Crece la incertidumbre en la economía

Sturzenegger insiste con mantener las tasas altas para bajar la inflación

Pese a los malos resultados obtenidos por el Gobierno en materia de inflación, el titular del BCRA planteó que se continuarán implementando las mismas recetas. Crece la preocupación por la política monetaria de la administración de Macri

El presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Federico Sturzenegger, aseguró ayer que la entidad que conduce mantendrá la política de tasas altas hasta que “la inflación esté en un sendero claramente descendente”.

El funcionario nacional disertó en el Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), donde consideró que “se consolidó significativamente el proceso de desinflación durante este año” y vaticinó que “en julio, la inflación anual (comparada con el mismo mes del año anterior) será de entre el 21 y 22 por ciento”.

El titular del BCRA destacó que si bien “no se avizoran presiones por el lado de los precios mayoristas que empujen (hacia arriba) a los minoristas”, el Banco Central continuará con su política de tasas por encima del nivel de inflación, con el objetivo de que caigan los precios minoristas.

“Nosotros nos mantendremos firmes en nuestra política monetaria hasta que la inflación tenga un sendero claramente descendente”, reiteró ayer Sturzenegger, y señaló que la meta inflacionaria para el año que viene “será de entre el 8 y 12 por ciento”.

La política monetaria que lleva adelante Sturzenegger ha sido objeto de muchas críticas desde el inicio de su gestión, las cuales se profundizaron en los últimos meses debido las altas tasas de interés que mantiene la entidad pública. 

El BCRA mantiene desde hace más de un mes una tasa de Política Monetaria del 26,25 por ciento, mientras que en la última licitación, las tasa de las Lebac a 35 días fue del 25,50 por ciento anual.

Pese a la postura irreducible del titular del Banco Central, la realidad es que la inflación acumulada en lo que va de la gestión de gobierno de Mauricio Macri supera el 50 por ciento.

El incentivo por medio de estas elevadas tasas ha generado la creación de una masa de Letras y títulos en el Banco Central que, ante una eventual crisis, supera la tenencia de reservas como para frenar una fuga en masa. 

Además, el elevado porcentaje de ganancias que otorgan las Lebac contribuyeron a generar una caída en la actividad, ya que el consumo y la inversión se de­saceleraron porque muchos de los recursos fueron volcados hacia estos elementos financieros. Además, se produjo una reducción del crédito otorgado por los bancos al sector privado ante las posibilidades que la timba ofrece a las entidades financieras.

Las consecuencias de sostener una tasa de interés alta

- Aumenta el costo del crédito.

- Las empresas ven incrementado el costo de su financiación, lo que genera una menor rentabilidad e, inclusive, una pérdida de mercado.

- Se reducen los préstamos bancarios destinados a proyectos productivos.

- Caída de la demanda: las personas disminuyen el consumo, utilizan menos las tarjetas de crédito y baja la solicitud de préstamos hipotecarios o de otro tipo.

- Freno del crecimiento económico.

“Estas políticas no han tenido éxito en la Argentina”

Gustavo GrinspunEconomista y exconsejero en la Embajada de EE. UU.

“Yo descreo de toda política que combata la inflación sobre la base del anclaje del tipo de cambio. Lo que está mostrando el Banco Central es que el esquema de meta de inflación que ha instaurado se basa en la utilización del tipo de cambio como anclaje.

Este Gobierno implementó un fuerte ajuste en la política de ingresos desde el comienzo de su gestión, y la sociedad argentina ha hecho un gran esfuerzo en materia de ingresos, todo para volver a tener un tipo de cambio retrasado en niveles similares (en términos comparativos) a la gestión anterior y sin tener ningún resultado elocuente en materia inflacionaria.

Estas políticas no son las que han tenido éxito en la Argentina. Tienen éxitos temporales y terminan siendo después una bomba de tiempo.

La inflación es un objetivo importante, pero no es el único y menos cuando es a cualquier costo. 

Creo que se pierde legitimidad cuando se le pide un esfuerzo a la sociedad, la ciudadanía lo hace, y sin embargo terminamos con una situación comparada con la de 2015”.

“El corazón del problema es el déficit fiscal”

Rodolfo SantángeloEconomista y consultor

“Cuanto más estricta es la meta de reducir la inflación, más difícil es reactivar la economía. Estamos ante una especie de tasa de sacrificio entre reactivación e inflación. 

Si el Banco Central quiere estar cerca de su meta del 17%, la reactivación va a ser muy modesta. Hoy estamos en ese escenario intermedio, donde ni el Gobierno consigue su meta de reactivación del 3,5%, ni el banco Central consigue su tasa de inflación del 17%.

Acá el meollo de la cuestión es la inconsistencia que hay entre lo que se hace en materia fiscal y monetaria. 

Lo preferible sería reducir el déficit fiscal, algo que no se está haciendo. Cuando no se logra, hay que elegir entre la reactivación de la economía o la meta de inflación, es decir, elegir el mal menor.

Los resultados de este año son mejores que los del anterior, lo que pasa es que son modestos los dos. 

La reactivación va a estar en el orden del dos y pico por ciento y la inflación va a estar en el orden del 22%. El corazón del problema es el déficit fiscal”.