Unidos por la mentira

La farsa kirchnerista no tiene límites. Ayer se conoció que el primer casamiento gay de la Argentina fue un engaño y un simple armado para servir a los fines oficiales. El relato K y sus extremos que rozan el ridículo

La ficción kirchnerista de armar una verdad paralela a la que viven millones de argentinos llega a tan altos niveles de realización que llega a lo grotesco. Alex Freyre y José Di Bello, primer casamiento gay de la Argentina, resultó ser toda una pantomima armada desde el oficialismo para dar más visión al matrimonio igualitario.

Todo esto quedó al descubierto luego de que un activista de la comunidad homosexual argentina, Bruno Bimbi, revelara que ya antes de ese casamiento ambos militantes estaban separados de hecho, que la relación sentimental no existía más, y que sólo lo hicieron para transformar todo en un “show mediático”.

Según Bimbi, Freyre “se creyó el personaje y lo usó para sacar rédito. Ya no es más por una causa. Y ya superó todos los límites". Los vergonzosos dichos que viene manteniendo el empleado ¿ñoqui? de Amado Boudou en el Senado de la Nación, no hacen más que mostrar una faceta del relato oficial de querer separar a todo el país entre buenos y malos.

El apoyo dado en reiteradas ocasiones por la propia presidenta Cristina Fernández a Freyre y Bello, dos militantes del partido Miles del polémico Luis D’Elía, demuestran cómo desde lo más alto del poder se garantizó la reproducción de un engaño que deja en claro que con tal de mantener la “épica” K, se roza lo chabacano y lo absurdo.

Con estas acciones, el gobierno no hace más que exhibir un nivel de credibilidad minúsculo a sus acciones. Todo el accionar gubernamental se reduce a una puesta en escena barata.  En ese sentido, que desde el kirchnerismo se apele a un personaje como Alex Freyre (maltratador serial críticos y opositores en las redes sociales) para realizar acciones de propaganda para con su gestión, no hace más que asemejarse a un circo con actores malos, que degradan la imagen del país ante el mundo. Cabe recordar que, entre otros absurdos, Freyre llegó a decir que todos los enfermos de SIDA van a morir si Mauricio Macri llega a ser presidente. 

La fabricación de mentiras que nace desde el propio seno del oficialismo, es una característica que ha tenido desde el inicio de su gestión, mostrando una falencia muy grande para construir argumentos que sirvan para su causa, y cayendo en actitudes burdas como usar a una pareja gay para fines políticos oscuros de tinte partidario.