como gobernador de la Provincia”, por lo que dijo que su administración va “a actuar con toda la responsabilidad, con todo el esfuerzo para encontrar puntos de acuerdo". 

Sin embargo, dentro de lo que gobernador considera “puntos de acuerdo” no se habla de la realidad concreta: si el propio kirchnerismo reconoce una inflación de 3,7% en enero, difícilmente tengamos una inflación inferior al 7% en los dos primeros meses del año. Esto se suma a un 2013, donde los salarios perdieron de forma escandalosa la carrera contra la inflación. Es decir, en este contexto, gran parte de los docentes y empleados públicos tendrán serias dificultades, con este nivel de salario, de garantizarse el transporte y el sustento diario. Por ello, no sólo se paralizará la provincia, sino que habrá un contexto de conflicto social permanente, con una inflación combinada con recesión, que es el peor de los escenarios. 

Pareciera que el gobernador viaja mucho en helicóptero y no puede ver lo que está sucediendo en su Provincia, con bolsones de pobreza y marginalidad extrema que crecen a pasos acelerados. De hecho, a pocos kilómetros de la Casa de Gobierno, hay 130 asentamientos donde miles de compatriotas viven en condiciones infrahumanas.

En definitiva, los bonaerenses que lo votaron en las dos últimas elecciones, lo hicieron para modificar esta realidad, y no ser un mero relator de los problemas. Por eso, de poco sirve usar permanentemente frases hechas y bienintencionadas. Ya lo decía Perón: “mejor que decir, es hacer; mejor que prometer, es realizar”.