Unidos por la corrupción

Amado Boudou fue llamado a indagatoria por el negociado entre el gobierno de Formosa y The Old Fund, empresa que se quedó con la ex Ciccone. La compra de la imprenta que fabrica papel moneda, según testigos, también involucró al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray

En el día de ayer, el fiscal Carlos Rívolo solicitó que el vicepresidente Amado Boudou y el gobernador de Formosa Gildo Insfrán, sean llamados a indagatoria por el negocio con la deuda provincial hecho entre la empresa The Old Fund y el gobierno formoseño.

La firma en cuestión no tenía empleados ni ningún tipo de antecedentes en la estructuración de deudas e igualmente fue contratada por el polémico mandatario norteño para llevar a cabo una negociación que le reportó a The Old Fund la friolera suma de 7,6 millones de pesos por un asesoramiento por demás dudoso.

Otra de las personas que deberán declarar ante la Justicia, será el profesor en la Facultad de Periodismo de La Plata, Martín Cortés (ver Un docente de la UNLP, protagonista del Boudougate), hombre de estrecha relación con Insfrán, y cuya firma “Estrategias de Imagen y Comunicación”, se quedó con 2,2 millones de pesos de la transacción.

Vale recordar que The Old Fund se quedó luego con Ciccone Calcográfica, lo que ha significado un dolor de cabeza judicial para el vicepresidente y para todo el oficialismo, ya que las personas que aparecen involucradas en la misma reportan directamente al gobierno nacional, siendo funcionarios de cuantiosa valía para la administración K.

Amado Boudou y Ricardo Echegaray, además de compartir un pasado por la Ucedé en los años ’90, también comparten una ambición muy grande para la realización de negocios turbios. Según testigos consultados por Hoy, el titular de la AFIP quiso quedarse con la maquinita de hacer billetes, pero el vicepresidente le ganó de mano, produciéndose un crudo enfrentamiento entre ambos.

En su edición del pasado 16 de marzo, Hoy publicó en exclusiva cómo el presidente de la Cámara Pesquera marplatense, Daniel Tunoni, en un escrito presentado en el Juzgado Federal Nº 3 de la ciudad balnearia, involucraba al titular del organismo recaudador y a sus máximos colaboradores en querer quedarse directamente ellos con Ciccone Calcográfica, pero que “Boudou les ganó de mano”.

Consultado nuevamente por nuestro diario, Tunoni ratificó sus dichos y aseveró que “el encargado de hacer el acto administrativo de Ciccone fue el propio Fernando Villaverde, mano derecha de Echegaray, y Rafael Resnick Brenner, que se desempeñaba como Jefe de Asesores en la AFIP, fue el encargado de darle el plan de pagos a la empresa”

Según el empresario pesquero “Resnick Brenner acusó a Boudou ante la Justicia por la causa Ciccone, queriendo librar de responsabilidad a Echegaray de la misma. Ellos estaban muy contentos porque estaban convencidos que tras quedarse con la empresa iban a quedarse con un botín que superaba los diez palos, estaban exultantes”.

“En qué cabeza cabe que una persona que trabajó desde la AFIP para intentar levantarle el problema de la deuda a Ciccone no sea llamado a declarar en la causa, es inmediato que Echegaray sea llamado a indagatoria. Se tiene que investigar todo lo que fue su participación en esta causa tan turbia para los intereses de la Argentina”, resaltó Tunoni.

Como puede verse, la participación de Echegaray en el proceso de compra de Ciccone no es sólo formal por el cargo que ocupa en el Estado, sino que tiene que ver con todo un entramado oculto de negocios y de peleas de palacio que puede poner a dos de las personas que más poder han tenido a lo largo del gobierno K, contra las cuerdas judiciales.

Boudou y Echegaray, dos claros exponentes de los negocios turbios durante la mal llamada década ganada y que sumergen al país en un cataclismo político del cual costará mucho salir y recuperar la confianza de una sociedad asqueada por la corrupción y los negociados hechos por el poder a espaldas de la población.

Iconos de la peor política

La historia de Amado Boudou y de Ricardo Echegaray con Ciccone es muy amplia. El vicepresidente se encuentra actualmente procesado en la cauda por la venta de la empresa y es acusado por el juez federal Ariel Lijo por los delitos de "cohecho y negociaciones incompatibles".

Además, hombres cercanos al número 2 del gobierno nacional, entre ellos su socio y amigo José María Núñez Carmona, su presunto testaferro Alejandro Vandenbroele y su exjefe de Gabinete en el Ministerio de Economía, se encuentran procesados por esta misma causa.

Por su parte, Echegaray recibió el cuestionamiento del camarista federal Eduardo Farah, solicitándole al juez Ariel Lijo que lo citara a indagatoria al titular de la AFIP por su participación en la causa Ciccone.

Según Farah, es central para la Justicia investigar por qué la AFIP le otorgó a una empresa que se encontraba en proceso de quiebra, un plan de pagos con una extensión extraordinaria de 12 años, aplicando una irrisoria tasa de interés, para cancelar una millonaria deuda impositiva que tenía la compañía, y sortear así el principal obstáculo que impedía que vuelva a ser contratada por el Estado.

Para la causa de la empresa que luego fue absorbida por el Estado en un proceso para nada claro, es central la participación que tuvieron varios miembros cercanos al mandamás del organismo recaudador, como son los casos de Rafael Resnick Brenner, Fernando Villaverde y Sergio Vargas. Este último, un operador judicial de Echegaray, habría sido quien negoció con el juez Lijo que la investigación de la causa Ciccone no alcanzara a su jefe.