Una ley que avanza para retroceder

El Senado aprobó ayer la reestatización de los ferrocarriles en nuestro país, en una muestra más del doble discurso reinante en el gobierno. Detalles de una norma que deja abierta la posibilidad a la entrada del capital privado en los trenes

Muy lejos de la estatización de los ferrocarriles que hiciera Juan Domingo Perón allá por 1947, el kirchnerismo dio anoche sanción definitiva al proyecto que vuelve a poner los trenes en propiedad del Estado tras el paso arrasador de empresas concesionarias que limaron las arcas nacionales para su propio beneficio.

Sobran ejemplos de cómo las empresas privadas se aprovecharon de un Estado sin control para abastecerse de cuantiosas ganancias. Se les entregaron a las concesionarias más de 5.000 vagones y hoy quedan menos de 2.000, así como se les dieron casi 30.000 kilómetros de vías y hoy sólo están en uso menos de 10.000.

En materia ferroviaria el kirchnerismo no hizo más que seguir profundizando el deterioro de la época de Menem y ahondar los subsidios con los concesionarios. En vez de avanzar, se retrocedió, ya que al no hacer un relevamiento de lo que ha pasado, deja abierta la puerta para que vuelva a suceder en el futuro.

Élido Veschi, exsecretario general de la Asociación del Personal de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos (APDFA), le aseguró a Hoy que “el proyecto en sí no reconstruye el sistema ferroviario y no persigue a los que destruyeron el sistema, es decir, los argentinos siguen sacando dinero del bolsillo para pagar este descontrol”.

Para el autor del libro “Relato sobre el saqueo del sistema ferroviario nacional”, la iniciativa oficial “es un esperpento. Lo que se hace es blanquear todo el desastre que había hasta ahora, ya que no hay inventario, se da por cerrado el tema de los concesionarios, porque no se persigue la ruta de los subsidios, no se castiga a los que destrozaron el sistema ferroviario”.

Lejos de acabar con el esquema privatista, el proyecto aprobado ayer en el Congreso deja abierta la puerta para los capitales privados en el sistema de cargas y nada dice sobre la reconstrucción de los talleres ferroviarios en nuestro país que daban trabajo a miles de personas y que eran un ejemplo a nivel regional.

El delegado de la Unión Ferroviaria del Ferrocarril Sarmiento, Edgardo Reynoso, le aseveró a Hoy que esta ley “es una pesudoestatización, que no es más que la consolidación de la entrega, una mentira, porque se está lejos de estatizar el servicio ferroviario y sigue dándole fantásticos negocios a las mismas concesionarias que han destruido el sistema de los ’90 a hoy”.

“Esta es una ley hecha a medida de las empresas y que demuestra claramente la mentira en la que nos ha introducido el kirchnerismo. Estos son proyectos que votan a dos manos el macrismo, el kirchnerismo, los radicales y Carrió, porque como lo dijo el propio Sturzeneguer del PRO, esto no hace más que garantizar la entrada del capital privado al servicio ferroviario”, sentenció Reynoso.

Florencio Randazzo se ha revelado sumamente inoperante en materia ferroviaria, mostrándose sólo para las fotos en alguna inauguración de una obra en el ferrocarril, más en un año electoral como éste, con serias improvisaciones que dejan al descubierto una vez el esquizofrénico doble discurso en el que está inmiscuido el oficialismo.

La supuesta revolución ferroviaria del kirchnerismo significó sólo una cuestión de maquillaje para los ferrocarriles, no cambiando en lo más mínimo el accionar heredado del menemismo, y esta nueva estatización aprobada por el Congreso no hace más que ser una mísera gota de agua en un océano, que no sirve para tapar el oscuro panorama en el que está hundido el sistema ferroviario nacional.