Se agudiza la crisis de las importaciones

Ante la caída de las reservas, el gobierno instrumentó una suerte de feriado cambiario para los importadores: no les venderá dólares hasta el martes. La medida podría provocar que se agudice el faltante de insumos básicos. Economía en jaque

En el último tiempo, en materia económica, nos hemos acostumbrado a que en la Argentina el remedio termine siendo mucho peor que la enfermedad. Una clara muestra de esta situación ocurrió ayer al conocerse que, para ponerle un freno a la caída de reservas, el Banco Central ha clausurado virtualmente la entrega de autorizaciones para que los importadores puedan hacerse de la verde divisa. ¿Qué impacto tendrá la medida? Por lo pronto se prevé que se agudice la escasez de insumos y de bienes importados, lo que generará que se profundice aún más el estancamiento de la actividad económica. 

La medida que se conoció ayer, en la práctica, implica un manotazo de ahogado para que la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega no pierda más reservas. En agosto la merma ya ha superado los u$s 400 millones y si bien ha conseguido mantener sin cambios la cotización oficial del peso en los últimos días, también eso ha decantado en una mayor alza del dólar informal que sigue rondando los $14,45. Ahora bien, como a los importadores se les impide acceder al mercado formal, es probable que muchos recurran al blue, lo que incentivará su cotización.

El aviso se lo hicieron a las principales mesas de dinero. Fue informal, como lo es todo en cuestiones cambiarias. Entre las razones, la primera es el paro de ayer a lo que hay que sumarle el "cierre anticipado" durante la jornada de hoy por ser la víspera del Labor Day estadounidense del lunes próximo. "Los mercados locales dependen en gran medida de la referencia neoyorkina mal que les pese a los seguidores del movimiento anti-Griesa", señaló un banquero de la City. Actualmente, hay retrasos de hasta seis meses para la importación de insumos. Las mesas de dinero de los bancos ya están cansadas de esperar las autorizaciones. Incluso el sistema de “matching” que solía aplicarse ahora aparece virtualmente congelado. Es decir, si eventualmente entran dólares de la liquidación de exportaciones, el BCRA no los “gira” a la importación.

Con respecto a esto último, sigue tallando fuerte la situación de buena parte del agro, que no sólo se mantenía renuente a vender la cosecha de soja. Esto es debido a que consideraba bajo el tipo de cambio oficial, sino que además, también ha quedado “atrapado” de una fuerte baja de la soja que está por debajo de los u$s 400 por tonelada. A mayor brecha, menor liquidación de dólares. En la síntesis, si el productor decide vender sus granos y dolarizarse (algo que luce cada vez más lejano), deberá recorrer un largo camino e incluso calcular la “brecha”. Por ejemplo, por cada dólar que liquida el productor, el Banco Central le paga $ 8,40. A ello hay descontarle las retenciones si es que el producto exportado está gravado. Suponiendo que el exportador de soja debe liquidar, debe restarle a esos $ 8,40, el 35% por las retenciones: así, por cada dólar que “compra” el Gobierno, se paga $ 5,46. 

Suponiendo el caso que el exportador o productor decidiera posicionarse en un activo que no pierda poder adquisitivo, (pedirle dólares ahorro a la AFIP está descartado), sólo le quedaría la opción del “dólar bolsa” o blue. En ese sentido, para poder comprar un dólar en la Bolsa, el exportador debe “agregar” prácticamente $ 8 más. Así, la distancia o brecha entre uno y otro avanza. Suponiendo que el dólar de referencia sea el blue, entonces la brecha se ubica en un 164%. Cuanto mayor distancia hay entre uno y otro valor, menor entrada de dólares se genera.