UBA porno: la opinión de los especialistas

“Fue un episodio autoritario, confuso y sin contenido didáctico”

Por Raúl Montenegro
Biólogo, Profesor Titular de Biología Evolutiva Humana en la Universidad Nacional de Córdoba, Premio Nobel Alternativo 2004

Creo que la instalación humana desplegada en la Facultad de Ciencias Sociales, perteneciente a la Universidad de Buenos Aires (UBA), privilegió el objetivo de escandalizar para tener cobertura mediática, más que cuestionar, educar o debatir en profundidad. Fue un episodio autoritario, confuso y sin contenido didáctico.
La cuestión sexual o los plaguicidas que matan gente o el tráfico de drogas o la trata deben ser abordados en cualquier ámbito público, pero con claridad, sensibilidad social y astucia para lograr cambios.

Lo sucedido en la UBA muestra hasta qué punto temas necesarios y de urgente debate -no necesariamente los presentados allí, pues la sexualidad es algo más complejo y variado- terminan siendo bastardeados para que unos pocos improvisados logren minutos de fama, de mala fama. No debe confundirse arte, algo libre por naturaleza, con desafortunados episodios para el consumo.   

“Todo es parte de la prepotencia y la impunidad kirchnerista”

Por Alcira Argumedo
Socióloga y diputada nacional por Proyecto Sur

Sin querer ser moralina, me parece que es un abuso que determinada experiencia, sea artística o no, de connotaciones muy fuertes, se haga en un espacio donde va gente que no tiene la intención de presenciarlo. Si se hubiera hecho en un aula cerrada, se podría justificar mejor, pero hacerlo en los pasillos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA es una falta de respeto en todo sentido. Imponerle de prepo esto a la gente que va a la Facultad, sin darle la libertad para elegir si lo quiere ver o no, expresa la cultura de la desidia, la irresponsabilidad, la prepotencia, la impunidad de decir: “Si yo quiero, hago un acto público de erotismo y al que no le gusta que se joda”. Es grave que la agrupación NEXO (ligada al espacio ultrakirchnerista Carta Abierta), haya copado los espacios de las mesas del Centro de Estudiantes. Eso habla del atropello, de la impunidad kirchnerista, de la prepotencia hacia el otro, de la ética de Carta Abierta, que hasta hace unos días le festejaba a Florencio Randazzo su chiste sobre “el proyecto manco”, pero cuando 15 días después, la Jefa máxima (Cristina Kirchner) decretó la muerte civil de Randazzo, los mismos tipos que se rían de Daniel Scioli ahora van atrás de él.

Hay que hablar también de la forma en que el kirchnerismo penetra en los planes de estudio, con universidades que parecen más unidades básicas que centros universitarios, que cooptan conciencias, que bochan a alumnos que no adhieren al gobierno.

Es patético e indignante lo que ocurrió en la UBA, pero es una manifestación más del “todo vale”, de la hipocresía, de la cultura K que no se hace cargo de sus propios errores y pareciera ser que cada día tenemos un atropello distinto. La semana pasada fue el vuelo del escándalo con Vicky Xipolitakis; ahora esto y todo habla de una sociedad que se degrada gravemente.

“¿Ahora cómo vamos a defender la educación pública?”

Por Ernesto Marcellini
Pedagogo y especialista en educación

Es una vergüenza que esto haya ocurrido en una universidad, en un ámbito público. Indigna que lo hayan querido enmarcar bajo el eufemismo del ciclo cultural “Miércoles de placer”; no me parece que la universidad sea el ámbito para tener una experiencia sexual, mucho menos cuando esto se hace con el presupuesto de todos los argentinos.

La UBA es un lugar de crecimiento y aprendizaje, y no se pueden extralimitar ciertos límites; tenemos derechos y obligaciones, y una universidad debe tener la obligación de resguardar el ámbito académico.

¿Con qué seriedad vamos a defender ahora a la educación pública? Después nos quejamos cuando hay deserción en los espacios de educación pública y los alumnos se terminan decantando por la educación privada.

Sabemos que el país está depravado en todo sentido, pero es un degeneramiento y una aberración absoluta llevar esto al extremo de una clase, que se supone que es para el desarrollo cultural de las personas.

En parte, esta es una pequeña síntesis del modelo de educación propuesto por el kirchnerismo, que también -y sobre todo- ha mezclado cuestiones que tienen que ver con los intereses personales y políticos. Por ejemplo, el hecho de convocar a chicos de 16 años a votar, implica analizar el grado de formación que tienen los mismos. Y es grave pensar que la formación puede abarcar hechos bizarros de este tipo o el adoctrinamiento a través de los contenidos curriculares. 

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