Un testimonio clave compromete a Cartasegna

Una abogada, empleada de la UFI nº 4 que conducía el representante del Ministerio Público actualmente licenciado, declaró en sede judicial. Dio detalles sobre cómo procedían el fiscal y sus colaboradores más cercanos. El trato a la madre de Miguel Bru 

En el marco de la investigación por presuntas irregularidades en la UFI nº 4, declaró ayer una abogada, ayudante fiscal de Fernando Cartasegna, quien dio detalles ante el titular de la UFI nº 6, Marcelo Romero, acerca de cómo era supuestamente la operatoria durante los allanamientos, la forma en la que se trabajaban los casos y las presiones que habría recibido, informaron fuentes judiciales.

Luego de producirse esta declaración, el procurador general bonaerense, Julio Conte Grand, firmó ayer la denuncia contra Cartasegna, que fue presentada ante el jurado de enjuiciamiento. En caso de ser suspendido, el fiscal será indagado por Álvaro Garganta en la causa en la que se lo acusa por “falsedad ideológica de documento público, violación de medios de prueba, incumplimiento de promover la persecución y represión e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. 

Las provocaciones a Rosa

El 19 de junio de este año, el expediente de 11 cuerpos de la causa que rastrea la desaparición del estudiante de Periodismo Miguel Bru apareció en un armario, luego de que se perdiera una semana antes. El fiscal general, Héctor Vogliolo, hizo una denuncia en la fiscalía de Marcelo Romero, quien les tomó declaraciones a los empleados. 

La abogada (cuyo nombre no se da a conocer para preservar su seguridad) fue indagada en las últimas horas. Además de explicar que no tenía a su cargo la mencionada causa, comentó: “Cuando venía a la fiscalía Rosa Bru (madre del joven desparecido) la atendía yo porque él (Cartasegna) se peleaba todo el tiempo. Incluso un día el fiscal la grabó con su celular y nos hizo escuchar a todos. Se oía cómo la provocaba a Rosa y terminaba gritando, actuaba como un agente provocador”.

“Era común (que el funcionario judicial) se manejara así con Rosa, yo nunca me hice cargo de la causa y tampoco me fue asignada”, sostuvo la letrada. Añadió que a ese caso lo trabajaba el fiscal junto con dos instructores, y que el mueble en el que apareció el expediente “no tenía llaves y las puertas estaban abiertas. También había una causa, en ese mismo lugar, de María Cash”.

La grieta en la fiscalía

Después, la mujer mencionó que la fiscalía quedó dividida en dos grupos. Por un lado estaban “los que declaramos en algo que com­prometía al fiscal y el otro grupo que se juntaba en asados para organizar las declaraciones a favor de Cartasegna. De esto nos enteramos des­pués. Incluso con la presencia de (Leandro) Milone (secretario) en la fiscalía, con copias de las declaraciones testimoniales, las cuales tachaban con fibrones. También Milone se llevó impresiones del SIMP (causas digitalizadas) de un caso”. 

En este sentido, la abogada explicó que había maltrato entre los dos grupos, y recordó que una fiscal le dijo al secretario que no ingresara más al despacho porque ya estaba desafectado de sus labores. Además, la mujer detalló que el fiscal “hablaba con pedófilos y utilizaba nuestros nombres, e incluso comentó que dialogaba con uno de ellos por teléfono y el pedófilo se masturbaba”.

“El gabinete de Trata se formó para delinquir”

En su declaración, la ayudante fiscal contó que ella “solo era ayudante fiscal cuando tenía que blanquear algún allanamiento, después era una empleada más. Yo le daba la plata a Milone”, comentó la abogada. Agregó que “era virtual la ayudantía de Trata, se formó el gabinete para delinquir”. 

“El dinero que se secuestraba en los allanamientos no aparecía cuando se elevaba la causa a juicio. La operatoria del fiscal era que en un allanamiento, en los domicilios de los imputados donde se incautaba plata, se encargaban Milone, (y los auxiliares letrados) SantiagoStefanizzi y Juan Manuel Valdés, mientras que yo iba a la casa de las víctimas; por eso me utilizaban para blanquear la operación que armaban”, explicó la letrada.

La mujer comentó que ella le dijo en más de una oportunidad a Cartasegna que “no estaba de acuerdo con la operatoria ni con el trato a las víctimas. Él me manifestó que era su forma de trabajo y que si no estaba de acuerdo, me fuera”. La declarante añadió como ejemplo que una empleada de la misma fiscalía se habría visto obligada a renunciar como consecuencia de ese trato, pero ella no podía hacer lo mismo porque “me sentía intimidada; vivo de mi empleo, no tengo posibilidades de otra cosa ni otros contactos”.

“Se maneja en un entorno muy pesado”

En la declaración de la letrada en la UFI nº 6 del fiscal Marcelo Romero, la abogada, empleada de la UFI nº 4, indicó que ella vivía con temor.

“(Fernando) Cartasegna defenestra a toda persona que esté contra él; además me decía que le debía el cargo. No comuniqué estas situaciones a la fiscalía general por le temor que infundía el fiscal”, aseguró en su declaración judicial la letrada.

Por ello, la mujer solicitó custodia policial en su domicilio ya que tiene a su cargo a un menor de edad, y eso le fue otorgado por la Justicia. 

“Cartasegna se maneja en un entorno muy pesado, conoce gente de las barras bravas de Estudiantes y Gimnasia, y de la Policía”, enfatizó la abogada a la vez que volvió a aclarar que el fiscal, “por el hecho de habernos designado, se sentía con un poder especial sobre nosotros”. 

Otro revés: sumó un nuevo pedido de destitución

El fiscal Fernando Cartasegna denunció que en la madrugada del sábado 29 de abril pasado fue reducido por dos hombres y una mujer, vestidos con uniformes policiales, quienes lo golpearon y amenazaron.

Eso, según el fiscal, ocurrió a metros de la Fiscalía, en 8 entre 56 y 57. Luego dijo que en la sede judicial y en su casa encontraron panfletos intimidatorios que decían: “Conozca al próximo Nisman” con la foto de su persona.

Esa investigación quedó a cargo de la UFI nº 1 de la fiscal Ana Medina, y con el avance de la pesquisa, la funcionaria judicial recibió un informe de peritos de la Gendarmería en el que se afirmaba que los panfletos habían sido diseñados e impresos en la UFI nº 4, que era encabezada por Cartasegna.

Por tal motivo, y para indagarlo por esa situación, la fiscal Medina pidió la suspensión de Cartasegna en la Secretaría de Enjuiciamiento de magistrados y funcionarios de la Provincia de Buenos Aires.

Este pedido de destitución se sumó al que ya había hecho el fiscal Álvaro Garganta por la causa que investiga graves irregularidades detectadas en auditorías en la UFI nº 4.