Seis de cada diez jubilados en situación extrema

Un estudio realizado por la Universidad Católica, muestra que el 60% de los adultos mayores reciben ingresos menores a lo que necesitan para sobrevivir. El 30% de la clase pasiva recortó gastos en el último mes y no cubren sus necesidades alimentarias. Los números de un informe preocupante

La vorágine inflacionaria en la que está sumergida la Argentina, hace que las necesidades de la población se incrementen, impactando sobre todo en los sectores más vulnerables de la sociedad. En uno de los puntos sociales donde más pega esta situación, es en los adultos mayores, que se encuentran desprovistos de las armas necesarias para hacer frente a las diferentes vicisitudes de la economía.

Según un informe realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), las penurias de la clase pasiva se han incrementado con el correr de los años, mostrando los “estereotipos obsoletos” con los que las autoridades lanzan sus suposiciones sobre el estilo de vida de los más viejos.

La actual no es una situación nueva, sino que todo viene desde hace tiempo y la realdiad no hace más que ponerlo en el centro de la escena. De los datos del estudio efectuado por la unidad académica, se desprende una situación complicada para la mayor parte de los jubilados, que ven cómo su entorno se deteriora sin poder hacer frente a dicho retraso.

Cifras alarmantes

En el informe de la UCA, se detalla que en la Argentina seis de cada diez adultos mayores reciben ingresos muy menores a lo que necesitan para sobrevivir, encontrándose en una situación de vulnerabilidad, que lleva a que se compriman sus últimos años de vida en una carencia ascendente.

Además, se destaca cómo la falta de sustento económico cambia los hábitos de vida de los jubilados, de allí que 3 de cada 10 durante el último mes hayan tenido que efectuar recortes en el pago de servicios, impuestos, cuotas de la casa, alquiler o gastos en salud, mermando con ello su capacidad de consumo y su facultad de hacer frente a épocas preocupantes para la salud, como lo es el frío del invierno.

A eso se le suma la imposibilidad demostrada por las personas mayores para poder comprar los alimentos necesarios para cubrir una canasta básica mínima para su sostenimiento, afectando al 35% de la población adulta, lo que según la UCA “genera un malestar psicológico con una incidencia más alta que el estado de salud percibido y registra la desigualdad entre quienes tienen déficit de capacidades emocionales y quienes no lo tienen”.

Otro dato llamativo es que 3 de cada 10 personas mayores si no los ayudan sus familiares no subsistirían, lo que produce cortocircuitos internos en los hogares que termina creando un mal ambiente que lleva a disociaciones y diferencias domésticas irreconciliables.

En ese sentido, el 25,9% de los jubilados presenta un grado de déficit de apoyo social instrumental, mientras que el 28,4% posee un déficit de apoyo social estructural, y solo uno de cada diez tiene la capacidad de ahorrar con el ingreso que perciben.

Un problema añejo
El anuncio hecho por el presidente Mauricio Macri del pago de juicios y aumento para los jubilados, fue una noticia alentadora que cayó muy bien entre la clase pasiva. En diálogo con Hoy, el sociólogo Sergio Fiscella, destacó que “el desfasaje que se trae en las jubilaciones no es para nada nuevo, sino que viene desde hace tiempo, donde el gobierno kirchnerista con sus políticas colaboró mucho para este estado de situación, y en la actualidad se está intentando dar vuelta la página y solucionar estos problemas”.

Para el especialista en temas previsionales, “la corrección jubilatoria, sumado al pago de los juicios, son un avance sustancial por parte del gobierno. Se necesitaba un debate del sistema previsional, y este gobierno escuchó esa demanda y puso en marcha un método novedoso que puede traer muchas satisfacciones para los más de seis millones de jubilados que tiene la Argentina”. 

Un problema de larga data por el que atraviesan los adultos mayores, con problemas estructurales no resueltos y que lleva a que padezcan necesidades extremas, complicando el andar en sus últimos años de vida.

“Es una odisea para el jubilado llegar a fin de mes”

Por Eugenio Semino (Defensor de la Tercera Edad)
Especial para Hoy

Hoy está menoscabado el rol del jubilado para la política argentina, no se le da la importancia que merece el adulto mayor, lo que lleva a un desprecio por parte de las autoridades hacia los más viejos. Con un 70% de los jubilados cobrando la mínima, se transforma en un dilema vivir todos los meses.

Pagar los juicios es verdad que es una deuda histórica, pero también es una deuda histórica subir los haberes mínimos que hoy están en poco menos de 5.000 pesos, cuando la canasta básica indispensable para un jubilado trepa hoy por encima de los 10.000 pesos, entonces lo que nosotros decimos es que se iguale para arriba, no para abajo.

Estos reclamos tienen que ver la necesidad imperiosa de tener un haber que contemple una canasta de alimentos que contemple entre 2000 y 2500 calorías diarias.

Hoy, es una odisea para el jubilado llegar a fin de mes, si no recibe una ayuda de sus familiares se termina muriendo de la peor manera en un hospital público, sin atención y sin ninguna clase de contención por parte del Estado, que sería el encargado de hacer que las necesidades de los más viejos estén cubiertas.