Elecciones 2015

Se agudizan las contradicciones en el oficialismo

Es por la necesidad de captar votos de espacios no kirchneristas. Scioli se diferenció de Aníbal Fernández en el tema drogas y sumó a sectores massistas. También busca seducir al peronismo cordobés. Crece la reticencia con los grupos ultra K

"Decir que Scioli va a ser un presidente de transición roza la irresponsabilidad porque lo que estamos discutiendo es cómo le mejoramos la vida a los argentinos". Esta frase fue pronunciada ayer por Diego Bossio, titular de la Anses y candidato a diputado nacional. Y no sólo estuvo dirigida a Estela de Carlotto, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, que había minimizado una eventual gestión presidencial de Scioli, considerándola simplemente como una suerte de puente para que Cristina Kirchner vuelva al poder. El mensaje sciolista fue dirigido a los sectores kirchneristas más intransigentes, ante la necesidad que tiene Scioli de diferenciarse y obtener los votos que hoy no tiene para ganar en primera vuelta el 25 de octubre. Un balotaje no sólo lo pondría al borde de la derrota, sino también de la jubilación política.

En rigor, de las palabras de Bossio se desprende la aguda interna que hoy por hoy sacude al Frente para la Victoria entre los kirchneristas duros y de paladar negro, especialmente aquellos ligados a La Cámpora y a los organismos de derechos humanos que les cuesta digerir el hecho de que Scioli pueda llegar a ser presidente después del 10 de diciembre, y aquellos que se preparan para pegar el salto de la obsecuencia. Es decir, pasar de rendirle pleitesía a CFK a responderle, sin cortapisa, al actual mandatario bonaerense siempre y cuando logre imponerse en las elecciones.

Bossio, además de salir a responderle a Carlotto, también sería el responsable –a través del Instituto Gestar que preside- de algunas propuestas de diferenciación con la Casa Rosada para intentar seducir al electorado peronista no kirchnerista. El consejo es "alternar peronización, actitud conciliadora y propuestas especializadas". En otras palabras: deskirchnerizarse.

En esa dirección, no fue una casualidad que ayer el mandatario provincial haya salido abiertamente a oponerse a la legalización de la marihuana, un proyecto que fue impulsado con énfasis por Aníbal “La Morsa” Fernández, con el apoyo de La Cámpora y otros sectores ultra K. El candidato presidencial también le hizo un guiño a la Iglesia: anunció su rechazo a despenalizar el aborto. Cabe recordar que, en la interna oficialista, los referentes eclesiásticos no ocultaron sus simpatías con Julián Domínguez, que perdió frente a La Morsa. En la Iglesia sienten escozor no sólo por las propuestas que apuntan a liberar el consumo de drogas, lo que podría derivar en una verdadera eclosión social, sino también por las denuncias que vinculan al jefe de gabinete con el tráfico de efedrina.

"Hay que tener cuidado con eso por la señal que se da. No estamos hablando de consumo social, sino de los pibes que los agarra la droga y pueden llegar a ponerse fuera de sí, les dan un arma y es un desastre", sostuvo el gobernador bonaerense. Y agregó: “La droga es la contracara de la vida”.

En busca del voto peronista

En las primarias de agosto, el gobernador cordobés José Manuel de la Sota, que perdió la interna presidencial con Sergio Massa, cosechó más de 1,4 millones de votos, es decir, 6% de los sufragios a nivel nacional. El principal caudal electoral que tuvo De la Sota está en la provincia mediterránea y por eso el sciolismo viene seduciendo al principal aliado político que tiene el “El gallego” en su pago chico, como es el gobernador cordobés electo Juan Schiaretti, cuya esposa, Alejandra Vigo, no tuvo empacho en acompañar a Karina Rabolini en un acto que la primera dama de la provincia realizó en Corrientes.

Scioli también apuntó a otros sectores peronistas que, en las primarias, jugaron para Sergio Massa como es el caso de la diputada provincial Mónica López, que ayer renunció a su candidatura en la lista de legisladores del Mercosur por el frente UNA y respaldó abiertamente el proyecto presidencial de Scioli (ver aparte). No fue la única: también se sumaron al espacio sciolista medio centenar como los intendentes Atlanto Honcheruk (Villa Berthet, Chaco), Rafael Carrara (Corzuela, Chaco), Ramón Machado (Santa Ana, Misiones), Raul Fek (Tacuarandi, Santa Fe) y Jorge Ale (San Antonio, Santa Fe); Orlando Machado, secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio de Avellaneda-Lanús); Elsa Capuchinelli, de Santa Cruz; los concejales Patricia Caparelli, de Quilmes; Santiago Arrechea, de General Madariaga y Pablo Gianibelli, de Azul.

Ahora bien, los avances en la diferenciación política, chocan con los límites que tiene Scioli a la hora de hablar de economía, en un contexto de recesión y alta inflación. Concretamente, el candidato oficialista se ve impedido de referirse a temas sensibles como la disparada del dólar blue o los índices de pobreza. Es decir, no puede plantear propuestas concretas ya que ni siquiera puede reconocer los problemas que son negados por un gobierno del cual él también forma parte.  Se trata de intríngulis que deberá resolver si quiere evitar tener que competir en segunda vuelta.

El borocotazo de una diputada

La diputada bonaerense por el massismo Mónica López formalizó ayer su incorporación al Frente para la Victoria en respaldo de la candidatura presidencial de Daniel Scioli, al advertir que trabajará por el oficialismo "para que un peronista gobierne la Argentina". Lo increíble del caso es que López es la primera candidata massista al Parlasur. En tanto, fuentes sciolistas anoche decían que el esposo de López, el sindicalista petrolero Alberto Roberti que se desempeña como diputado nacional por el Frente Renovador, también se pasaría a las filas del candidato oficialista. Roberti salió al cruce de esas versiones: "La decisión de mi esposa va por una ruta diferente a la mía".

Luego de una reunión que ayer mantuvo con Scioli en la delegación porteña del Banco Provincia, López señaló que "empezó a ver" que muchos "compañeros" del Frente Renovador "estaban en desacuerdo con el acercamiento" de Sergio Massa con el postulante de Cambiemos, Mauricio Macri, por lo que se decidió a "apoyar" al aspirante oficialista.

"El 25 de octubre vamos a hacer un trabajo territorial importante y vamos a salir a respaldar a Scioli", dijo López y agregó que "la semana que viene" se producirá una nueva reunión entre el postulante oficialista y dirigentes que abrevaron en el Frente Renovador.

En el mes de junio, Mónica López se había referido a la salida de varios políticos que apoyaron al massismo y luego se unieron a otra fuerza. En aquel momento, López expresó: "Los amigos nos vamos a quedar. El último, que apague la luz". Eso no es todo: la diputada provincial hasta llegó a presentar una denuncia penal contra Scioli por los delitos de Incumplimiento de deberes de funcionario público en el ocultamiento de la cifra de fallecidos en la inundación de La Plata. En definitiva, en la política argentina, a las palabras y a las denuncias se las lleva el viento.

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