Telefónicas: escandalosas ganancias, inversiones nulas

Durante el 2014 las telefónicas obtuvieron exorbitantes ganancias en el país. Este año ya aplicaron importantes aumentos en las tarifas, pero las inversiones y la calidad del servicio brillan por su ausencia. Un gobierno que avala el manejo monopólico de las telecomunicaciones

Como suele suceder desde que asumió el poder, el kirchnerismo dice una cosa y hace otra totalmente opuesta. Mientras en el discurso se ufana de luchar contra los monopolios en el país, la realidad muestra que lo único que ha hecho es crear las condiciones necesarias para la formación de mercados sin competencia en la Argentina: el de la telefonía es uno de ellos.
 
Durante el 2014, las telefónicas obtuvieron en la Argentina ganancias superiores al 40%, cuando en Brasil tuvieron un lucro del 23%, en Uruguay del 20%, y en los Estados Unidos la utilidad de las empresas de telefonía llegaron al 6%. Pero en nuestro país hay un preponderante a tener en cuenta, el estado monopólico que tiene el servicio, que en los demás países no existe.

Pese a sus exorbitantes ganancias, la red de telefonía celular está colapsada y la calidad del servicio viene en picada. A eso se le suma una tarifa que, en lo que va del año, ya registró importantes subas. Movistar y Claro subieron entre 5 y 20% los valores, y Personal lo hará  en el presente mes.
 
"Estoy absolutamente convencida que en Argentina no vamos a permitir la constitución de ningún monopolio”, dijo la presidenta Cristina Fernández en el año 2010, pero si se toma 5 años después las acciones hechas desde el Ejecutivo para hacer realidad esas palabras, vemos que son muy pocas y que el control es virtualmente inexistente.
 
En estos años se declaró que la adquisición de Telecom Italia por Telefónica de España no afecta la competencia en el mercado argentino, o por ejemplo con la nueva ley de Telecomunicaciones, se permite que Telefónica sume servicios móviles de 3G y 4G obteniendo un mayor porcentaje del mercado en telefonía móvil y acceso a Internet, además de poder participar en la televisión por cable.
 
La ficción del relato K habla de controles a los privados, pero la verdad hace que a los amigos no se los revisa, sino que por el contrario, se les aumenta su poder. “Yo le asigno toda la responsabilidad al gobierno nacional por no haber sabido controlar a las empresas de telecomunicaciones. Hoy en la Argentina después de 10 años de falta de inversión, de falta de control y de una política que responde a los subsidios, es muy difícil que los servicios se presten con calidad”, señala a Hoy la presidenta de la Fundación LED (Libertad de Expresión + Democracia), Silvana Giúdici.
 
Para la ex diputada nacional, “durante estos 10 años, las empresas de telecomunicaciones invirtieron 22.000 millones de pesos, Telefónica en España, en el año de la peor crisis que fue el 2013, el sector de las telecomunicaciones invirtió 2.000 millones de dólares, entonces evidentemente queda en evidencia que en España han invertido en 1 año lo que aquí han invertido en 10 años y esto es responsabilidad de un gobierno que no controló”.
 
En los países vecinos hay una visión de largo plazo y las reglas de juego son claras, para que las empresas no se tengan que poner a definir en qué invertir, sino invertir en la infraestructura necesaria que se necesita en el país de acuerdo a la visión estratégica que se tiene desde las cabezas nacionales. Eso no ha sucedido aquí porque no se ve la situación de esa manera, sino que se mira para privilegiar a algunos empresarios amigos del poder.
 
“No se puede poner en el capital privado la obligación de elegir, para eso está el gobierno, que es el que debe definir cuáles son las pautas de inversión y cuáles son los controles. Lo que hay que hacer es fijar un nuevo marco regulatorio dentro del ámbito de las telecomunicaciones como de la prestación de servicio audiovisual, para que la infraestructura de redes de nuestro país pueda ser competitiva con cualquier país de la región”, resaltó Giúdici.
 
El caos regulatorio que ha sido la Argentina durante la mal llamada década ganada, ha permitido la formación de monopolios que se llevan suculentas ganancias con escasas inversiones, lo que repercute en un pésimo servicio para los usuarios, tal como sucede con las empresas telefónicas.
 
La falta de pautas claras y la nula introducción de tecnología que sirva para mejorar el servicio, ha llevado a la Argentina a una encrucijada comunicacional, donde el kirchnerismo ha sido cómplice de esa inacción por la escasez de controles y por hacer la vista gorda ante la formación de monopolios que han desvirtuado la competencia empresarial en el país.

Las tarifas más caras del mundo

A los fuertes problemas de inversión en infraestructura que tienen las empresas telefónicas en el país, se le suma el agravante de que la Argentina tiene una de las tarifas de celulares más caras del mundo, despertando la queja de los usuarios.
En el último reporte Global de Tecnologías de la Información del Foro Económico Mundial, el mismo posiciona a nuestro país en el puesto 141 de 145 países donde el costo promedio del minuto de comunicación celular es más caro.

La Argentina sólo tiene por delante a Bulgaria, Chad y Nicaragua, quedando muy por detrás de la enorme mayoría de los países de la región. Lo más resaltable es que buena parte de esa tarifa se la lleva el propio Estado a través de distinta clase de gravámenes, lo que hace aumentar sus precios a grandes niveles, perjudicando el malogrado bolsillo de los argentinos.

Mientras en los países avanzados se tiende a un mayor control sobre el precio y el servicio que brindas las empresas telefónicas, en la Argentina este control ha sido nulo debido a causas políticas que han servido para el beneficio propio del kirchnerismo en detrimento de una sociedad que paga altos precios sin que le den nada a cambio.

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