Una semana con aumentos non sanctos

La canasta pascual ya registra incrementos de más del 60% con respecto al año pasado. Los comerciantes anticipan que en los próximos días podría haber nuevas subas en productos como la merluza. Los defensores de los consumidores recomiendan “aprovechar las ofertas”

"Hay escasez de merluza en Mar del Plata, por eso aumenta y es probable que, cuanto más nos acerquemos a la Semana Santa, los incrementos sean mayores”, argumentó el dueño de una conocida pescadería de La Plata para justificar el precio actual del pescado más consumido por los argentinos: $115 por kilo.

Las subas estacionales son una marca registrada en esta época del año y quienes más las sufren son los creyentes, que, entre el Jueves Santo y el domingo de Pascua conmemoran la eucaristía, la Crucifixión y Resurrección de Jesús, respectivamente.

El 2016 no será la excepción. Mientras todavía se resienten las fluctuaciones de la devaluación iniciada el 16 de diciembre, con una inflación que supera el 30%, la celebración cristiana llegará con fuertes aumentos.

Según un relevamiento realizado por Hoy en distintas pescaderías, panaderías y supermercados de la región, además de la merluza, que, con respecto al año pasado, en las últimas semanas se incrementó cerca de un 44%, productos típicos de esta fecha como los huevos de Pascua vienen inflados, y no precisamente por sus sorpresas: no bajan de los $150, lo que representa una suba anual de más del 60%; en tanto que las roscas, que antes podían conseguirse a $75, hoy es difícil encontrarlas por debajo de los $100.

 Por el lado de los productos de mar, la lata de atún de primera marca, por ejemplo, que antes se conseguía a $28, hoy está a $40 (un 45% más); el kilo de langostinos, que el año pasado se pagaba $175, hoy asciende a $290, es decir un 65% más caro; las rabas, que en la Semana Santa 2015 estaban a $100 el kilo, hoy oscilan alrededor de $160 (60%). En este caso, según manifestaron los comerciantes, una alternativa más económica podría ser la lata de caballa (cuyo aumento no supera el 40%) o una cazuela de mariscos con cazón, que ronda los $100.

Para la titular de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA), Sandra González, “siempre, en esta época, se registran abusos. Yo le recomiendo a la gente que compre lo que le convenga. Que compare precios, espere las ofertas o reemplace el pescado por pastas, por ejemplo”.

Según González, “la merluza a $115 es demasiado, porque a una familia tipo no le rinde un kilo. Lo peor es que no sería extraño que, de acá a la semana que viene, se vaya a $150. Sería un disparate; para evitarlo, el cliente tiene que utilizar su poder y no comprar donde advierta aumentos alocados”.

Por otra parte, la referente de los consumidores recomendó, “directamente, no comprar huevos de Pascua, salvo que haya un chico en la familia, porque es una locura el precio al que se ofrecen. Además, después de esta fecha los liquidan, lo que confirma que los incrementos son meramente especulativos”.

Quizá por esto, a días de la celebración cristiana, las góndolas de los supermercados todavía permanecen decoradas con los empaques óvolos de Spiderman, Frozen y Star Wars, esperando ser degustados por los más chicos. Mientras, una propuesta más barata puede hallarse en los huevos artesanales, sin los juguetes ni el packaging que encarecen el producto, pero con más chocolate.

“La clave está en contener la inflación”

Por Claudio Boada (Director de la Unión de Usuarios y Consumidores)
Especial para Hoy

Siempre hay aumentos estacionales y los incrementos verificados en el último trimestre, no ayudan, son terribles. Seguramente haya nuevas subas en los días que restan para Semana Santa, en consonancia con la coyuntura del país.
No obstante, notamos que en ciertos sectores no hay humor para pensar en gastos especiales para Pascua, porque hay una fuerte retracción del consumo, debido a las subas generalizadas.

Productos específicos de Semana Santa, como huevos de Pascua y pescados, que suben por cuestiones religiosas, ya se dispararon y continuarán haciéndolo mientras la inflación no se contenga. La clave está ahí.

Ahora bien, el problema es ver hasta dónde el bolsillo del consumidor va a soportar esto, porque los aumentos son especulativos y superan el alza de los costos producidos por la devaluación.

En este período del año tenemos una especulación basada en los principios religiosos de la población, que impide comer otro tipo de productos y genera inflación en alimentos específicos de esta fecha.

Yo le propongo a los católicos que consulten a sus líderes religiosos cuál es el verdadero sentido de la Semana Santa; si realmente es abstenerse de comidas.

Ahí vamos a descubrir que no necesitamos hacer un esfuerzo que nos jaquee nuestra subsistencia de todo el mes para cumplir con un rito.