Se define una megacausa narco en La Plata

Esta semana, en los tribunales federales continuarán los alegatos por la causa Luis XV. El fiscal pidió prisión para seis de los veintiún acusados de haber traficado más de 700 kilos de cocaína a Europa

Hoy y mañana el Tribunal Oral Criminal Federal N°2 de La Plata escuchará los alegatos de la defensa de los 21 acusados por tres hechos, en el marco de la causa Luis XV, que investiga el decomiso de más de 700 kilos de cocaína.

La semana pasada, el fiscal general Marcelo Molina pidió la condena de 6 imputados, con penas que van desde los 5 a 7 años de prisión, y la absolución de 15 de ellos.

El representante del Ministerio Público solicitó la condena por almacenamiento de estupefacientes con el agravante de la participación de tres o más personas. Los implicados son: Jaime García Rivera, Gustavo Adolfo Mejía Medina y Carlos Andrés Pérez Carrillo, para quienes pidió siete años de cárcel. Además, el fiscal requirió cinco años para Gustavo Adolfo Varela Marmolejo, por tenencia de drogas con fines de comercialización.

Se llamó de esa manera a la causa ya que los acusados almacenaban cocaína en el interior de muebles del estilo de Luis XV, hallados el 6 de abril de 2012.

El caso llegó a La Plata en noviembre del año pasado, después de una extensa construcción realizada por la Justicia Federal de Lomas de Zamora. Esta megacausa es considerada uno de los mayores escándalos narco de la historia argentina. 

El expediente Luis XV tiene casi 25.000 fojas, donde se da cuenta del accionar de una banda, principalmente integrada por colombianos, que intentó exportar más de 700 kilos de cocaína a Europa, disimulada en dos envíos. El primero fue detectado en junio de 2011 a bordo del velero Traful, con rumbo a Uruguay, con 444 kilos. La tripulación tuvo que abandonar la nave por un desperfecto. 

El segundo, en un galpón de Lanús, constaba de 253 kilos ingeniosamente disimulados en muebles de estilo, lo que dio el nombre Luis XV, un lote valuado en ese entonces en 14 millones de euros. Las pruebas de laboratorio fueron sorprendentes: la droga, de origen presuntamente peruano, tenía un 85 por ciento de pureza, uno de los mayores grados detectados en el mercado argentino. La cocaína de dealers porteños incautada en el último año no pasa del 20 por ciento. 

La droga de la banda del Luis XV contenía un mínimo corte de levamisol, un medicamento peligroso en humanos que se usa para desparasitar vacas, presente en más de la mitad de los lotes narco incautados en España. 

Hay evidencia que vincula a un imputado en la causa, Jorge Peralta Porto, con narcos de peso que realizaron viajes a Perú y Bolivia, presuntamente para traer el material.

La investigación fue un trabajo en conjunto de la División Operaciones Federales de la Policía Federal, la Delegación de Investigación del Tráfico de Drogas Ilícitas de Lomas de Zamora, de la Policía bonaerense, y la Gendarmería Nacional. Si algo terminó por dejar en claro la operación Luis XV es que desde hace años nuestro país es usado como refugio y centro de operaciones por importantes narcos colombianos, principalmente exintegrantes de grupos paramilitares de derecha.

Un juicio partido en dos

El TOF N°2 decidió partir el juicio en dos dada la magnitud del expediente. En este proceso se juzga por tráfico de droga a los acusados. Cuando concluya, comenzará otro, en teoría de inmediato, por lavado de dinero. Los acusados integran todo el escalafón narco: desde financistas hasta jugadores de nivel medio y obreros.

María Claudia de la Misericordia Gómez Martínez es, básicamente, la estrella de la causa: la UIF le pidió 21 años de cárcel como presunta financista del cargamento. Es la viuda de Juan Carlos Ortiz Escobar, alias “Cuchilla”, un narco confeso del cartel del Valle de Cauca, masacrado en Cali en 2001 en un golpe sicario: tres camionetas lo rodearon y murió con diez tiros en el cuerpo. “Cuchilla”, exsubteniente de la Reserva Militar colombiana, exmiembro también del cartel de Cali, dejó detrás un pequeño imperio: 92 campos, 14 sociedades y 11 cuentas corrientes desparramadas entre Cali, Palmira, Cartagena y Bogotá. Se lo acusó de mover entre 40 y 50 kilos de cocaína a Estados Unidos, a través de rutas propias.

María Claudia de la Misericordia llegó libre al juicio en el TOF N°2. Durante su indagatoria, dijo que vive de las rentas de tres propiedades en Colombia y que se dedica a importar telas. Declaró también tener otras dos propiedades en Buenos Aires. Con 50 años de edad, María Claudia hoy tiene domicilio fiscal y legal en Nordelta, sobre la calle Barrancas del Lago, y está registrada como empresaria en la AFIP. Había declarado, al momento de su detención, domicilio en su departamento de la lujosa torre Yoo, diseñada por Philippe Starck en el megacountry de Tigre. En 2014, a pesar de la fuerte investigación en su contra, conformó una SRL, Chupitos, orientada a la gastronomía, junto a otro colombiano.

“Se encuentra probado también el financiamiento que realizaron de las operaciones de narcotráfico aquí referidas, aportando dinero para la logística de la banda así como también para la compra del material estupefaciente”, dijo sobre ella el requerimiento de elevación a juicio de la causa. 

La viuda de “Cuchilla” había aterrizado en Argentina en 2010 junto a sus hijos, que buscaban estudiar en el país; reconoció que un funcionario implicado en el expediente borró su ingreso al país del registro de Migraciones, una suerte de favor, ya que ella estaba amenazada de muerte. Ese mismo funcionario le habilitó a Diego Restrepo, otro colombiano imputado en la causa como organizador, la llegada de una lora africana al país, un regalo para su esposa. 

María Claudia llega al caso Luis XV con un vínculo al menos inquietante: Alejandro Gracia Álvarez, alias “Gato Seco”, capo narco, la primera gran sombra del caso Luis XV y el presunto dueño de parte de la droga más pura que alguna vez salió de Capital Federal. Fue el socio de María Claudia, en un punto que el TOF N°2 de La Plata deberá esclarecer.